El líder libio, Muamar al Gadafi, se declaró hoy dispuesto a negociar un cese del fuego con la OTAN, al tiempo que rechazó nuevamente los llamamientos para que abandone el poder que viene ejerciendo desde hace casi 42 años.
“Hasta este momento Libia está dispuesta a aceptar un cese del fuego, pero un cese del fuego no puede ser unilateral”, dijo Gadafi en un discurso transmitido en vivo y en directo por la televisión estatal libia. Sin embargo, “nadie puede obligarme a dejar mi país, y nadie me puede decir que no debo luchar por mi país”, recalcó.
El líder libio exigió que un acuerdo de cese del fuego sea firmado por todas las partes involucradas en el conflicto. “Permítannos negociar con ustedes, con los países que nos están atacando”, propuso Gadafi en su discurso, que duró casi 90 minutos.
El jefe de Estado libio aseguró que su pueblo no se va a rendir si las potencias de la OTAN no están interesadas en conversar y que los libios están dispuestos a morir para resistir los ataques “terroristas”.
Representantes de la oposición rechazaron las negociaciones. “El tiempo para llegar a un compromiso ha pasado”, dijo el vicepresidente del Consejo Nacional de Transición, Abdelhafizh Ghoga. “La gente en Libia no puede imaginarse ni aceptar un futuro en el que el régimen de Gadafi esté presente”, añadió.
La OTAN, que desde el 31 de marzo lidera la operación internacional en Libia, ha realizado casi 4.400 operaciones aéreas sobre el país, entre ellas unos 1.800 bombardeos. La alianza militar se ha marcado como objetivo, de conformidad con la resolución 1973 del Consejo de Seguridad de la ONU, supervisar la zona de exclusión aérea y el mantenimiento del embargo de armas y proteger a la población civil.
Entre tanto, otros 2.000 refugiados procedentes en su mayoría de Libia llegaron a la isla italiana de Lampedusa en los últimos día y medio, informan medios italianos. De ellos, unos 500 llegaron hoy, mientras que otro bote también con 500 inmigrantes emitió una señal de emergencia debido a unas 40 millas náuticas de la isla. Los 1.500 refugiados restantes se encuentran provisionalmente en albergues de emergencia de la isla y serán trasladados con un ferry.