Washington.- Hillary Clinton venció ayer a su rival Barack Obama en la primaria de
Pensilvania, con lo que prolongó la carrera presidencial demócrata que se ha vuelto cada vez más
negativa y mantuvo vivas sus escasas esperanzas de llegar a la Casa Blanca.
Clinton tenía un 55 por ciento de las preferencias, frente a un 45 por ciento de Obama, cuando
se había contado más de un 85 por ciento de los votos, un resultado sólido, pero quizás no lo
suficiente como para acortar la ventaja de Obama en la cantidad de delegados, quienes eligen al
nominado del partido en una convención en agosto.
La senadora de Nueva York sobrevivió a una fuerte campaña publicitaria de Obama, quien gastó más
que el doble que ella en la primera elección demócrata en seis semanas.
“Algunas personas me consideraron fuera y me dijeron que saliera de la carrera, pero el
pueblo estadounidense no se rinde y se merece a una presidenta que no se rinda tampoco”, dijo
Clinton a sus partidarios en Filadelfia.
Clinton, cuya campaña está endeudada y se está quedando sin dinero, instó a sus partidarios a
visitar su sitio en internet y realizar donaciones.
“El futuro de esta campaña está en sus manos”, dijo Clinton, quien estuvo acompañada
en el escenario por su marido, el ex presidente Bill Clinton, y por su hija Chelsea.
La votación de Pensilvania, que reparte 158 delegados, dio inicio a una fase final del
disputado duelo entre Clinton y Obama por la nominación. Otras nueve elecciones están programadas
antes de que la campaña concluya el 3 de junio.
La carrera pasa ahora a la votación del 6 de mayo en Carolina del Norte, donde Obama es el
favorito, y a Indiana, donde Clinton tiene una leve ventaja. Obama ya se prepara para lo que viene
y dejó el estado para asistir a un mitin en Evansville, Indiana.
Es al menos la cuarta oportunidad en la que Clinton gana una primaria en la que su candidatura
estaba en juego. Ella debió luchar duramente con Obama, quien redujo la ventaja de 20 puntos de la
senadora en los sondeos de opinión.
“Hubo mucha gente que no creyó que nosotros pudiésemos acercarnos tanto cuando la carrera
comenzó”, dijo Obama en Evansville, Indiana.
“Seis semanas después, cerramos la brecha. Congregamos a gente de todas las edades y razas
en nuestra causa”, sostuvo. “Y si ellos fueron inspirados por primera vez o por primera
vez en mucho tiempo, registramos una cantidad récord de votantes que llevarán a nuestro partido a
la victoria en noviembre.
La concurrencia fue alta en muchos lugares de votación. Un número récord de personas en
Pensilvania se registró para votar en las primeras elecciones primarias realizadas en el estado
desde 1976.
Luego de las victorias de Clinton en Ohio, California, Nueva Jersey y Texas, el resultado se
suma a su afirmación de que es la demócrata que puede ganar los estados grandes, donde el partido
necesita triunfar en la elección de noviembre.
Sondeos a boca de urna mostraron que ambos candidatos mantuvieron su base de votantes. Obama, un
senador por Illinois que podría ser el primer presidente afroamericano de Estados Unidos, obtuvo 9
de cada 10 votos de personas negras y consiguió la ventaja entre los hombres jóvenes.
Clinton, quien sería la primera mujer presidenta de Estados Unidos, fue la favorita de más del
60 por ciento de los adultos mayores y de más de la mitad de las mujeres, según sondeos a boca de
urna.
Clinton gana entre los indecisos
La senadora también obtuvo un 58 por ciento de los votos de quienes eligieron a su candidato en
la última semana, cuando Obama estaba a la defensiva por una serie de controversias en un debate de
la semana pasada y Clinton cuestionó su dureza en un aviso que mostraba imágenes del líder de Al
Qaeda, Osama bin Laden.
Obama aventaja a Clinton en la cantidad de votos populares obtenidos durante los primeros tres
meses de primarias y en los delegados que elegirán al nominado en la convención de agosto.
Pero ninguno de los dos podrá obtener la candidatura sin el apoyo de los
“superdelegados”, unos 800 miembros del partido que son libres de apoyar a cualquier
aspirante.
Clinton espera que un gran triunfo en Pensilvania inicie una fuerte carrera durante las últimas
nueve contiendas, convenciendo a los superdelegados de que es la candidata que puede dominar los
grandes estados que serán cruciales en noviembre.
Pero muchos estrategas demócratas y analistas independientes sostienen que ella necesitaba una
victoria mayor sobre Obama en Pensilvania para cambiar el rumbo de la carrera, donde él tiene más
dinero y ha ganado en más estados, más votos y más delegados.
“El titular es que Clinton ganó. Pero la noticia del día siguiente es: ¿ganó por la
diferencia necesaria para cambiar la estructura de la carrera? Y yo creo que la respuesta a eso
será no”, dijo Cal Jillson, un analista de Southern Methodist University en Dallas.
Las normas demócratas permiten que los perdedores en cada estado ganen una cantidad proporcional
de delegados, lo que da a Obama grandes porciones de delegados, aún cuando pierde. Eso significa
que Clinton debe ganar la mayoría de las nueve votaciones restantes por márgenes amplios para tener
una chance de reducir la ventaja de Obama.
Un recuento de MSNBC dio a Obama 1.653 delegados, frente a 1.513 de Clinton antes de la votación
del martes en Pensilvania, muy por debajo de los 2.024 necesarios para asegurarse la nominación. La
distribución de delegados en el estado aún no estaba clara. (Reuters)