Teherán. — El conflicto por la reelección del presidente de Irán, Mahmud
Ahmadineyad, escaló ayer con graves disturbios en Teherán, donde testigos hablaron de numerosos
enfrentamientos entre los seguidores de la oposición y las fuerzas de seguridad, así como
seguidores del mandatario. A la vez, el derrotado candidato presidencial, Mirhossein Mousavi, dijo
durante una de las marchas que estaba preparado para el martirio, y convocó a una huelga nacional
en caso de ser arrestado. La policía empleó gases lacrimógenos y cañones de agua para dispersar a
manifestantes.
Testigos describieron choques encarnizados en la céntrica plaza de la Revolución
después de que unos 3.000 manifestantes, algunos vestidos de luto, corearon "Muera el dictador".
Entre 50 y 60 manifestantes gravemente heridos por policías y las milicias progubernamentales
fueron llevadas a hospitales de la zona. También se vio a manifestantes llevarse a la rastra a sus
camaradas heridos a golpes. Algunos resistían el humo de los gases quemando papeles e incluso
motocicletas.
Se inmoló en un santuario. En un acto cargado de simbolismo, un suicida con
bomba se inmoló ayer en un santuario del fundador de la revolución en Irán, el ayatolá Ruhollah
Khomeini. La cadena Press TV sostuvo que el atacante murió y que ocho personas resultaron heridas.
Indicó que el incidente ocurrió en la entrada norte del santuario del imán Khomeini. El ataque al
santuario aparentemente buscaba provocar la indignación entre los iraníes que reverencian al
clérigo shiíta, quien lideró la revolución que en 1979 derrocó al Shah respaldado por Estados
Unidos.
Debido a las protestas, en toda la capital iraní hubo un despliegue policial
masivo. Las fuerzas de seguridad lanzaron gases lacrimógenos y chorros de agua para impedir que los
manifestantes llegaran al centro de la ciudad.
Hubo también enfrentamientos entre los seguidores del reformista Mousavi,
derrotado en las urnas el pasado 12 de junio según el escrutinio oficial, y los de Ahmadineyad.
Intervinieron las milicias "basiyis", leales al presidente. Uno de los edificios de esta milicia
fue incendiado, de acuerdo con los testigos.
El líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Khamenei, confirmó el viernes el
triunfo del presidente Mahmud Ahmadineyad y descartó que se hubiese podido realizar fraude
electoral. A su vez pidió a la oposición emplear los canales legales para encauzar sus protestas y
amenazó con consecuencias si continuaban las manifestaciones "ilegales".
El Consejo Supremo de la Seguridad Nacional (CSSN) iraní había advertido ayer a
Mousavi en contra de nuevos disturbios.
"Martirio". Mousavi llamó a la gente a una huelga nacional en caso de ser
detenido. El líder opositor dijo que estaba preparado para el martirio y que seguiría en su senda.
Su discurso pareció anticiparse a eventuales medidas del régimen islámico que se tomen en su
contra.
Más temprano, el reformista había pedido de nuevo que se anularan las elecciones
y que se repitiera la votación, en una carta dirigida al influyente Consejo de los Guardianes, en
la que afirma además que la manipulación de los resultados electorales fue planeada. En una carta
de siete páginas, el líder opositor afirmó: "Seguiré con mis esfuerzos para esclarecer la verdad en
base a la Constitución y las leyes actuales, aunque las violaciones y planificación de este
repugnante paso han sido planificadas previamente".
El Consejo de los Guardianes ofreció un recuento de un 10 por ciento arbitrario
de votos para demostrar la veracidad de los resultados. En la misiva, Mousavi criticó sobre todo
que se cortasen las redes de comunicación tanto en internet como a través de los mensajes de
telefonía móvil el día de los comicios y dijo que era "un paso indignante".
Veda a la prensa. La cobertura de los incidentes fue parcial ya que las
autoridades bloquearon ampliamente la labor de los medios nacionales y extranjeros.
Desde el lunes, miles de personas se manifiestan en el centro de Teherán para
protestar por lo que consideran un fraude en los comicios.
Hasta la fecha han muerto al menos ocho manifestantes en los enfrentamientos con
las fuerzas del orden.