Tras mantener en vilo hasta el último minuto a sus socios europeos, el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, anunció que España alcanzó un acuerdo con el Reino Unido sobre Gibraltar y, por lo tanto, hoy levantará su veto al Brexit y votará a favor en la reunión de líderes comunitarios que se celebrará en Bruselas. El Consejo Europeo para la celebración de la Cumbre del Brexit estuvo a punto de disolverse por la negativa de España.
Europa y el Reino Unido "han aceptado las exigencias que había marcado España", aseguró el socialista Sánchez en una comparecencia institucional en el Palacio de la Moncloa, sede de la Presidencia del gobierno. El mandatario socialista explicó que, con este acuerdo, España logra "un triple blindaje histórico con el que puede abordar con el Reino Unido el futuro de Gibraltar". Sánchez precisó que había informado de la decisión al jefe del Estado, el rey Felipe VI.
"Hemos dado un paso decisivo, determinante, hemos logrado las garantías absolutas para resolver un conflicto que dura mas de 300 años entre Reino Unido y España", remarcó Sánchez luego de las difíciles negociaciones de los últimos días que culminaron al mediodía con una conservación entre el líder socialista y el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk.
La situación de Gibraltar era clave para el gobierno español. El artículo 184 del acuerdo del Brexit, que sólo daba potestad para dibujar el futuro del Peñón a Reino Unido y a la Unión Europea, ha sido el quebradero de cabeza del Ejecutivo español, que dejó claro que bloquearía la resolución del texto si no se modifica dicha cláusula del documento, que apartaba a España de las futuras decisiones en torno a Gibraltar.
Fuentes consultadas por la prensa española han explicado que, pese a la celebración del gobierno de Sánchez, el artículo 184 permanecerá en el documento, pero se "ha garantizado que no afectará a Gibraltar", porque todas las partes han aceptado la postura que exigía Sánchez. Según fuentes del Ejecutivo español, el acuerdo del presidente del gobierno para el Peñón ha sido aceptado por los 27 Estados más la Comisión, y también lo ha ratificado Reino Unido por escrito. Además, se suma una carta conjunta de Tusk y el presidente del la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker. Estas tres vías respaldan así la nueva interpretación del punto que exigía España.
España había manifestado su descontento por la falta de claridad en lo pactado entre la UE y el gobierno de Londres sobre el futuro de la colonia británica de Gibraltar, cuya soberanía reclama. El artículo 184 del borrador según Madrid no brindaba suficiente claridad ni garantías jurídicas para defender sus intereses respecto a Gibraltar. El gobierno de Sánchez denunció que fue introducido sobre el final de las negociaciones con "nocturnidad y alevosía", con lo que se generó un ambiente de desconfianza que casi lleva al fracaso de la cumbre. Fue entonces que el líder socialista exigió que quedara por escrito que cualquier cuestión relativa a Gibraltar en el presente y en el futuro iban a ser negociada de forma bilateral entre Madrid y Londres.
Luego de varios intentos infructuosos, finalmente Bruselas, Londres y Madrid acordaron que los 27 líderes europeos firmen una declaración que excluya específicamente a Gibraltar de los futuros tratados entre la UE y Reino Unido, mientras se deja abierta la posibilidad de que el Reino Unido pueda negociar con Madrid acuerdos sobre el Peñón. "Una vez que la retirada del Reino Unido se produzca de la UE, la relación de Gibraltar con la UE, la relación política, jurídica y hasta incluso geográfica pasarán por España", aseguró Sánchez.
El Peñón de Gibraltar, cedido a los británicos en 1713, es la última colonia en suelo europeo y España no reconoce ese territorio como parte del Reino Unido, además de que niega que, en esa cesión, se incluyeran las aguas marítimas circundantes y el istmo en el que posteriormente se construyó un aeropuerto.
De hecho, aunque más del 90% de los 30.000 habitantes del Peñón votaron en contra del Brexit, deberán abandonar la Unión.
Sin embargo, el acuerdo alcanzado genera esperanzas para España, ya que una vez que el Reino Unido se haya marchado, la UE podría apoyar su antigua reivindicación para recuperar este territorio colonial. De todas formas, la población de Gibraltar no quiere ser española y mantiene férreamente sus vínculos con Londres.