Con un escrutinio parcial que le era claramente desfavorable y llamativamente lento, el presidente de Bolivia Evo Morales pidió esperar el resultado final del referendo al que convocó el pasado domingo para ser habilitado a buscar un cuarto período a partir de 2020. Morales gobierna Bolivia desde enero de 2006. El presidente afirmó, en conferencia de prensa desde la sede de gobierno, que la votación de los campesinos podría hacer variar los escrutinios preliminares, que dan una fuerte ventaja al "No". "En las ciudades no nos quieren mucho, pero los primeros resultados me alientan, no me preocupan, somos optimistas. Hay que esperar los resultados con mucha serenidad y responsabilidad'', dijo Morales en el Palacio Quemado de La Paz.
Anoche, con un nuevo parte oficial que elevó el voto escrutado al 82 por ciento del total, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) indicó que el "No" obtenía el 54,2 por ciento y el "Sí" un 45,8 por ciento, una diferencia de 8,4 por ciento. Esta distancia resultaba algo menor con relación a los datos previos, con 80,5 por ciento del escrutinio, cuando el "No" sacó una diferencia de 10 puntos. "Estos datos son preliminares y corresponden al sistema de transmisión rápida y segura de actas", recordó la presidenta del TSE, Katia Uriona, en conferencia de prensa desde la ciudad de Sucre, donde el organismo electoral instaló el conteo oficial de votos del referéndum del domingo. La funcionaria explicó que la "transmisión rápida y segura de actas", consiste en la acumulación de datos preliminares enviados al TSE desde los distintos recintos de votación. Uriona adelantó que el TSE alcanzó el 47 por ciento del conteo de votos en el exterior, donde el "No" superaba, con 68 por ciento, ampliamente al "Sí", que recibía apenas un 31,67 por ciento.
La tendencia parecía ser a una menor ventaja del "No", según subía el porcentaje de votos escrutados. Cuando se contabilizaba el 37 por ciento de las actas el "No'' obtenía 61 por ciento frente al 38,8 por ciento del "Sí''.Con el 80,2 por ciento escrutado, la ventaja cayó a 54,5 por ciento contra 45,5 por ciento siempre en favor del "No". Anoche, el último parte, con 82 por ciento, recortaba levemente esa ventaja a 8,4 por ciento. Esto parece indicar que finalmente serán certeras las proyecciones de los medios privados, que el domingo daban un triunfo estrecho del "No". Morales ha enfrentado en sus diez años en el poder cinco pruebas electorales. En 2005, 2009 y 2014, las elecciones presidenciales, en 2008 un referendo revocatorio, y ahora este referendo constitucional, que por ahora es su primera derrota. En 2005, 2009 y 2014 Morales ganó las elecciones presidenciales con más del 50 por ciento en una ocasión, y con más del 60 por ciento en otras dos. En 2008 consiguió su mayor apoyo en las urnas cuando logró el 67 por ciento.
Números no oficiales.PUNCTUATION_SPACEEn cómputos no oficiales de las cadenas de televisión, el "No'' se habría impuesto con ligera ventaja sobre el "Sí''. Para la cadena de televisión ATB, el "No" obtuvo 52,3 por ciento, mientras Unitel otorgó un 51 por ciento a la negativa. La consultora Mori dio una ventaja del 51 por ciento a 47 por ciento en favor del "No". Los bolivianos respondieron a la pregunta si estaban de acuerdo en modificar la Constitución para permitir que Morales se postule una cuarta vez en 2019, para el período 2020-25.
La perspectiva de ver en el poder a la misma persona desde 2006 a 2025, sumada al inexplicado apuro en plantear la reforma a la ciudadanía, parecen haber hecho mella en la ciudadanía. La causa de ese apuro parece ser clara: el modelo económico que dio tantas victorias a Evo Morales, basado en la exportación del gas, está deteriorado y afrontará años magros en el futuro inmediato. A estos datos se sumó el escándalo que involucra a una ex novia de Morales quien desde 2013 es directiva de una empresa china que ha ganado jugosos contratos de obra pública sin licitación. "Sorprende la estrecha votación y pone de relieve las profundas divisiones del país. El resultado es un golpe a Morales. La desaceleración económica y recientes escándalos de corrupción erosionaron su popularidad y también hay una fatiga en el electorado'', explicó Michael Shifter, analista de Diálogo Interamericano, con sede en Estados Unidos. Según Shifter los votantes están enviando un mensaje en el sentido de que no es suficiente el impresionante crecimiento económico que experimentó Bolivia con Morales, "también están exigiendo un gobierno limpio''. Si el "No" triunfa finalmente, Morales finalizará su presidencia en enero de 2020.
"Las redes sociales hicieron daño"
"Las redes sociales, con las mentiras, hicieron daño. Estamos convencidos de eso", fue una de las aseveraciones más polémicas del presidente Evo Morales en los 38 minutos que habló con la prensa en el palacio de gobierno.
Morales adelantó que habrá un estudio sobre las redes sociales, tras una campaña electoral que vio crecer como nunca antes el rol de estas tecnologías. "Tal vez en el futuro va a ser importante debatir este tema de las redes sociales. En algunos países, con mala información, tumban gobiernos, perjudican a su país y crean confrontación. No sé si hay alguna gente que maneja para enfrentarnos.
Tanto Facebook como Twitter fueron espacios en los que surgieron y se viralizaron las denuncias de corrupción y la "campaña negativa" contra Morales,que aspiraba a ser habilitado para una nueva reelección con el cambio de la Carta Magna. Morales dos semanas antes del referendo del domingo vio estallar, bajo la lupa de aumento de las redes sociales, la denuncia de tráfico de influencias a favor de una ex pareja, relación que debió admitir y que durante años había mantenido oculta. Ayer, el presidente hizo algo remanido: culpó "a la derecha" de haber ejecutado un presunto plan para que no ganara el "Sí" a su reelección. "Habrá siempre alguien que investigue esos ataques que vienen como discriminación, humillación, como marginación al Evo en este proceso. No lo sé, pero alguien está haciendo seguimiento para demostrar cómo soportamos todo esto por Bolivia", señaló el presidente, hablando en tercera persona de sí mismo, una costumbre del mandatario boliviano.