La marina rusa encontró cerca de las islas de Cabo Verde, en el medio del Atlántico, al barco
mercante Arctic Sea, desaparecido desde el 30 de julio pasado. La tripulación de 15 marineros rusos
está sana y salva. Pero el misterio no fue aún esclarecido, porque las autoridades rusas pusieron a
los navegantes rescatados bajo custodia militar.
El destino del carguero Arctic Sea, de nacionalidad finlandesa, bandera maltesa y con
tripulantes rusos, ha estado rodeado de misterio desde que desapareciera en aguas europeas el 30 de
julio, desatando especulaciones sobre delitos mafiosos, una carga secreta, ataques de piratas o una
historia de espionaje.
Sin dar detalles. El ministro de Defensa ruso, Anatoly Serdyukov, comunicó al presidente Dimitri
Medvedev que la embarcación de 4.000 toneladas había sido encontrada cerca de Cabo Verde y que su
tripulación había sido trasladada, sana y salva, a un barco militar ruso. Pero no dio detalles de
cómo se localizó al carguero o por qué había desaparecido, pero prometió aportar más información
posteriormente. “Hoy a la una de la tarde hora de Moscú, el barco fue encontrado a 300 millas
de las islas de Cabo Verde”, le anunció Serdyukov al presidente Medvedev, durante una visita
presidencial a la ciudad rusa de Astrakán. “La tripulación ha sido trasladada a nuestro barco
antisubmarino Ladny, donde están siendo interrogados para aclarar las circunstancias de la
desaparición”, indicó. “Todos los tripulantes están vivos y bien” agregó el jefe
del sistema de Defensa ruso.
El Kremlin ordenó el 12 de agosto que barcos de guerra y submarinos “peinaran” el
Atlántico en busca del Arctic Sea, cuyo último avistamiento ocurrió el 30 de julio, cuando estaba
frente a Portugal, en el golfo de Viscaya.
El barco de bandera maltesa, con una carga de maderas valorada en 1,3 millones de dólares,
tendría que haber atracado en el puerto argelino de Bejaia el 4 de agosto.
Había temor por la integridad de la tripulación después de que la autoridad marítima de Malta
recibiera informaciones de que el barco había sido abordado por hombres armados enmascarados que se
hicieron pasar por policías antidroga en aguas suecas, el 24 de julio pasado (ver aparte).
El avistaje y rescate a 300 millas naúticas de las islas de Cabo Verde confirma ahora el anuncio
hecho por Portugal el pasado sábado. La agencia de noticias portuguesa Lusa había anunciado que el
carguero se encontraba a 400 millas de Cabo Verde. Francia dijo ese mismo día que tenía informes
sobre un avistamiento y que podría ser el Arctic Sea. “Hubo informes de que un barco carguero
similar al buscado fue visto a 400 millas náuticas al norte de la isla de Santo Antao”,
comentó ese día Alexander Karpushin, embajador de Rusia en Cabo Verde. Pero agregó que “se
comprobó que esa información era falsa”. La fuente de la agencia Lusa era el director general
de Defensa de Cabo Verde, Pedro Reis, quien dijo que el barco estaba en aguas internacionales al
norte de Sao Vicente, una isla de ese país cercana a Santo Antao.
Ayer el ministro Serdyukov se auguró: “Creo que en las próximas dos horas podremos dar más
detalles sobre lo que les sucedió, por qué se perdió el contacto, por qué cambió su curso y otros
detalles”. Pero las horas pasaron y la vital información no llegó.
¿Piratas? La piratería en aguas europeas prácticamente carece de precedentes en los tiempos
modernos, aunque una ola de secuestros ha plagado las aguas de Somalia, en el Cuerno de Africa.
Cuando desapareció el Arctic Sea se habló inmediatamente de un caso de piratería, aunque no se
pudieron aportar elementos para abonar esta hipótesis. Hubiera sido el primer caso en siglos de
piratería en el Atlántico, algo difícil de creer en tiempos de navegación satelital y
comunicaciones permanentes.