Teherán. — Al menos 19 muertos, cientos de heridos, periodistas expulsados
y más de 450 detenidos es el saldo parcial de la ola de represión en Irán durante el fin de semana
contra las protestas por la repudiada reelección del actual presidente Mahmud Ahmadineyad el
pasado 12 de junio. Pero anoche llegó un importante gesto de distensión, cuando un poderoso
organismo oficial reconoció por primera vez irregularidades en las elecciones, aunque por un
número de votos que no puede variar el resultado final.
La estadounidense CNN señaló 19 muertos en las protestas de los
seguidores del líder opositor, Mir Hossein Mousavi, sin que sea posible corroborar esta cifra,
dadas las enormes restricciones a la prensa impuestas por el gobierno.
Se estima que desde el comienzo de las protestas, el 13 de junio,
podrían haber muerto entre 18 y 25 personas. Los medios internacionales no pueden informar desde
Irán y todos los medios nacionales están bloqueados y sometidos a censura o cierre. En estas
condiciones, Internet se ha vuelto fundamental para enviar información al exterior del país, pero
las autoridades islámicas ya han puesto su atención en este instrumento, bloqueando parcialmente
las redes sociales Facebook y Twitter.