La esperada operación para evacuar a un millar de civiles de la ciudad ucraniana de Mariupol comenzó a pequeña escala este domingo, bajo supervisión de las Naciones Unidas y la Cruz Roja. La operación continuará este lunes a mayor escala, según esperan los operadores humanitarios. Los testimonios que dieron los evacuados son aterradores. Pasaron semanas en túneles bajo tierra con sus hijos, mientras las bombas de los aviones y cañones rusos hacían temblar la estructura de una enorme planta siderúrgica donde se escondían.
El esfuerzo de evacuación se centra en la extensa planta siderúrgica de Azovstal, de 11 km 2, donde se refugian un millar de civiles y los últimos dos mil combatientes ucranianos que resisten en la devastada Mariupol. El presidente ucraniano Volodimir Zelenski cifró en 100 los primeros civiles sacados del lugar, poco después de que voceros de la ONU dijeran que estaba en curso el operativo.
Los comentarios de la ONU fueron la primera confirmación oficial no proveniente de alguna de las partes en conflicto de las gestiones de evacuación de civiles de la planta Azovstal, luego de que Ucrania y Rusia, cuyas fuerzas controlan Mariupol, informaran previamente de la salida de algunos civiles.
El vocero de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (Ocha), Jens Laerke, dijo que el esfuerzo por sacar a los civiles se estaba realizando en colaboración con el Comité Internacional de la Cruz Roja y en coordinación con autoridades de Ucrania y Rusia. Zelenski dijo que este lunes se reunirá con los primeros civiles evacuados en Zaporiyia, una ciudad a 227 kilómetros al noroeste de Mariupol. “Comenzó la evacuación de civiles de Azovstal. El primer grupo de unas 100 personas ya está en camino a un área controlada. Mañana nos reuniremos con ellos en Zaporiyia”, dijo el mandatario en su cuenta de Twitter.
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El asedio de un mes y medio del ejército ruso redujo a escombros una ciudad que era hasta febrero rica y apacible.
A Zaporiyia ya habían ido muchos otros civiles que habían logrado escapar de Mariupol por sí mismos luego de que la ONU y la Cruz Roja o por dudtuvieran que abortar intentos previos de sacar a personas de la ciudad ante persistentes bombardeos rusos as sobre la seguridad de las rutas de evacuación, los llamados “corredores humanitarios”.
Laerke contó que la evacuación es realizada con una caravana de vehículos, que el 29 de abril inició un camino de 230 kilómetros hacia Mariupol y llegó al complejo siderúrgico el sábado, pero agregó que la situación era muy compleja y que no podía dar más detalles por razones de seguridad, informó la agencia de noticias AFP.
Un testimonio
Con la llegada de los primeros refugiados, que padecieron durante semanas en las “catacumbas” de la planta siderúrgica, se comenzaron a conocer los primeros testimonios. Uno es de Natalia Usmanova, de 37 años, quien contó cómo vivió durante días el impacto de las potentes bombas de la aviación rusa mientras ella se escondía bajo tierra. “Temí que el búnker no resistiera, tuve un miedo terrible”, dijo. “Cuando el búnker empezó a temblar, me puse histérica, mi marido puede dar fe de ello: estaba tan preocupada de que el búnker se derrumbara... No vimos el sol durante mucho tiempo”, añadió. “No puedes imaginar lo que hemos pasado: el terror. Viví allí, trabajé allí en Azovstal toda mi vida, pero lo que vimos allí fue simplemente terrible”.
Se cree que unos 1.000 civiles están aún refugiados en la vasta red de túneles que corre bajo el complejo de Azovstal, junto a unos 2.000 combatientes ucranianos.
El ejército de Rusia y sus aliados separatistas de Donetsk tomaron control de la ciudad portuaria hace 10 días, luego de haberla bombardeado y sitiado durante más de un mes y medio. Pero como la planta no se rindió, continuaron bombardéandola. De la rica y pacífica ciudad de febrero no queda casi nada. Sus manzanas están formadas ahora por restos de edificios quemados y escombros. De los 430 mil habitantes que tenía esta ciudad, hoy quedan menos de 100 mil, según estimaciones de la ONU y autoridades ucranianas. La planta de acero es el único lugar de Mariupol donde aún resisten militares ucranianos. Previamente, los combatientes ucranianos atrincherados dijeron el sábado que unas 20 mujeres y niños habían sido evacuados del lugar durante un alto el fuego. El Ministerio de Defensa de Rusia elevó luego la cifra a 46, sacados en dos tandas. La agencia de noticias Europa Press dijo que otros 40 civiles, entre ellos 14 mujeres y ocho niños, fueron evacuados ayer de Azovtsal, pero la información no fue confirmada por ninguna autoridad.
Una parte de los evacuados fueron llevados a la localidad bajo control ruso de Bezimenne, a unos 30 kilómetros al este de Mariupol, en tres colectivos marcados con insignias de la ONU. De allí siguieron camino a Zaporiyia.
Se estima que decenas de miles de civiles ucranianos han muerto desde el inicio de la invasión rusa el 24 de febrero. La ONU dijo haber confirmado 2.900 civiles muertos, y que más de 5,3 millones de ucranianos abandonaron el país por la guerra. Pero esa cifra es claramente defectuosa: solo en Mariupol las autoridades ucranianas locales estimaron en 20 mil los fallecidos bajo las bombas rusas.