Palma.— Diez días después del asesinato de dos guardias civiles en Mallorca,
ETA reapareció ayer en la isla española sembrando el miedo con una cadena de tres explosiones en
una zona turística de Palma. Las bombas, de escasa potencia, causaron daños materiales pero no
heridos ni víctimas mortales.
La primera explotó en los baños de un restaurante poco antes de las 14.30,
cuando el establecimiento, no muy lejos de la playa, se encontraba lleno de clientes. La policía
inició inmediatamente el desalojo y el acordonamiento de la zona, un lugar muy turístico de
Palma.
La segunda bomba estalló en los servicios de otro restaurante de la zona. Y la
última lo hizo en torno a las 18 en una galería comercial situada bajo la Plaza de España de Palma,
la capital de la isla mediterránea en la que la familia real pasa sus vacaciones estivales.
El delegado de gobierno en Baleares explicó que se recibieron hasta cuatro
avisos sobre la colocación de los explosivos, realizados desde Francia y con una voz distorsionada.
Sin embargo, todas las llamadas resultaron confusas y sin datos precisos.
"Campaña de verano". La organización separatista vasca parece haber elegido este
año el archipiélago para su tradicional "campaña de verano", un eufemismo bajo el cual muchos meses
de julio y agosto ha perpetrado atentados para aterrorizar a los veraneantes y hacer daño a uno de
los sectores económicos más importantes de España.
"Todo apunta a que hay un comando de ETA en Mallorca", aseguró el fiscal jefe
del Tribunal Superior de Justicia de Baleares, Bartomeu Barceló. Desde la explosión de la bomba
lapa que el 30 de julio mató a los dos guardias civiles en el municipio mallorquín de Calviá, las
fuerzas de seguridad buscan en la isla, mediante un gran despliegue, a los responsables de aquel
atentado.
La policía también está buscando un temporizador de alguna de las tres bombas
para analizarlo, y ver si los terroristas las colocaron antes de matar a los guardias civiles el 30
de julio, por lo que ya se habrían ido de la isla, o si por el contrario, están todavía allí.
El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, ya había advertido de la
posibilidad de que los terroristas permaneciesen en Mallorca.
Príncipes solidarios. Tras el asesinato de los dos agentes, los príncipes de
Asturias, Felipe y Letizia, estuvieron paseando el pasado jueves por las inmediaciones de la
catedral de Palma para mostrar el apoyo y la solidaridad con la isla de la familia real, que todos
los años pasa sus vacaciones en Mallorca. El viernes, el rey Juan Carlos recibió en Palma a las
autoridades baleares con la misma intención.
Ministro en la mira. Entretanto, la organización separatista vasca asumió ayer
mediante un comunicado los atentados perpetrados en junio y julio, entre ellos los asesinatos del
policía Eduardo Puelles en el País Vasco y los de los guardias civiles Carlos Enrique Sáenz de
Tejada y Diego Salva Lezaun, hace diez días en Mallorca con una bomba lapa adosada a su
vehículo.
En ese comunicado publicado en el diario vasco proetarra Gara, ETA apuntó además
directamente al ministro del Interior. "Es él, y no ETA", indicó el grupo armado sobre Rubalcaba,
"quien quisiera ver muertos a familiares de guardias civiles y niños para crear contradicciones a
ETA. Es él quien está jugando a que mueran civiles. Es él quien puede tomar medidas para evitarlo y
no lo hace", aseguró.
De esta forma el grupo terrorista se refería al atentado que, un día antes de la
muerte de los dos guardias civiles en Mallorca, causó 65 heridos leves en una residencia de la
Guardia Civil en Burgos, en el norte del país. Rubalcaba había asegurado que al hacer explotar la
potente bomba colocada junto al edificio, ETA persiguió causar una matanza.
La organización armada, que el pasado 31 de julio cumplió 50 años, ha matado a
más de 800 personas en su pretensión de lograr la independencia del País Vasco del resto de
España.