Damasco/Deraa.— El régimen sirio, bajo presión por una creciente ola de protestas en favor de la democratización del país, optó ayer por profundizar la represión, con un saldo de decenas de muertos, mientras las manifestaciones se extendían a al menos 10 ciudades. A la vez, el gobierno de Bashar Assad sacó a sus simpatizantes a las calles en Damasco, en un intento por demostrar que posee popularidad, pero en la propia capital hubo represión, con al menos tres opositores muertos . El gobierno ha prometido tibias reformas democráticas, pero los manifestantes lo consideran insuficiente. El régimen tiene casi medio siglo en el poder (ver aparte).
En la ciudad de Deraa, que lleva una semana en estado de rebelión, disparos y gases lacrimógenos disolvieron a una multitud de miles de personas, después de que prendieran fuego a la estatua del difunto presidente Hafez Assad, padre de Bashar, quien lo sucedió a su muerte en el año 2000. Hafez tomó el poder en 1970.
Al Yazira difundió comentarios de un hombre que dijo que las fuerzas de seguridad habían matado a 20 personas el viernes en una localidad cercana a Deraa, Sanamein. En Hama, en el centro del país, donde Assad padre sofocó una rebelión islamista y tribal en 1982 con el costo de 10 mil vidas, los residentes salieron a la calle tras las oraciones del viernes cantando “!La libertad vibra!”, un eslogan escuchado en las revueltas que han sacudido el resto del mundo árabe. El mismo lema se escuchó anteriormente en las procesiones funerarias en Deraa por algunos de los al menos 37 asesinados el miércoles, cuando agentes de seguridad atacaron a grupos pro democracia en una mezquita.
En total, se ha informado de 44 muertes en la última semana, solamente en Deraa. Ayer había muertos en otras ciudades sirias, donde al menos 10 centros urbanos presentaban manifestaciones.
Agentes de seguridad sofocaron una pequeña manifestación en la capital, Damasco, donde se llevaron detenidos a unos 200 hombres. Tres hombres fueron muertos por los agentes en un suburbio de la capital. En Tel, cerca de Damasco, aproximadamente 1.000 personas se congregaron y corearon consignas llamando a los familiares de Assad “ladrones”.
Las manifestaciones en Deraa llegaron a un punto crítico esta semana después de que la policía detuviera a más de una docena de estudiantes por escribir grafitis contra el gobierno. Entre los objetivos de la ira de la multitud aparecía Maher Assad, hermano del presidente y director de la Guardia Republicana, una fuerza de seguridad que lidera la represión del régimen. La eventual caída del régimen de los Assad pondría en riesgo la alianza que estos han tejido con Irán.
El jueves, Assad había prometido estudiar reformas, en un intento por desactivar el brote de demandas populares por libertades políticas. Pero ayer volvió a optar por la represión. Evidentemente, Assad y sus lugartenientes estiman que de no dar un castigo ejemplar en Deraa, podrían terminar como el vecino dictador egipcio Hosni Mubarak, derrocado después de semanas de protestas callejeras.
Jordania y Yemen. En Jordania, dos manifestantes murieron en la capital, Ammán, en el marco de las protestas contra el gobierno en reclamo de democracia. En Yemen, en tanto, parece inminente la salida del dictador Ali Abdullah Saleh. Este dijo en un discurso que estaba listo para ceder el poder, pero sólo a “manos seguras”, mientras decenas de miles de personas se manifestaban en contra de su gobierno en protestas calificadas como “Día de la Partida”. Saleh gobierna desde 1978.