Londres.— El gobierno británico impondrá las mayores reducciones al gasto
público desde la Segunda Guerra Mundial con un ambicioso plan de austeridad, el cual prevé la
eliminación de beneficios y empleos en el sector público. El objetivo, según explicó ayer el
titular del Tesoro, George Osborne, es ahorrar 83.000 millones de libras (95.000 millones de euros)
y reducir el actual déficit público del 11 por ciento hasta el 3 por ciento.
En primer lugar Osborne anunció la eliminación de hasta 490.000 puestos de
trabajo en la administración pública, además de recortes millonarios en subsidios familiares y
prestaciones sociales.
El ministro indicó que la mayor parte de los empleos se reducirán por las
fluctuaciones naturales, pero que también habrá despidos. "Haremos todo lo posible por encontrar
trabajos alternativos para los afectados", aseguró.
Osborne defendió los recortes programados por el gobierno conservador de David
Cameron aseverando que "se trata de un camino difícil, pero conduce a un futuro mejor. Nos
mantendremos por el buen camino. Estabilizaremos la economía de nuestro país y no volveremos a
llevar al Reino Unido al borde de la bancarrota", añadió. De esta manera hizo referencia a las
deudas dejadas por 13 años de gobiernos laboristas.
La oposición, por su parte, aseguró que los planes del gobierno son "un juego
con la existencia de numerosas personas", según señaló el experto en finanzas laborista Alan
Johnson.
Grandes perdedores. Los recortes previstos por el gobierno se extenderán por
todos los rincones de la administración: cultura (41 por ciento), asuntos exteriores (24 por
ciento), defensa (8 por ciento), medio ambiente y asuntos rurales (8 por ciento), empresas (7,1 por
ciento) gobierno local (7,1 por ciento), justicia (6 por ciento) y policía (4 por ciento).
Entre los grandes perdedores se cuentan los medios, la cultura y el deporte. La
emisora BBC deberá asumir su servicio mundial, emitido en 33 idiomas, sin ayuda estatal. Cientos de
diplomáticos con sede en Londres perderán sus empleos debido a la reducción en el presupuesto del
ministerio de relaciones exteriores.
El gobierno recortará los subsidios del Estado del Bienestar en unos 20.000
millones de euros: un tercio más de lo anunciado hasta ahora.
Al margen de los recortes, Osborne también anunció el aumento de la edad de
jubilación de los 65 años actuales a los 66 años dentro de una década. Según fuentes
gubernamentales, esto permitirá ahorrar 5.600 millones de euros a las cuentas públicas.
Una cuarta parte de la reducción del déficit se logrará con aumentos de
impuestos. El más relevante es la subida del IVA del 17,5 por ciento al 20 por ciento, que entrará
en vigor en enero del año que viene.
Osborne explicó que el sistema de salud estatal NHS, la educación escolar y la
ayuda al desarrollo no sufrirán recortes. También se mantendrá el presupuesto para luchar contra el
terrorismo islámico y de republicanos irlandeses, y para asegurar el funcionamiento de los Juegos
Olímpicos de Londres en 2012.
Los sindicatos ya anunciaron una campaña de protestas contra los "brutales"
recortes, que aseguran impactarán especialmente sobre los sectores más vulnerables de la sociedad y
harán del Reino Unido una nación "más desigual y más miserable".