En toda Europa, la gente sigue de cerca y con nerviosismo el referéndum de independencia convocado en Cataluña, pero es una espera silenciosa. Una alta participación con una mayoría de votos a favor de la secesión hoy podría dar alas a otras regiones con aspiraciones separatistas. Una tendencia de secesiones en el continente pondría nuevas presiones sobre la Unión Europea y plantearía el potencial de episodios violentos. Sin embargo, la mayoría de los líderes europeos ha evitado mostrar una posición pública sobre Cataluña. Pese a las tensiones entre bambalinas, son reacios a apoyar a los separatistas catalanes, que ignoran la ley española para celebrar la votación, o los agresivos esfuerzos del presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, por impedir la consulta. A continuación, un vistazo a cómo otros países europeos ven la situación en Cataluña.
• A favor de los separatistas. Aunque la votación no ha inspirado grandes manifestaciones o campañas virales en medios sociales fuera de España, sí provocó pequeñas marchas en Escocia, donde muchos sueñan con obtener la independencia de Gran Bretaña. La primera ministra escocesa, Nicola Sturgeon, mostró un apoyo claro pero discreto a la consulta catalana. Sturgeon, que lidera el Partido Nacional Escocés, dijo que es "totalmente legítimo que España se oponga a la independencia de Cataluña", pero dijo a los legisladores la semana pasada que "el derecho a la autodeterminación es un importante principio internacional, y espero que se respete en Cataluña y en cualquier otro lugar".
Figuras destacadas de la corriente independentista en la región belga de Flandes han depositado esperanzas en el referéndum del domingo y simpatizan con las quejas de la próspera Cataluña de que subvenciona a las regiones más pobres de España. "Creo que ya hay una dinámica (hacia la independencia en Europa). Sólo hay que mirar a Escocia. Es una evolución que ningún gobierno europeo puede evitar", dijo Jan Peumans, presidente del Parlamento regional de Flandes.
La Liga Norte italiana, que defendió votaciones para pedir más autonomía en Lombardía y Véneto, el norte de Italia, criticó las recientes detenciones de miembros del gobierno regional catalán ordenadas por las autoridades españolas. El movimiento catalán de independencia también recibió un apoyo inesperado del cuestionado presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, que hace poco anunció una victoria en una votación para consolidar su poder y que fue criticado por Rajoy.
Llamativo silencio
El silencio de la Unión Europea ha sido especialmente llamativo después de que el gobierno regional catalán pidiera directamente al bloque que mediara en la disputa. En respuesta a las peticiones de intervención desde Cataluña, la Comisión Europea —la rama ejecutiva de la UE— reiteró que el referéndum era un asunto interno español y que respetaba el orden constitucional del país. Las autoridades de la UE se negaron a intervenir incluso mientras crecía el temor a incidentes violentos tras la votación. "Estaremos, como todos, observando cómo se desarrollan los acontecimientos", dijo el vocero de la Comisión, Alexander Winterstein. En privado, los líderes del bloque son ligeramente más explícitos sobre sus preocupaciones. "Seguimos todo el proceso con una gran preocupación", dijo una funcionaria de la UE.
Dinamarca no se pronunció. Las Islas Feroe y Groenlandia —dos territorios daneses semiautónomos— han planteado la idea de separarse. Las Feroe tienen previsto celebrar un referéndum sobre una nueva Constitución en abril.
Rusia ignoró en gran parte la votación en Cataluña. Aunque algunos utilizaron la disputa para señalar las debilidades europeas, Moscú no está predispuesta a chocar con el gobierno de Rajoy porque España fue uno de los países menos hostiles hacia Rusia desde que se anexionó Crimea. Ni siquiera Serbia, todavía recuperándose de la secesión de Kosovo en 2008, apoyó de forma explícita al gobierno en Madrid, a pesar de que España es uno de los cinco Estados de la UE que no reconoce la independencia de Kosovo.
Rajoy ha alejado a posibles aliados políticos al enviar a la policía a impedir la votación. Ningún otro mandatario europeo ha condenado con firmeza el referéndum, lo que probablemente fue una decepción para el gobernante español. Su apoyo más contundente llegó del presidente de Francia, Emmanuel Macron, cuyo país ha registrado corrientes independentistas de bajo nivel en Córcega y el País Vasco francés, en el suroeste. "Conozco a una socia y un amiga, que es España, España en su conjunto. Tengo un interlocutor y está a mi lado y su nombre es Mariano Rajoy. El resto no me atañe", dijo Macron en una reunión en junio con Rajoy, según medios franceses.
Otros pisaron con más cautela
Tras una cumbre de la UE el viernes último en Estonia, la presidenta de Lituania, Dalia Grybauskaite, mostró su franqueza y brevedad características cuando se le preguntó por España. "No es fácil. Sensible. Pero deseamos que España permanezca fuerte". La poderosa Alemania está jugando sobre seguro. "Tenemos un gran interés en que se mantenga la estabilidad en España", dijo a la prensa en Berlín el portavoz del gobierno alemán, Steffen Seibert. Ni siquiera uno de los aliados más estrechos de Rajoy en la UE, el presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, lo apoyó de forma explícita, y en lugar de eso pidió más diálogo, sugiriendo que el mandatario no hizo suficiente para buscar una solución. "Creo que es importante hablar en el plano político después del lunes y respetar las leyes: las leyes catalanas y las leyes españolas", dijo Tajani el viernes. El presidente del Parlamento expresó su esperanza de que no haya violencia el domingo. "Las normas de la política no pueden ser con violencia", dijo.