La oposición a la medida del primer ministro británico Boris Johnson de suspender el Parlamento comenzó a cobrar fuerza ayer, con manifestaciones, medidas legales y una petición que ha recolectado más de un millón de firmas.
La oposición a la medida del primer ministro británico Boris Johnson de suspender el Parlamento comenzó a cobrar fuerza ayer, con manifestaciones, medidas legales y una petición que ha recolectado más de un millón de firmas.
La maniobra de Johnson da a sus rivales aún menos tiempo para evitar un caótico Brexit sin acuerdo antes del 31 de octubre, cuando vence el plazo para que Londres abandone la Unión Europea. Pero la decisión indignó a sus críticos y está uniendo a los divergentes líderes de oposición, que confirmaron que seguirán presentando propuestas para bloquear una salida sin pacto.
“Intentaremos aprobar la legislación apropiada durante el tiempo limitado que el gobierno ahora nos deja”, dijo Barry Gardiner, vocero de comercio internacional del opositor Partido Laborista.
Miles de personas llenaron el Parque College Green, en las inmediaciones del Parlamento, el miércoles por la noche, con banderas de la Unión Europea y carteles en los que mostraron su enfado por la situación. En otras ciudades y localidades se celebraron concentraciones más pequeñas, y 25 obispos de la Iglesia Anglicana publicaron una carta abierta mostrando su preocupación por el “impacto económico” del llamado Brexit “duro” entre la población más pobre y vulnerable.
Una petición publicada en el cibersitio del gobierno para que no se suspenda el Parlamento recibió más de un millón de firmas, lo que garantiza que será considerada para debate. Los desafíos legales crecen. Los legisladores ya pidieron a una corte escocesa que decrete que suspender el Parlamento es ilegal. La empresaria Gina Miller, que en 2017 ganó un caso en la Corte que impidió que el gobierno iniciase la cuenta regresiva para el Brexit sin una votación parlamentaria, prepar otro recurso. Un activista de derechos humanos presentóuna demanda en Irlanda del Norte, argumentando que el histórico acuerdo del Viernes Santo con el que se logró la paz peligra por la medida de Johson.