Un tribunal de El Cairo condenó a muerte al ex presidente egipcio Mohamed Mursi y a más de un centenar de dirigentes de los Hermanos Musulmanes por orquestar una fuga carcelaria masiva durante la rebelión popular de enero de 2011 contra Hosni Mubarak. La sentencia, por ser a muerte, está sujeta a revisión final no vinculante por el Gran Muftí de Egipto, máxima autoridad islámica del país.
Además de Mursi fueron condenadas a muerte otras 16 personas por conspirar con la organización palestina Hamas y la libanesa Hezbolá para desestabilizar el país. Entre ellas están Jairat al Shater y Mohamed Beltagi, miembros de la cúpula de los Hermanos Musulmanes, organización prohibida en Egipto. Hamas y Hezbolá habrían conspirado con los Hermanos Musulmanes para asaltar una cárcel en febrero de 2011 e intentar liberar a Mursi y otros líderes encarcelados. Además de Mursi fue condenado el guía supremo de la hermandad, Mohamed Badie. La sentencia se inscribe en una ola de represión contra el movimiento islamista iniciada tras el golpe de Estado contra Mursi en julio de 2013.
Este es la segunda sentencia contra Mursi de los cinco procesos contra él iniciados tras su derrocamiento. En el primer fallo, dictado el pasado mes de abril, el ex presidente fue sentenciado a 20 años de cárcel por haber ordenado la intimidación y tortura de decenas de opositores en unos incidentes callejeros sucedidos durante su breve presidencia, en diciembre de 2012. Por su parte, Badie, el guía supremo de la hermandad, ya recibió una sentencia capital, razón por la que compareció en el juicio con un traje de color rojo.
Los cargos de este juicio están relacionados con el asalto a varias cárceles egipcias durante la rebelión de enero de 2011, lo que permitió la liberación de miles de presos, entre ellos muchos dirigentes de los Hermanos Musulmanes. Según la versión de la policía, avalada ayer por el juez, la milicia palestina Hamas y la libanesa Hezbolá se encontraban detrás del asalto, que habrían planificado con la Hermandad. Los defensores afirman que fueron familiares de los presos quienes, aprovechando el caos en el que estaba el país, irrumpieron en las prisiones. Mursi estaba entre los fugados.
En total fueron condenados a muerte más de un centenar de personas, muchas de ellas miembros de Hamas y Hezbolá, a los que se dictó la pena capital en ausencia. La organización de defensa de los derechos humanos Amnistía Internacional calificó de "farsa" el proceso.
El trasfondo político. Mursi fue arrestado poco después del inicio de la rebelión contra Mubarak, a fines de enero de 2011, pero unos días después escapó de la prisión de Wadi al Natrun, situada a 160 kilómetros al noroeste de la capital egipcia. Esa huida se produjo después de que el régimen de Mubarak retirase el personal de vigilancia de varias cárceles, entre ellas la de Wadi al Natrun, para sembrar el caos en el país. En 2012 Mursi se convirtió en el primer presidente elegido democráticamente en Egipto, pero en julio de 2013 fue derrocado por el ejército. En las semanas previas, los sectores laicos de Egipto protagonizaron las protestas más masivas de la historia del país contra el estilo autoritario y la legislación islámica que habían impuesto Mursi y la Hermandad Musulmana. Al momento del golpe, Mursi y su formación encaraban una reforma constitucional de neto corte islámista, muy resistida por los sectores laicos urbanos. Desde el golpe Mursi está en prisión, mientras que el máximo jefe militar del país, mariscal Abdel Fatah al Sisi, se convirtió en presidente, ratificado tras las elecciones de junio del año pasado.
Tras la caída de Mursi, el ejército reprimió con extrema dureza las manifestaciones de los islamistas. Además, los Hermanos Musulmanes fueron prohibidos, se los declaró organización terrorista y casi todos sus líderes fueron encarcelados. A partir de los sucesos de Wadi Natrun se elaboró lo que, para los defensores, es una acusación "fabricada". Según ésta, cientos de miembros de Hamas y Hezbolá habrían entrado en Egipto a través de túneles desde la Franja de Gaza para atacar la prisión de Wadi Natrun y liberar a los líderes de los Hermanos Musulmanes.
"Las condiciones del proceso, el hecho de que Mursi estuviera recluido durante meses en un lugar secreto y que no viese a ningún abogado convierten a este proceso en una farsa que viola toda legislación procesal", denunció Amnistía Internacional. Además de la anterior condena a 20 años, Mursi está siendo juzgado en otro caso relacionado con la filtración de documentos de seguridad nacional a Qatar, país del Golfo aliado de los Hermanos Musulmanes.
El Papa se reunió con el presidente palestino y lo llamó "ángel de la paz"
El Papa Francisco calificó al presidente palestino Mahmud Abbas como "ángel de la paz" en una audiencia privada en los palacios vaticanos. Las palabras del pontífice se enmarcan en el tradicional intercambio de obsequios que ambos protagonizaron al término de la reunión: el Papa entregó a Abbas un medallón con la figura del Angel de la Paz y le dijo que había pensado en él. Abbas es un viejo militante de la Organización para la Liberación de Palestina, OLP, hoy una fuerza política pero que fue durante décadas una formación armada. Aún hoy continúa teniendo su brazo militar. De hecho, Abbas es nombrado en Medio Oriente por su antiguo nombre de guerra, Abu Mazen.
Durante el encuentro, que el Vaticano definió como "cordial", el pontífice argentino y el mandatario hablaron del frustrado proceso de paz entre palestinos e israelíes. Tanto Jorge Bergoglio como Abbas manifestaron su esperanza de que se reanuden las negociaciones directas y reiteraron el deseo de que "con el apoyo de la comunidad internacional, los israelíes y los palestinos tomen con determinación decisiones audaces a favor de la paz". Ambas partes se mostraron muy satisfechas con el acuerdo sobre el status de la Iglesia Católica en los territorios palestinos que se firmará en un futuro próximo. En este acuerdo, el Vaticano reconoce a Palestina como Estado.
Además, en la reunión también hubo espacio para abordar otros conflictos que afectan a la región, y ambos "subrayaron la importancia de la lucha contra el terrorismo y la necesidad del diálogo interreligioso". Abbas y la OLP gobiernan los territorios de la Cisjordania, mientras el grupo extremista islámico Hamas lo hace en la Franja de Gaza. Ambos, enfrentados con las armas por el dominio de Gaza, han llegado a un acuerdo político, algo que desató las críticas de Israel.