El primer ministro de Líbano Saad Hariri declaró que regresará a su país "en unos pocos días", en medio de una crisis política que estalló cuando anunció su repentina renuncia el 4 de noviembre en Arabia Saudita. Las denuncias y reclamos internacionales para que Hariri retorne a su país se multiplicaron el sábado, cuando plantearon la increíble irregularidad la ONU, EEUU, Francia y la presidencia de Líbano. La sospecha es que está detenido por el gobierno autocrático de Arabia Saudita.
En una entrevista en vivo difundida en la televisora Future TV, Hariri dijo que había "renunciado para proteger a Líbano de un peligro inminente", aunque no especificó quién o quiénes amenazan al país. Dijo que regresará para presentar su renuncia y buscar un arreglo con sus rivales en la coalición de gobierno, el grupo radical shiíta Hezbolá.
Pero dijo que retirar su renuncia estaría condicionado a que Hezbolá, que tiene el respaldo abierto de Irán, se comprometa a permanecer neutral en conflictos regionales. Hezbolá ha enviado a miles de combatientes a la vecina Siria a respaldar al presidente Bashar Assad.
Hariri lució cansado y triste en la entrevista de más de una hora desde Arabia Saudita. Tuvo que contener las lágrimas mientras hablaba y repitió varias veces que renunció para causar "un impacto positivo" y atraer atención al peligro de ponerse de parte de Irán en conflictos regionales. "Estamos en el ojo de la tormenta", dijo.
Dijo que el gobierno de unidad que formó hace un año debía atenerse a un acuerdo de no interferir en conflictos regionales, pero que Hezbolá no ha respetado su parte del trato.
En un esfuerzo por demostrar que los sauditas no lo tienen detenido, Hariri dijo: "Estoy libre". Pero no pareció convincente. Agregó que su renuncia fue decisión propia, pero que quiere garantías de seguridad antes de regresar a Líbano, insinuando que su vida está en peligro. El padre de Hariri, también primer ministro, fue asesinado con una bomba en 2005. Los Hariri representan a la comunidad sunita de Líbano. "Yo vi lo que sucedió cuando mi padre fue asesinado. No quiero que me suceda lo mismo", dijo Hariri.
Muchos libaneses han expresado sospechas de que Hariri está bajo arresto como parte de un plan saudita para desestabilizar al gobierno de coalición que formó con Hezbolá.
Pero Hariri reiteró que la renuncia fue su decisión y advirtió de la interferencia de Irán en Líbano. Poco antes de la entrevista, el presidente libanés Michel Aoun dijo que "las misteriosas circunstancias de la permanencia de Hariri en la capital saudita hacen cuestionables todas sus posiciones y las ponen en duda".
Hariri, que tiene doble nacionalidad libanesa-saudita, anunció repentinamente su renuncia el 4 de noviembre en un mensaje grabado en la televisión saudita, en el que criticó a Irán y Hezbolá y dijo que temía por su seguridad.