Militantes prorrusos ocuparon edificios gubernamentales en las mayores ciudades del este de Ucrania y declararon a la ciudad de Donetsk "república independiente", pidiendo la incorporación a Rusia. El movimiento estaría impulsado por Moscú, luego del éxito que logró con la anexión de la península ucraniana de Crimea. Ucrania y Estados Unidos acusaron a Rusia de fomentar los disturbios mediante pagos. Estados Unidos y Rusia acordaron un encuentro para discutir la crisis, pero el avance prorruso en el este ucraniano parece un hecho. Anoche, tropas de asalto ucranianas recuperaron el edificio tomado por los rebeldes filorrusos en Donetsk.
Kiev utilizó duros términos ante el avance secesionista en el este y señaló que Rusia alentaba los disturbios para propiciar otra incursión militar en territorio ucraniano, luego de haber anexado Crimea. El presidente ruso Vladimir Putin alega que en el este de Ucrania las poblaciones rusohablantes estarían en peligro. Esto genera alarma en Kiev y en los países del este de Europa que sufrieron el dominio soviético. Putin afirma abiertamente que su objetivo es la restauración de la esfera de dominio de la que gozó Rusia en la era soviética. Su doctrina de "protección" de las minorías rusas alarma a Polonia, Estonia, Lituania y Letonia, así como a Rumania y Hungría, integrantes de la Unión Europea y la Otán.
Estados Unidos respaldó las acusaciones de Kiev e incluso afirmó que existen "fuertes pruebas" de que algunos de los manifestantes prorrusos que ocuparon edificios públicos son "pagos y no eran residentes locales". El portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, advirtió nuevamente a Moscú de que una incursión en el este de Ucrania, ya sea "abierta o encubierta", sería una "grave agudización" que podría derivar en una ronda más dura de sanciones contra Rusia. Putin ha acumulado a gran cantidad de tropas en las fronteras con Ucrania.
Tras la toma el fin de semana de importantes edificios públicos en las ciudades de Jarkov, Lugansk y Donetsk, cientos de activistas prorrusos entraron en la sede de la administración local de esta última ciudad y la declararon "república soberana". Tras ello pidieron a Putin el envío de "tropas de paz" para que los "protegiera del sistema fascista de la junta de Kiev", en referencia al gobierno prooccidental instalado en la capital ucraniana. Los activistas anunciaron además la celebración de un referéndum sobre la anexión a Rusia similar al celebrado en la península de Crimea, que decretó su secesión de Ucrania y su unión a la federación rusa. Pero a diferencia de Crimea, en el este de Ucrania no existe una mayoría rusa que apoye este cambio. Además, Moscú no reconoció —por el momento— la autoproclamada república.
La anexión de la península de Crimea comenzó con manifestaciones similares, que el mes pasado votó a favor de entrar en la Federación Rusa en un referéndum considerado ilegal por el gobierno ucraniano y por Occidente. La consulta popular se hizo además bajo ocupación militar rusa y con la presencia de paramilitares prorrusos en las calles.
Recuperación militar. Anoche, unidades especiales ucranianas desalojaron a los activistas prorrusos de los edificios públicos de Donetsk, según medios locales. El presidente Alexander Turchinov ordenó personalmente la "operación antiterrorista". Turchinov advirtió a todos los activistas que utilicen armas contra las autoridades y presentó una propuesta de ley con mayores castigos para los separatistas. El separatismo "no es política, es un grave crimen", dijo. En Donetsk y Lugansk se habían comenzado a observar a paramilitares enmascarados, como había ocurrido antes en Crimea. La operación de Donetsk, así como las fuertes declaraciones del gobierno de Kiev, indican que claramente no tolerará que se haga en el este del país lo que se hizo en Crimea. El mensaje de Turchinov iba dirigido tanto a los activistas como a Moscú.
Quejas por teléfono. En una conferencia telefónica entre el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, y el ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, se trazaron cuatro posibles vías para mantener conversaciones que incluyan la participación de Ucrania y la Unión Europea (UE). Kerry insistió en que Rusia debe repudiar públicamente las actividades de "los separatistas, los saboteadores y los provocadores" en Ucrania. Kerry reiteró a su par ruso que la ocupación de instalaciones públicas en el este ucraniano no son "eventos espontáneos" sino "una campaña cuidadosamente orquestada con respaldo ruso". Ambos acordaron mantener reuniones en los próximos diez días para tratar la crisis.