Gran Bretaña registra la peor ola de huelgas del sector público en 10 años
Londres. — Con la popularidad por el piso, el primer ministro británico,
Gordon Brown, afrontó ayer uno de sus peores días desde que está al frente del gobierno. El país
vive, según los sindicatos, la peor oleada de huelgas desde que los laboristas llegaron al poder de
la mano de Tony Blair hace diez años.
25 de abril 2008 · 01:00hs
Londres. — Con la popularidad por el piso, el primer ministro británico,
Gordon Brown, afrontó ayer uno de sus peores días desde que está al frente del gobierno. El país
vive, según los sindicatos, la peor oleada de huelgas desde que los laboristas llegaron al poder de
la mano de Tony Blair hace diez años. Un total de 400.000 funcionarios paralizaron ayer sus tareas,
además de otros trabajadores del sector.
Se trata de otro revés para Brown, sólo un día después de que se viera forzado a
una humillante marcha atrás en el recorte de impuestos tras la oposición de una facción de su
partido. Los empleados de la refinería de Grangemouth, en Escocia, también tenían previsto parar en
protesta por las pensiones que podría originar importantes problemas de distribución de
combustible.
Más de 200.000 profesores participaron ayer en la primera huelga del sector a
nivel nacional en 20 años, provocada por motivos salariales. Se estima que al menos un tercio de
las escuelas de Inglaterra y Gales, unas 8.000, debió cerrar sus puertas, obligando a muchos padres
a quedarse en casa para cuidar de cerca de 2,5 millones de niños que se vieron afectados. "Tras
tres años de incrementos salariales por debajo de la inflación, la perspectiva de tres años más de
lo mismo es la gota que colma el vaso", dijo la líder sindical de los maestros, Christine Blower.
El gobierno laborista estudia un aumento salarial para los profesores del 2,4 por ciento frente al
4.1 por ciento que demandan los docentes.
Turbulencias. Brown, cuya popularidad ha caído en picada tras una serie de
crisis y que lucha para mantener a flote la economía en medio de las turbulencias mundiales, ha
calificado la huelga de "muy lamentable" e instó a los maestros a reconsiderar sus actos. Pero los
sindicatos están combativos, decididos a enfrentarse a un gobierno que intenta contener el gasto
del sector público. El gobierno laborista estudia un aumento salarial para los docentes del 2,4 por
ciento frente al 4.1 por ciento que demanda el sector.
Los maestros formaron piquetes en las puertas de algunos colegios londinenses
con pancartas con la leyenda "¿Dónde está el dinero, querido?", en referencia a Brown y explicando
a los padres de los alumnos el motivo del paro.
Millones de trabajadores han expresado su desencanto y frustración con sus
últimas revisiones salariales, a medida que el costo de la vida ha crecido. A los profesores, en
una coordinada ola de protestas, se sumaron ayer funcionarios, que van desde guardacostas a
inspectores de tránsito.
También los trabajadores de la refinería de Grangemouth (Escocia) fueron
convocados a una huelga, en este caso por su sistema de pensiones. Este paro puede producir
importantes problemas de suministro de combustible. Además, millones de funcionarios han expresado
su desacuerdo con la política salarial del gobierno inglés, que no tiene en cuenta las alzas de los
precios que están acompañando a la última crisis económica.
Rebelión laborista. El amplio descontento es el último golpe para Brown, que se
enfrenta a una posible rebelión de sus propios diputados laboristas. El gobierno dijo que
contemplaría formas de ayudar a los más afectados por la abolición de la banda más baja de
impuestos a los ingresos.
Brown, que sustituyó a Tony Blair como primer ministro en junio pasado tras ser
durante 10 años su ministro de Finanzas, ha visto caer sus índices de aprobación mientras los
efectos de la crisis crediticia erosionan su reputación de gestor de una economía sana. El 1º de
mayo se enfrenta a las urnas en unos comicios locales que son su primera cita electoral desde que
sustituyó a Blair, y los conservadores ya sueñan con volver al poder.