Irán y Francia iniciaron “una nueva relación” con la visita oficial del presidente iraní Hasan Rohani a París, en la que se anunciaron multimillonarios acuerdos económicos. Sin embargo, la visita del presidente iraní también motivó protestas y denuncias contra las ejecuciones y la política represiva del régimen clerical de Teherán. Francia espera hacer grandes negocios con Irán, que acaba de dejar atrás una larga era de sanciones económicas internacionales por su programa nuclear. Esta normalización ha abierto un gran mercado potencial, al que todos los europeos quieren sumarse. Irán confirmó por lo pronto que comprará 118 aviones al consorcio europeo Airbus.
“Este es un nuevo capítulo de nuestras relaciones”, dijo el presidente François Hollande, en rueda de prensa junto a Rohani. Este instó a “pasar la página” de los “viejos rencores” para “abrir una nueva relación” entre ambos países en reunión con los poderosos empresarios de Medef, la principal asociación patronal de Francia.
Desde la revolución islámica de 1979, las relaciones entre Teherán y París han pasado por numerosas crisis. Ahora mejoran gracias al acuerdo internacional sobre el programa nuclear iraní, firmado en julio pasado y ratificado recientemente por Naciones Unidas luego de hacer inspecciones al complejo nuclear iraní. Rohani llegó a Francia proveniente de Italia, donde desarrolló también una intensa agenda de negocios bilaterales.
Protestas y críticas. Pero no todo fueron rosas en la visita del presidente del régimen islámico a París. Hubo manifestaciones de importancia de la numerosa colectividad de iraníes exiliados, los que condenaron las numerosas condenas a muerte del régimen islámico iraní. A su vez, Amnistía Internacional recordó que Irán es el país que ejecuta más menores en el mundo. Las ejecuciones son habituales en el sistema penal iraní, de los más represivos del mundo. Por su parte, Reporteros Sin Fronteras denunció que Irán es “una de las cinco mayores cárceles del mundo para los periodistas”. Los opositores todavía tienen en prisión a numerosos integrantes, que pagan con años de cárcel las protestas contra la reelección al parecer fraudulenta del presidente extremista Mahmud Ahmadineyad en 2009.
Hollande destacó ante de Rohani el compromiso de Francia con los derechos humanos. “Hablamos de todo, porque esta es la regla de conducta de Francia”, precisó. Pero este compromiso no fue un obstáculo para que Francia hiciera, como antes Italia, millonarios negocios con la delegación oficial de Irán.
Irán, potencia petrolera mundial y con sus 79 millones de habitantes con una buena renta per capita, es un destino de interés para las empresas francesas y occidentales en general.
Peugeot-Citroen. El grupo automovilístico Peugeot-Citroen anunció su regreso a Irán a través de un proyecto conjunto con la automotriz iraní Khodro, que representa una inversión de hasta 400 millones de euros en cinco años, según un comunicado del grupo, que pretende fabricar 200.000 vehículos anuales en Irán. Peugeot es el primer fabricante de autos occidental que anuncia su instalación en Irán desde que se levantaron las sanciones hace pocos días.
A la vez, el presidente del consorcio europeo Airbus, Fabrice Bregier, anunció que Irán firmó un acuerdo para comprar 118 aviones de mediano y gran porte y recorrido. El acuerdo es el más alto hasta ahora anunciado con Irán: está valorado en 25.000 millones de dólares, o 22.000 millones de euros. Para Europa significa además una fuente de empleos calificados en un período en que el desempleo castiga al Viejo Continente. Pero el acuerdo con Airbus es una promesa de compra y no un contrato definitivo, ya que todavía no están levantadas la totalidad de las sanciones contra Irán. Se descuenta sin embargo que esto ocurrirá.
En tanto, la petrolera francesa Total, una potencia mundial en el rubro, firmó un contrato para comprarle a Irán entre 150.000 y 200.000 barriles por día de crudo. Irán es una potencia de la Opep, pero las sanciones y la caída del precio del barril han afectado duramente a su economía. El país necesitará con urgencia inversiones en su anticuada infraestructura petrolera, tanto en la producción y extracción como en la refinación.
En el plano diplomático, la visita de Rohani, prevista en principio hace dos meses pero aplazada a raíz de los atentados terroristas islámicos del 13 de noviembre en París, es la prueba de que el “regreso de Irán al escenario internacional es posible ahora”, dijo Hollande.
Siria. Fuentes diplomáticas acotaron que se espera que Irán “desempeñe un papel positivo sobre el asunto sirio”. Actor importante en la guerra en Siria, Irán apoya militar y políticamente al dictador Bashar Assad junto con Rusia. Francia, en contraste, exige la salida de Assad del poder. “Es urgente poner en marcha medidas humanitarias y negociar una transición política. Esto es posible”, declaró Hollande sobre Siria. A la vez lamentó el retraso del inicio de las negociaciones en Ginebra entre el gobierno sirio y los opositores y rebeldes. En las conversaciones figura también otro espinoso tema diplomático: la crisis que opone Irán a Arabia Saudita. Hollande ha exhortado a la “des-escalada” entre los dos países, que rompieron sus relaciones diplomáticas en enero tras la ejecución de un líder shiíta por Riad y el saqueo de la embajada saudita en Teherán. Ambos países están en bandos opuestos, tanto en Siria como en Yemen.