Tras presentar las líneas programáticas de su gobierno, el nuevo primer ministro italiano Paolo Gentiloni consiguió por amplitud la moción de confianza de la Cámara de Diputados y se encamina a obtener la ratificación en su cargo, para lo que debe ser ratificado hoy por el Senado. Pese a las críticas
Gentiloni, de 62 años, juró el lunes como presidente del Consejo de Ministros en reemplazo del renunciante Matteo Renzi, ambos del Partido Democrático (PD), y necesita la aprobación de las dos cámaras legislativas para tener plenos poderes. Ayer, tras detallar su plan de gobierno acompañado por su gabinete, el ex canciller Gentiloni consiguió 368 votos a favor y 105 en contra. Casi 150 diputados de las fuerzas opositoras Liga Norte, Movimiento 5 Estrellas y Hermanos de Italia se retiraron a la hora de la votación en repudio al nuevo gobierno. Consideran que al ser casi una copia del anterior de Renzi no responde al fuerte rechazo que llegó desde las urnas en el referéndum sobre la reforma constitucional que se realizó el pasado 4 de diciembre.
Ante el Parlamento, el nuevo premier reiteró que entre las prioridades de su gobierno estará la sanción de una nueva ley electoral para poder convocar comicios el año próximo y cerrar así la crisis política abierta con la renuncia de Renzi tras su derrota en el referéndum constitucional. El "No" triunfó ese día por un 60 por ciento contra 40 por ciento del "Sí", una contundencia que forzó a Renzi a renunciar a su cargo y abrir así una inesperada crisis política. El nuevo gobierno, que mantiene en sus carteras a casi todos los ministros de Renzi y que según Gentiloni "durará hasta que dure la confianza" parlamentaria, consiguió 368 votos, 67 votos más allá de los 301 del PD, incluidos los 26 del Nuevo Centro, su aliado más importante. Las fuerzas centristas, que cuentan con unos 50 diputados, habían expresado que no desean un adelantamiento brusco de las elecciones, como exigen Liga Norte y los demás grupos radicalizados, que se retiraron del reciente. Los "no" reunieron 105 votos.
Durante la presentación de las líneas centrales de su gestión ante el Parlamento, Gentiloni hizo hincapié en la necesidad de reconstrucción de las zonas afectadas por los terremotos de agosto pasado y la sanción de una nueva ley electoral, para la que el Ejecutivo "acompañará" al Parlamento. El presidente Sergio Mattarella fue categórico en este punto: sin nueva ley electoral no es posible ir a las urnas. Ocurre que al verse frustrada la reforma constitucional —que redimensionaba drásticamente el Senado— ambas Cámaras quedaron cada una con una ley electoral diferente. Algo que podría derivar en una situación sin salida si se va así a las elecciones. Mattarella, ex juez de la Corte Constitucional, así como otros expertos, han señalado este evidente peligro, que sería letal para un país ya muy complicado con la crisis económica y un panorama político preocupante, con las fuerzas populistas que avanzan sobre los partidos tradicionales.
Además, Geltinoni prometió "colaborar con la transición" en los Estados Unidos, de Obama a Trump, y mantener el rumbo de la política del país en materia de inmigración. "Dentro de pocos días tomaremos la presidencia del G-7 y entraremos en el Consejo de Seguridad de la ONU, y lo haremos en un momento difícil, que coincide con la transición americana, con la cual estamos prontísimos a colaborar", afirmó. Además, advirtió que hay "muchísimos teatros de guerra" en el mundo y ratificó que mantendrá la línea de la administración, de Renzi relativa a la inmigración en Europa.
Gentiloni, canciller de Renzi hasta hace pocos días, ratificó que en la cumbre de líderes europeos de mañana, en el que debutará en el cargo si hoy consigue la confianza de los senadores, "Italia tendrá una posición muy clara para sostener nuestras razones para renovar el reglamento de Dublín", que regula la política migratoria continental. "No es aceptable que se den pasos en una Europa muy severa sobre algunos aspectos de la política de austeridad y demasiado tolerante con los países que no comparten responsabilidades comunes" en la acogida de inmigrantes, enfatizó el primer ministro. "No podemos hacernos cargo del total del flujo migratorio sin la solidaridad de los otros países, por lo que pediremos discutir la reforma de las reglas", afirmó. Italia recibe una enorme cantidad de inmigrantes por su posición central en el Mediterráneo. Es con Grecia el país más afectado por la marea inmigratoria.
Los opositores señalan el continuismo con el gobierno de Renzi, con minimos cambios
en el gabinete