La primera vuelta de las elecciones legislativas en Francia dio dos resultados llamativos: un relativo revés del presidente Emmanuel Macron, y un resurgimiento del líder de izquierda populista Jean-Luc Melenchon, quien había quedado tercero en las presidenciales de abril pasado. Ambas formaciones salieron empatadas en votos: 25% cada una según las proyecciones. El ballottage de las legislativas se hará el próximo domingo 19 de junio. Resta esperar a esta segunda vuelta que definirá cuántas bancas parlamentarias se llevará cada sector. En el sistema francés la Asamblea Nacional renueva por completo sus 577 bancas. Macron apuesta a recuperar terreno esta semana y llegar a la mayoría absoluta, con los franceses atemorizados ante la perspectiva de un presidente en minoría y forzado a una "cohabitación" conflictiva con un primer ministro de izquierda. En cuanto a la ultraderecha de Marine Le Pen, quien pasó al ballottage en abril y perdió ante Macron, recogió ahora un 18% de votos.
La alianza Juntos, de Macron, (Ensemble) logró entre un 25% y un 25,8% de votos, mientras que la Nueva Unión Popular Ecológica y Social (Nupes) de Melenchon cosechó de 25% a 26,2%, según los institutos de opinión tras el cierre de las urnas. Fue un empate inesperado. Un elemento determinante fue el ausentismo, que rondó el 53%.
El sistema electoral francés es complicado para hacer proyecciones claras de los resultados. Los electores deben escoger al diputado de su circunscripción _son 577 en total_, mediante un sistema mayoritario uninominal a dos vueltas.
Según los institutos de opinión, tras el ballottage del próximo domingo 19 de junio, las fuerzas que apoyan al presidente lograrían entre 260 y 310 escaños, seguidas de la Nupes, con entre 150 y 220 bancas. La mayoría absoluta se sitúa en 289 diputados, es decir que Macron no tiene cerradas las posibilidades de alcanzarla.
“Somos la única fuerza política en capacidad de obtener la mayoría en la Asamblea Nacional; tenemos una semana para convencer”, declaró la primera ministra Elisabeth Borne, que pidió una mayoría “fuerte y clara” para el oficialismo.
La movilización es un factor determinante para el equilibrio final de fuerzas, máxime cuando los votantes de izquierda radical y de extrema derecha son más proclives a abstenerse. La abstención se situó alrededor del 53%. El ballottage del próximo domingo mostrará si los franceses otorgan su confianza total a Macron, dándole mayoría propia, o si lo obligan a negociar con una mayoría relativa o si le imponen una “cohabitación”. En este último caso, “él ya no fijaría la política de la nación, sino la mayoría de la Asamblea y el primer ministro que salga de ella”, explicó Dominique Rousseau, profesor de Derecho de la universidad Panthéon-Sorbonne.
Francia ya tuvo mandatos con un gobierno y un presidente de diferente signo político. La última "cohabitación" fue de 1997 a 2002, cuando el presidente conservador Jacques Chirac nombró primer ministro al socialista Lionel Jospin. El resultado de ayer “es una advertencia muy seria para Macron, son 7 puntos menos que en 2017 y la mayoría absoluta no se da por hecho”, analizó el politólogo Brice Teinturier en la cadena France 2, para quien los franceses buscaron “reequilibrar” la presidencial de abril. Los comicios son claves para el mandatario reelecto el 24 de abril y que necesita una mayoría absoluta para poder aplicar su programa de reformas.
Luego de aquella victoria de Macron frente a la ultraderechista Marine Le Pen, los principales partidos de izquierda _ecologistas, comunistas, socialistas y Francia Insumisa (izquierda radical-populista, de Melenchon)- decidieron por primera vez en 25 años concurrir en un frente unido, liderado por este caudillo, que hizo un muy buen papel en las presidenciales al salir tercero con 22% de votos.
Para la izquierda, el presidente fue reelegido en abril no por su programa, sino porque los franceses lo votaron para evitar la llegada al poder de Le Pen. “El partido presidencial está derrotado”, afirmó Melenchon, quien llamó a la movilización en el ballottage.
Este veterano político de 70 años, que se quedó a las puertas del balltotage de la presidencial, presentó estos comicios como una “tercera vuelta” y busca convertirse en “primer ministro”. “Al final de esta primera vuelta, la Nupes ha ganado. Estará presente en más de 500 circunscripciones en la segunda vuelta”, destacó Melenchon. “Por primera vez en la V República, un presidente recién elegido no logra obtener la mayoría en las elecciones legislativas inmediatamente posteriores”, subrayó, y destacó que este resultado demuestra que este acuerdo de las fuerzas de izquierda está “listo para gobernar”. Pero precisamente estos datos pueden impulsar a los que no fueron ayer a votar a sí hacerlo el próximo domingo, y a votar por el partido de Macron.
Los resultados de ayer dificultan la formación de un gobierno, en particular si es con Melenchon a la cabeza, dado que sería difícil lograr una mayoría estable, pero tampoco es una buena perspectiva para Macron, quien tendrá que pactar si quiere controlar la Asamblea Nacional.
A diferencia de la presidencial, la ultraderecha -dividida- no llegó en posición de fuerza, más allá de sus feudos en el norte y el sureste, y el tradicional partido de centroderecha Los Republicanos (LR) se juega su porvenir tras la debacle de abril.
Según los sondeos, LR mantendría entre 33 y 80 diputados, por delante del partido de Le Pen (de 10 a 45). El partido Reconquista! (ultraderecha) podría entrar en el parlamento con 3 diputados, pero su líder Éric Zemmour quedó eliminado.