El candidato presidencial del PT Fernando Haddad aprovechó el domingo para dar entrevistas a medios nacionales e internacionales, en su empeñosa lucha por remontar la gran diferencia que le saca el derechista Jair Bolsonaro para la segunda vuelta del 28 de octubre. El petista le dijo al diario O Estado de Sao Paulo: "Hay un muro que separa a FHC de Bolsonaro; de mí, es una puerta". FHC es el ex presidente Fernando Henrique Cardoso y líder del centrismo brasileño. Al diario español El País le comentó que con Bolsonaro "nada está descartado" incluso un golpe militar y que la popularidad del derechista es una tardía reacción social a la crisis internacional de 2008. En Europa generó "neonazismo y aquí neofascismo".
En el plano político concreto, las afirmaciones al diario paulista O Estado de Sao Paulo son las que más interés poseen: un acercamiento con la figura aún carismática del ex presidente Cardoso. Este había dicho que con Haddad hay una "puerta abierta, pero hay una puerta; el otro (Bolsonaro) no tiene puerta, tiene un muro". Haddad aceptó la tácita invitación de FHC: "Si existe una puerta que necesita ser abierta en nombre de la democracia, todo el mundo tiene la obligación de abrir esa puerta", dijo ayer Haddad.
Haddad también respondió por su descalificación de Edir Macedo, líder de la Iglesia Universal, una de las poderosas iglesias envagélicas de Brasil que apoyan a Bolsonaro. El petista, el viernes había dicho que Bolsonaro representa el fin de "derechos laborales y sociales, con el fundamentalismo charlatán del Edir Macedo". Ayer trató de enmendar en parte esos dichos, que pueden alejar aún más al votante evangélico brasileño. Según Haddad, su preocupación es lograr un Estado para "recibir a todos, independientemente de la creencia; entiendo que una iglesia no puede mandar en el Estado, esa es mi preocupación, sobre todo ese proyecto de poder que se anunció hace años y ahora quiere se materializar en una candidatura ", en referencia al apoyo de Macedo a Bolsonaro.
Haddad lanzó fuertes críticas a su adversario. "¿Cuál es el límite de la locura de mi adversario?", se preguntó, sobre un "posteo" en que Carlos Bolsonaro, hijo del candidato derechista, lo acusa de ser favorable al incesto.
En entrevista con la agencia de noticias francesa AFP, Haddad, acusó a su adversario de ultraderecha de fomentar "la violencia y la cultura de la violación". "Mi adversario fomenta la violencia, incluso la cultura de la violación. Llegó a decirle a una colega del Parlamento que no la violaba porque no lo merecía. ¿Qué señal más violenta que esa para una sociedad?", dijo Haddad a AFP. Bolsonaro, que obtuvo en la primera vuelta 46 por ciento de los votos, frente a 29 por ciento de Haddad, propone liberalizar el porte de armas para combatir la criminalidad, uno de los temas más sensibles de la campaña. "Armar a la población no resolverá nada, la seguridad pública es un servicio que tiene que ser prestado por el Estado y si no lo presta correctamente, hay que adecuarlo", destacó Haddad, proponiendo una reforma para que el gobierno federal asuma más responsabilidades, "sobre todo frente al crimen organizado".
Bolsonaro, del Partido Social Liberal (PSL), arrancó con amplia ventaja la campaña de la segunda vuelta, con 58 por ciento de los votos, frente a 42 por ciento para Haddad según las primeras encuestas. Ya antes de la primera vuelta logró apoyo de las bancadas de Diputados vinculadas al sector agropecuario, a las iglesias evangélicas y a los partidarios del porte de armas (el "bloque de la bala"), lo cual debería facilitarle la gobernabilidad.
Al diario El País, de Madrid, el candidato petista le dijo a su turno que Bolsonaro es una manifestación tardía de la crisis global de 2008. "La crisis explotó en 2008 y se están procesando sus efectos. El Brexit tiene que ver con esta situación, como Trump y el fenómeno de Bolsonaro. Solo que allí es neonazismo y aquí es neofascismo", explicó Haddad. Sobre si la democracia brasileña está en peligro, respondió que "Bolsonaro tiene la ventaja de no haber mentido a lo largo de 28 años como diputado. Está mintiendo ahora. Dijo que cerraría el Congreso si fuera presidente; que no tendría que impedir que sus hijos se casaran con una afrodescendiente porque los había educado bien; que las personas LGTB son despreciables y tienen que tirarse a la basura. Nunca ha escondido sus opiniones. Ahora, en la campaña, se está controlando un poco". El País le pregunta entonces sobre el presunto riesgo de que se produzca un golpe militar. Y Haddad no descarta esa posibilidad. "Hace por lo menos cinco años que las instituciones en Brasil no están bien. No son sólidas. Y con una figura como él al frente del Ejecutivo, puede pasar de todo. Incluso que el sistema lo expulse. Nada está descartado". Cuando se le señala que dentro de Brasil la hipótesis de un golpe se descarta de plano, Haddad responde que " a mí me extraña que las personas que lucharon por la redemocratización se mantengan neutrales ante una persona que manifiestamente apoya la dictadura y la tortura".