Los frustrados y molestos líderes de la eurozona dieron ayer al primer ministro griego, Alexis Tsipras, una última oportunidad de presentar una propuesta viable sobre cómo salvar a su país de la ruina financiera. Tras superar su sorpresa de ver que Tsipras no presentó ayer un plan detallado, los líderes europeos acordaron a regañadientes sostener una última cumbre el domingo, ya que —dijeron— eso daría a ambas partes una oportunidad de evitar el colapso de la desafiante nación helena. A solo unos días de que los bancos de Grecia caigan en una parálisis que podría alejar al país del euro, Tsipras llegó a la reunión cumbre de Bruselas sólo con propuestas vagas y el compromiso de respaldarlas hoy con números reales y un plan más detallado. Cuatro horas después, salió con un ultimátum clarísimo: o acuerdo esta semana o el caos, el fin.
El mensaje de todos los líderes europeos fue claro y unánime: "Las condiciones para un acuerdo ahora mismo no se cumplen". Por eso Grecia tiene que enviar antes del viernes una lista completa de medidas, de reformas. La definitiva. Sin más excusas, trucos ni retrasos. "Ya veremos si el domingo este asunto está resuelto de una vez por todas", dijo el premier italiano, Matteo Renzi. Pero la paciencia entre los aliados se ha ido desgastando. "Había una promesa para hoy (por ayer). Luego prometen que para mañana (por hoy)", dijo la presidenta lituana Dalia Grybauskaite. "Para el gobierno griego siempre será mañana".
Tras el referéndum. Tsipras llegó a Bruselas animado por la victoria en el referéndum del domingo, en el que la mayoría de los griegos respaldó su llamado a rechazar las reformas de austeridad que los acreedores habían propuesto. Pero esa victoria nacional no pareció darle mucha ventaja en las pláticas con los acreedores extranjeros, que saben que Tsipras necesita llegar pronto a un acuerdo para mantener su país a flote. Los bancos están cerrados desde la semana pasada, los retiros de efectivo se limitaron durante el mismo período y el comercio diario a lo largo del país prácticamente se ha paralizado. Los líderes europeos reaccionaron con sorpresa y enojo cuando se enteraron que Tsipras aún no tenía una propuesta por escrito para un nuevo rescate financiero. La canciller de Alemania, Angela Merkel, destacó que no es "exageradamente optimista" respecto a que se encuentre una solución para rescatar a Grecia el domingo, pero que se convocó a la reunión "porque pensamos que la situación es muy peligrosa".
Los socios de Grecia en la eurozona han dicho que quieren ayudar a Grecia a mantenerse en el euro, pero se han quejado con la misma frecuencia de que Atenas ha dilatado durante meses de negociación. "En un momento dado, debes llegar a la verdad", dijo el premier belga Charles Michel antes de preguntar: "¿Existe, sí o no, una voluntad política del gobierno griego?". "Soy extremadamente pesimista sobre esta cumbre. También sobre si Grecia quiere realmente presentar propuestas, una solución", dijo a su vez el premier holandés, Mark Rutte.
Un funcionario federal griego, quien pidió no ser nombrado debido a lo delicado de las discusiones, dijo que una propuesta detallada estaría lista hoy para ser presentada por Tsipras a los otros 18 líderes. Agregó que el gobierno griego presentaría una petición para un financiamiento por adelantado de 5.000 millones de euros en préstamos a pagarse para fin de mes.
No obstante la canciller alemana advirtió que Tsipras caminaba en la cuerda floja. "Ya no estamos hablando de semanas, sino de muy pocos días", dijo. Merkel apuntó además que el eurogrupo espera que el gobierno griego presente hasta el jueves propuestas concretas sobre su solicitud de recibir un programa de ayudas a través del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE). Hasta ahora, según se apuntó, los requisitos para iniciar negociaciones sobre un programa del MEDE no están dadas.
Según el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, el gobierno de Tsipras se comprometió a formular y presentar una nueva solicitud de ayudas del MEDE y los miembros del eurogrupo se proponen "evaluarla con urgencia". También señaló que se está sopesando otorgar eventuales ayudas humanitarias al país heleno. "Para nosotros es importante escuchar la opinión de nuestros colegas de la UE sobre posibles ayudas humanitarias a Grecia, en caso de que fueran necesarias", comentó. Tampoco descartó que, de no llegarse a un acuerdo hasta el domingo, se produzca "un escenario negro", modo en el que se hace alusión a la posible salida de Grecia de la eurozona.
El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, también se refirió al posible abandono de Grecia de la moneda común. "No descarto ninguna hipótesis", comentó Juncker. "La comisión está preparada para todo. Hemos preparado al detalle un «Grexit»", aseguró. Sin embargo, al mismo tiempo aseguró que preferiría ver concretado un plan con el que se pudiera ganar control sobre el problema y que permitiera a Grecia permanecer en la eurozona. De este modo, Juncker subrayó que está en contra de una salida de Grecia del grupo, pero reiteró que, para lograrlo, Atenas debe aceptar e implementar determinadas reformas.
Obama expresó preocupación
Una vez más Barack Obama trató de mediar en la crisis de Grecia. El presidente de Estados Unidos habló ayer por teléfono con los principales protagonistas del conflicto: la canciller alemana, Angela Merkel, y el premier griego, Alexis Tsipras. El mensaje de Obama fue muy claro: Grecia no debe abandonar la eurozona. La tesis de la Casa Blanca es que lo que hace falta es un acuerdo amplio. Eso incluye por parte de Alemania y de la UE más financiación a Grecia, y una quita de la deuda de ese país. Y, por parte de Atenas, no sólo demanda austeridad sino también una política de reformas estructurales que permitan más crecimiento económico que haga sostenible la deuda. Washington cree que los sucesivos gobiernos griegos han puesto más énfasis en el ajuste fiscal que en las reformas estructurales. EEUU también ve la crisis en un contexto geopolítico que la UE ignora. Washington es consciente de que Grecia es un miembro clave de la Otán con claras simpatías hacia Rusia, y una pésima relación histórica con otro miembro de la Alianza Atlántica y gran aliado de EEUU: Turquía. Por ese motivo, la idea de una Grecia colapsada despierta todo tipo de ansiedades en Washington.
Simpatía. Obama mantiene en la actualidad una excelente relación con Merkel, una vez superada la crisis de las escuchas de la NSA destapadas por WikiLeaks hace un año. Con Tsipras, las cosas son más complicadas. Prácticamente toda la elite de EEUU EM_DASHdemócratas y republicanos por igualEM_DASH ve con simpatía la posición griega, ya que considera que la deuda de ese país es impagable. El problema es que Tsipras ha demostrado una formidable habilidad para crearse enemigos en todas partes. Y Washington no es la excepción.
Así pues, el resultado de los buenos oficios de la Casa Blanca es difícil de prever. Obama no se considera cercano a Europa a un nivel personal, y en general la política exterior no es su prioridad. A ello se suma el hecho de que la crisis griega solamente tendría efecto en EEUU si las cosas empeoran significativamente. Como dijo el vocero de la Casa Blanca, Josh Earnest, al anunciar las charlas telefónicas de Obama con Merkel y Tsipras, Obama sabe que llegar a un acuerdo es "bastante complicado".