Una pregunta quedó sobrevolando la noche del domingo en Venezuela y en el exterior. ¿Fueron muchos o pocos los votos, los algo más de 7 millones que sumó la consulta de la oposición, sobre un padrón superior a 19 millones? El analista político y especialista en procesos electorales venezolano Eugenio G. Martínez respondió ayer en una extensa nota en el periódico digital Prodavinci. Para él, no hay dudas: fue una gran elección, realizada sin el aparato del Estado y con una infraestructura que ni remotamente es comparable a la de una elección nacional. Destaca además el explosivo voto en el exterior, casi 700 mil sufragios.
"La consulta popular celebrada el 16 de julio _señala Martínez_ fue un evento histórico: no solo por su forma de organización, sino por la simbología política que tendrá en el corto y mediano plazo. Al tratarse de un evento inédito en el país, no existen parámetros de comparación específicos, aunque sí se pueden utilizar algunos hitos de participación y votación pasados para tratar de explicar la abrumadora presencia de venezolanos que acudieron a expresar su opinión. Sin embargo, el evento de ayer debe verse desde una perspectiva política más amplia. El domingo 16 de julio no se celebró una elección, sino que ocurrió una gigantesca protesta ciudadana dentro y fuera del país".
Para el analista, "la opinión pública puso en las cifras de participación unas expectativas imposibles de cumplir, y eso probablemente explique que algunos ciudadanos piensen que la cifra de 7.186.170 votos con 95 por ciento de las actas escrutadas es baja". Fue un comentario bastante extendido en las redes sociales la noche del domingo. Pero "en poco más de 15 días se lograron desplegar y habilitar en el país 2.029 «puntos soberanos», que albergaban 14.303 mesas de votación. En cada mesa d se calculó una votación promedio de 640 personas. Esto significa que, dentro de Venezuela, la participación máxima que esperaban los organizadores era de 9.153.920 ciudadanos", enumera el experto.
"El segundo dato a tomar en cuenta" es "el aval que los ciudadanos le otorgaban a la consulta". Martínez enumera sondeos de la firma Datincorp en los que 55 por ciento de los venezolanos en edad de votar (aproximadamente 11 millones de ciudadanos) avalaban la iniciativa. Para la consultora Datanálisis, podían acudir hasta 7,5 millones de venezolanos. En otras palabras: el resultado del domingo es óptimo.
Martínez augura que el Consejo Nacional Electoral (CNE) "no ofrecerá datos de participación y abstención en la elección de la Constituyente", así como no dio datos de participación del ensayo de votación que hizo el domingo.
Pero "la consulta popular fue un evento inédito: no existen precedentes para compararlo". Sin embargo existen hitos de participación que se han usado para tratar de colocar en contexto la cifra anunciada. Nicolás Maduro fue electo presidente en 2013 con 7.587.780 de votos (50,61 por ciento de votos válidos), mientras en 2015 la oposición sumó 7.707.442 de electores en las elecciones parlamentarias (56 por ciento). El analista destaca la diferencia organizativa "entre esos eventos y la consulta popular. En las parlamentarias se habilitaron 14.515 centros de votación y 40.601 mesas, siete veces más que para la consulta popular". Otro caso, el referendo de 1999, llevado a cabo con el fin de aprobar la convocatoria a la constituyente de Hugo Chávez, es el evento más parecido en infraestructura a la consulta popular" del domingo. En el 99 se disponía de 8.403 centros de votación y 20.281 mesas, y 3.516.558 personas votaron avalando la convocatoria y 290.534 votaron en contra, 191.520 votaron nulo y 7.023.429 se abstuvieron. El padrón era de 11.022.031 de personas. En otras palabras, se puede decir que solo 31 por ciento de los venezolanos avalaron la constituyente de Chávez", sentencia Martínez. Actualmente, "el Registro Electoral (auditado) indica que existen 19.180.465 electores habilitados para sufragar, si se parte de la premisa de que todos los que participaron en la consulta están inscritos. En consecuencia, 37,4 por ciento de los venezolanos están en contra de la consulta popular". A partir de este punto se puede hacer interminables cálculos para demostrar que la participación fue mayor o menor que la registrada en anteriores elecciones". Pero, advierte Martínez, el acto del domingo "no era una elección o un referendo. Fue un evento político de otra naturaleza, que dibuja la hoja de ruta de la oposición en el mediano plazo. La clave no será el número total de participantes, sino la conducción política que reciba ese grupo de ciudadanos, y quienes no participaron pero rechazan la constituyente de Maduro.
Para el analista venezolano, el decisivo voto en el exterior no está reconocido debidamente por el CNE. "Solo reconoce en el exterior a 110 mil electores. La participación de ayer (693.789 venezolanos) refleja perfectamente la magnitud de la emigración y el impacto que podrían tener esos votos en una próxima elección en Venezuela". Se demuestra, además, el valor maquiavélico que tiene la ley electoral aprobada en 2009, "que niega o limita el derecho de estos ciudadanos a participar en las elecciones". En la elección presidencial de 2013 la diferencia oficial entre Maduro y Henrique Capriles fue de 223.599 votos. "Estaban habilitados para sufragar en el exterior apenas 100.495 venezolanos. 60.832 de estos logró votar, de los cuales sólo el 7 por ciento (4.509) lo hizo a favor de Maduro". Solo en el sur de La Florida, Estados Unidos, acudieron a votar ahora 115.519 venezolanos. "En 2013 en esa jurisdicción nadie puede ejercer el derecho al voto por la orden del Ejecutivo Nacional de cerrar el consulado de Miami"; en España el CNE solo reconoce a 23 mil electores, cuando ahora participaron 91.985, o que se acabaron las boletas en Argentina y Chile". Martínez cree que otro hubiera sido el resultado en 2013 con estos votantes. Pero mientras prevalezca la ley electoral de 2009 estos ciudadanos solo podrán participar si ejercen su derecho al voto en Venezuela.