Atenas y Bruselas. - Los trabajadores griegos cumplieron ayer el primero de dos paros generales convocados este mes contra el drástico ajuste decidido por el gobierno, durante el cual hubo violentos incidentes, mientras el FMI consideró que se puede tomar tiempo para analizar la situación porque Atenas, ahora, "no precisa dinero con urgencia". Se trató de la quinta huelga de carácter nacional en Grecia contra los recortes salariales y los despidos recomendados por la Unión Europea y el FMI para evitar la bancarrota nacional.
Los airados griegos siguieron tomando las calles de Atenas para protestar contra las medidas de austeridad, pero muchos dijeron sentir que su malestar hará poco por cambiar su destino o frenar la caída de su endeudado país a la bancarrota.
Varios jóvenes y agentes policiales resultaron heridos en el centro de Atenas durante incidentes con las fuerzas antidisturbios que trató de dispersar una manifestación de unas 15.000 personas en el marco de la huelga. Los incidentes fueron en la central plaza Syntagma, frente al Parlamento, luego de que la policía lanzó gases lacrimógenos contra manifestantes que incendiaron una bandera de la UE y arrojaron piedras y botellas a los agentes.
Ministerios atacados. Otros manifestantes intentaron ingresar en el vecino Ministerio de Economía, destrozando las puertas de vidrio del edificio. El grupo se había apartado del grueso de la manifestación, hasta ese momento pacífica, de miles de trabajadores que protestaban contra las rígidas medidas de ajuste decididas por el gobierno griego.
La huelga general cumplida ayer fue la primera convocada por los dos mayores sindicatos: Adedy, que agrupa a los empleados estatales, y Gsee, que representa al sector privado. Una segunda jornada de protesta general fue convocada para el 12 de octubre.
Grecia intenta obtener un nuevo tramo de ayudas de la comunidad internacional, del primer paquete acordado en mayo de 2010, para evitar un default producto del déficit fiscal y el alto endeudamiento. Todos los medios de transporte público se paralizaron ayer, con los aeropuertos cerrados y los hospitales sólo activos para casos de emergencia. También permanecieron cerrados los sitios arqueológicos del país.
El gobierno planea el despido de unos 30.000 empleados públicos en un programa de ajustes que prevé también un ahorro de otros 6.500 millones de euros en los próximos meses. Grecia depende de las ayudas de la eurozona y del FMI, que decidirán en breve sobre la concesión del siguiente tramo del paquete de rescate al país heleno. Los créditos tienen como condición un duro programa de ajustes.
En tanto, desde Bruselas, un funcionario del FMI dijo que el segundo plan de salvataje para Grecia, decidido en julio, se debe revisar, pues es preciso concentrarse más en la sustentabilidad de la deuda y el relanzamiento del crecimiento. El director europeo del FMI, Antonio Borges, destacó que no es urgente darle dinero a Grecia pues ahora no lo necesita. "Tenemos tiempo para hacer nuestras evaluaciones sobre las medidas que ha tomado antes de dar luz verde al sexto tramo de ayudas", dijo.
Auditores. Una misión de inspectores de la UE, el FMI y el Banco Central Europeo probablemente recomiende liberar el siguiente tramo de la ayuda internacional vital para Grecia. Sin embargo, un funcionario de la troika europea aclaró ayer que Atenas no debe tomar esto como garantizado sino que primero debe mostrar que puede llevar adelante las reformas necesarias que prometió. Sin la ayuda, Atenas podría quedarse sin efectivo a mediados de noviembre, provocando un rápido cese de pagos que podría hundir a la zona euro más dentro de una crisis de deuda que remeció a los mercados mundiales. Consultado sobre si existe alguna posibilidad de que el sexto tramo de ayuda de 8.000 millones de euros no se entregue a Grecia, el funcionario dijo: "Siempre existe el riesgo, no se puede tomar por garantizado. Pero creo que al final, lo haremos".
Los “indignados” trasladan su malestar a Washington
Washington. — En sintonía con las protestas que iniciaron el 17 de septiembre un grupo de “indignados” reunidos en Wall Street, Washington será testigo desde hoy de un nuevo movimiento que reclamará contra la actual situación económica, pedirá por la creación de empleos y por impuestos para los ricos y las corporaciones. Con fecha cierta de inicio pero sin final aún determinado, el movimiento “Octubre 2011-Sacar el dinero de la política”, se concentrará en la Freedom Square (Plaza de la Libertad), en coincidencia con el décimo aniversario de la invasión a Afganistán.
Su objetivo es que desde la plaza ubicada entre la Casa Blanca y el Congreso, se escuchen sus reclamos para que los ricos y las corporaciones perciban impuestos y para finalizar la guerra, traer de regreso a las tropas y reducir el gasto militar. Además, buscarán impulsar la generación de empleos y una economía más favorable al medioambiente.
Inspirados en la revuelta popular de Egipto a comienzos de año y en cooperación con los “indignados” de Wall Street, los hasta ahora más de 4 mil inscriptos para participar hoy de forma pacífica en la protesta, no responden a ningún partido político ni religioso. Simplemente, aseguran, se sumarán voluntariamente para expresar su malestar con la situación económica actual.
Sindicatos. En tanto, varios sindicatos estadounidenses se unieron ayer a los “indignados” de Nueva York, que desde hace casi tres semanas protestan contra la avaricia corporativa de Wall Street. Entre los gremios que se sumaron a la protesta figuran el de los trabajadores del transporte público y el de los profesores de las escuelas públicas de la ciudad. Las protestas surgidas en el distrito financiero de Nueva York se han extendido en los últimos días a otras grandes ciudades del país, entre ellas Chicago, Los Angeles y Boston.
Víctimas de Maddoff
Algunos de los perjudicados por la estafa del financista Bernard Madoff, condenado a 150 años de cárcel, comenzaron ayer a recibir las indemnizaciones. Las primeras compensaciones serán de u$s312 millones, una cantidad pequeña en comparación con el alcance de la estafa.
El monto será repartido entre los poseedores de unas 1.230 cuentas, que representan el 4,6% de las pérdidas sufridas por clientes con reclamaciones válidas. Madoff manejó al menos u$s20.000 millones de inversores en un sistema piramidal, es decir, en el que no había verdaderas ganancias, sino que se pagaba a unos con el dinero que ingresaba de los nuevos clientes.
Muchísimos inversores perdieron todos sus ahorros cuando la estafa salió a flote en medio de la crisis finaciera en Estados Unidos de 2008.