Madrid. — José Luis Rodríguez Zapatero no se presentará en 2012 para un tercer período al frente del gobierno español. “No voy a ser candidato en las próximas elecciones generales. Gracias por su respeto y por su afecto”, declaró el gobernante ante la directiva del Partido Socialista (PSOE) reunida en Madrid. El dirigente, de 50 años, explicó que consideraba que dos períodos de 4 años cada uno eran suficientes. Zapatero está al frente del Ejecutivo desde 2004. Ahora se abre en el PSOE un período de luchas internas del que deberá surgir el candidato para enfrentar a la oposición conservadora del Partido Popular (PP), que aparece como gran favorito. Ayer el PP salió a reclamar elecciones adelantadas, algo que Zapatero no piensa concederle. España atraviesa una dura crisis económica desde 2008. Esta es la causa de fondo de la renuncia anticipada del líder socialista.
El anuncio llega tras más de un año de especulaciones. En el PSOE ahora todas las miradas están puestas en el vicepresidente primero, Alfredo Pérez Rubalcaba, y en la ministra de Defensa, Carme Chacón (ver aparte).
Zapatero hizo su jugada a menos de dos meses de las elecciones municipales y regionales del 22 de mayo, en las que los sondeos pronostican un descalabro de los socialistas. El presidente del gobierno español, que llegó a La Moncloa en 2004 y en su primera legislatura implementó reformas consideradas históricas, como el matrimonio homosexual, se encuentra en su peor momento. La crisis económica, que ha golpeado de lleno en su segundo mandato, hundió su popularidad. Sus reformas económicas para cumplir con las exigencias de la Unión Europea (UE) han incluido recortes de las jubilaciones y flexibilización laboral, en un intento de lograr el apoyo de los mercados a la deuda pública española. Zapatero reivindicó estas impopulares medidas —por lo demás consideradas imprescindibles por los economistas en un país con un desempleo por encima del 20%. “Cuando concluya esta crisis se podrá decir que logramos sentar los fundamentos de un modelo productivo renovado”, y “mientras lo hacíamos no dejamos de velar ni un solo día por la máxima cohesión social”, reivindicó ayer Zapatero.
Pero el hecho es que la crisis, que Zapatero intentó desconocer cuando estalló a fines de 2008, ha sido la tumba política del líder socialista y pone a dura prueba a su partido. Los sondeos dicen que Zapatero es el jefe de gobierno peor valorado de la historia de España, incluso por debajo de Felipe González cuando se encontraba sumido en escándalos de corrupción en los años 90, y de José María Aznar cuando decidió mandar tropas a Irak en 2003. El récord de 4,6 millones de personas sin trabajo que tiene España es sin dudas la causa principal de esta impopularidad.
A la opinión pública española le cuesta perdonarle a Zapatero su renuencia a aceptar la crisis económica. Ayer la prensa opositora recordaba este punto, además del extremo personalismo puesto por Zapatero en su gestión. La decisión de de poner la sigla de su apellido (ZP) por delante de la del partido es una muestra ese personalismo, que ahora se le vuelve en contra al PSOE.