El presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, llegó ayer a El Cairo, en lo que es la primera visita de un jefe de Estado iraní a Egipto en más de 30 años, y aseguró que mantuvo conversaciones ricas y fructíferas.
El presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, llegó ayer a El Cairo, en lo que es la primera visita de un jefe de Estado iraní a Egipto en más de 30 años, y aseguró que mantuvo conversaciones ricas y fructíferas.
Ahmadineyad fue recibido por su homólogo egipcio, Mohamed Mursi, en el aeropuerto de El Cairo, donde transitó una alfombra roja y tuvo una ceremonia de bienvenida.
Ahmadineyad, cuyo país es predominantemente chiita, se reunió con el clérigo sunita egipcio de mayor rango, el jeque Ahmed al Tayyib, quien dirige el instituto islámico sunita Al Azhar.
"Discutimos varios temas regionales e internacionales... nuestros puntos de vista fueron muy cercanos", indicó Ahmadineyad. "Consideramos que el éxito del pueblo egipcio es un éxito también del pueblo iraní", sostuvo, señalando que esperaba que la visita "abra la puerta al intercambio de visitas entre altos funcionarios de los dos países". El presidente iraní encabeza la delegación iraní a la cumbre de la Organización para la Cooperación Islámica (OCI), que comienza hoy en la capital egipcia.
Mursi y Ahmadineyad mantuvieron breves conversaciones en la terminal aérea sobre cómo resolver el conflicto de Siria sin una intervención militar, a pesar de que ambos países tienen posiciones opuestas al respecto.
Egipto había roto sus relaciones diplomáticas con Irán después de la revolución islámica en el país persa en 1979. El depuesto presidente egipcio Hosni Mubarak nunca mostró mucho interés en buscar un acercamiento con Irán.
El nuevo gobierno islamista de Egipto tiene una mayor disposición que el antiguo régimen para mejorar los contactos con Teherán.