Madrid/Azpeitia. — Dos semanas después de la detención de su presunto máximo
jefe, Mikel Garikoitz Aspiazu, alias Txeroki, ETA mató ayer a tiros a un empresario en el País
Vasco, en el norte de España. Ignacio Uría, que tenía 70 años, era propietario de la empresa Altuna
y Uría, una de las que participan en la construcción del trazado ferroviario de alta velocidad en
el País Vasco. Este ha sido objetivo de ataques y sabotajes por parte de ETA y de su entorno en los
últimos meses. El empresario recibió varios disparos en un estacionamiento de la localidad
guipuzcoana de Azpeitia, de unos 14.000 habitantes, según confirmaron fuentes del Departamento de
Interior del gobierno regional vasco.
Impuesto revolucionario. En el momento del ataque se dirigía al restaurante al
que solía acudir prácticamente todos los días. Dos hombres se bajaron de un coche y le dispararon,
para huir después en el mismo automóvil. Uría no llevaba escolta. Fuentes policiales indicaron que
el empresario había recibido amenazas por no pagar el llamado "impuesto revolucionario", como
califica ETA sus extorsiones al empresariado.
El jefe del Ejecutivo español, José Luis Rodríguez Zapatero, expresó ayer la
absoluta determinación del gobierno de "perseguir sin descanso" a los terroristas de ETA. "Deben
saber —dijo Zapatero durante una comparecencia en La Moncloa— que van a pasar el resto
de su vida en la cárcel. Que no duden en ningún momento de que así será". Zapatero, que condenó
duramente el "muy cobarde asesinato", expresó su apoyo a los empresarios y trabajadores del País
Vasco y destacó la unidad y la resolución de los demócratas frente al terrorismo.
Objetivo. Los terroristas robaron el coche con el que acudieron al
estacionamiento de Azpeitia y dejaron a su conductor maniatado. Tras el atentado, quemaron el
vehículo para borrar huellas y huyeron en otro vehículo. En agosto, ETA amenazó directamente en un
comunicado a las empresas que trabajan en el tren de alta velocidad vasco. Una de ellas era
precisamente Altuna y Uría. En marzo de 2007 aparecieron varios de sus vehículos con las ruedas
pinchadas, pintadas y con los tubos de escape tapados.
El de ayer fue el primer ataque terrorista de la organización separatista vasca
contra un empresario desde hace ocho años, cuando ETA mató al entonces responsable de la patronal
guipuzcoana, José María Korta.
Máxima alerta. Las fuerzas de seguridad españolas se encontraban en máxima
alerta ante posibles atentados de ETA después de la detención, el pasado 17 de noviembre en
Francia, de su presunto máximo jefe. Este hecho y la proximidad de las fiestas navideñas, con
motivo de las cuales ETA ha atentado en varias ocasiones, hacían temer al Ministerio del Interior
un ataque en estos días. El atentado tuvo lugar además tres días antes de una fecha señalada: el
próximo sábado 6 de diciembre se celebra el 30º aniversario de la Constitución Española. Partidos e
instituciones condenaron el asesinato de Uría.
Uría es la cuarta víctima mortal que se cobra ETA este año. Dos días antes de
las elecciones generales de marzo asesinó a un ex concejal socialista también en el País Vasco. En
mayo volvió a atentar en esa región, matando con un coche bomba a un guardia civil. En septiembre
mató a un militar en Cantabria con otro coche bomba.
"Vení rápido"
“Manoli, vení para acá rápido que a Ignacio le han hecho algo”. Así
se enteraba del atentado la esposa del empresario asesinado por la ETA en un estacionamiento de
Azpeitia. Al otro lado del teléfono, la dueña del restaurante Kiruri, al que Uría acudía a diario,
informaba de la trágica noticia.