El primer ministro iraquí, Haider Al Abadi, declaró que, tras la victoria en Mosul contra el Estado Islámico (EI-Isis), la prioridad será la "estabilidad y la reconstrucción", mientras el ejército trataba de eliminar el último foco de resistencia del grupo terrorista en la ciudad, reducida a un montón de ruinas luego de 10 meses de intensos combates. Mosul era, antes de su ocupación por el Estado Islámico a mediados de 2014, la segunda ciudad de Irak y una potencia económica regional. No había sido casi tocada por el brutal conflicto armado que produjo la invasión de Estados Unidos en 2003.
En un discurso en Mosul, Al Abadi destacó la victoria "sobre la brutalidad y el terrorismo" del Isis, y señaló que, a partir de ahora, la prioridad para el gobierno será la "estabilidad y la reconstrucción" del país. Sin embargo, el teniente general Stephen Townsend, comandante de la coalición liderada por Estados Unidos, advirtió que "todavía queda una dura lucha por delante".Aunque reconoció que la victoria suponía "un golpe decisivo" para los yihadistas, advirtió que ésta "no elimina" al Estado Islámico. El domingo, Al Abadi ya había avisado que no proclamaría oficialmente la liberación total del que fuera el gran bastión iraquí del Isis hasta que los últimos combatientes fueran eliminados.
Ayer se registraban violentos enfrentamientos en un sector de 200 por 100 metros, en donde estaban atrincherados los últimos milicianos islamistas que quedaban en la Ciudad Vieja, según el general Sami al Aridhi, uno de los comandantes de las fuerzas de élite antiterroristas (CTS). "No aceptan rendirse. Gritan que no se rendirán y que quieren morir", agregó. Pero "las operaciones están en su fase final" y "es probable que (los combates) terminen hoy", estimó.
El general indicó que sus tropas fueron informadas sobre la presencia de entre 3.000 y 4.000 civiles en el foco de resistencia yihadista, pero esa cifra no pudo ser confirmada de fuente independiente. El primer ministro Al Abadi consideró el domingo la victoria como "segura" y encargó a las fuerzas presentes que garanticen la seguridad en la ciudad y la limpien de minas y explosivos. En Bagdad, en la plaza Tahrir, los habitantes festejaron el domingo por la noche la recuperación de la segunda ciudad de Irak.
Se trata del mayor éxito de Bagdad, apoyado por la coalición liderada por Estados Unidos, desde que el grupo extremista sunita tomó en 2014 grandes extensiones de Irak y llegó a amenazar la misma capital iraquí. Sin embargo, se está lejos de dar el golpe de gracia al Estado Islámico, que continúa controlando amplios sectores del territorio iraquí y de Siria, aunque también en este país perdió terreno desde 2015. Su bastión y capital, la ciudad siria de Raqqa, está cercado por las fuerzas rebeldes apoyadas por Estados Unidos.
La victoria de Mosul corona la ofensiva iniciada en octubre pasado, luego de 10 meses de combates feroces que dejaron gran parte de la ciudad reducida a ruinas. Este avance tuvo un enorme costo en vidas humanas, forzó al éxodo a casi un millón de personas y provocó destrucciones colosales, en particular en la Ciudad Vieja. Casi un millón de civiles huyeron de la ciudad desde el comienzo de la ofensiva y 700.000 continúan desplazados, según la ONU.
Los que permanecieron atrapados en la ciudad vivieron en condiciones "terribles", con penurias y bombardeos, a veces utilizados como "escudos humanos" por el Estado Islámico según la ONU. Las fotos y videos tomados en estas horas demuestran la amplitud de los daños en la Ciudad vieja.
"Es probable que miles de personas sigan desplazadas durante varios meses", dijo la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en un comunicado. "Muchos ya no tienen vivienda y los servicios básicos como el agua y la electricidad, así como infraestructuras como las escuelas y los hospitales, necesitan ser reconstruidos o reparados", explicó la ACNUR.
Veintiocho organizaciones humanitarias presentes en Irak, como Oxfam o Save the Children, publicaron un comunicado en el que piden a las autoridades que no obliguen a los desplazados a regresar a sus hogares y exhorta a la comunidad internacional a que apoye la reconstrucción.
Mosul tiene una importante dimensión simbólica para el Estado Islámic, ya que su jefe, el califa Abu Bakr al Bagdadi, proclamó allí en julio de 2014 su "califato", en su única aparición pública. La suerte de Al Bagdadi es incierta. Rusia afirmó en junio que probablemente lo había abatido en un ataque en Siria, pero nadie confirmó su muerte. Varios países miembros de la coalición internacional antiyihadista, entre ellos Francia y Estados Unidos, felicitaron a Bagdad por el éxito en su guerra contra el Isis. Irán, que respalda a algunas milicias shiitas iraquíes que combaten al Isis, en especial en Siria, también felicitó a Bagdad por esta victoria y propuso su ayuda para la reconstrucción.
infierno. Una madre escapa de los combates con su bebita herida en brazos. Más de un millón de civiles huyeron de Mosul, tomada por los islamistas.