Los pronósticos acertaron. El acuerdo sobre el Brexit que negoció el gobierno de Theresa May con Bruselas sufrió una humillante derrota en el Parlamento británico con una diferencia de 230 votos, 202 a favor y 432 en contra. El histórico batacazo a la primera ministra británica, que consideraba que el suyo era el único plan de retirada de la Unión Europea (UE) posible, deja el país en un limbo respecto a su mayor cambio político y económico en décadas, que se hará efectivo en dos meses y medio. No está claro por el momento si el resultado orillará al gobierno de May a un rompimiento abrupto con la UE sin acuerdo, si lo incitará a negociar un mejor pacto, si habrá nuevas elecciones, o si allanará el camino para un segundo referéndum que pudiera dar marcha atrás a la decisión de Gran Bretaña de salir de la UE.
Tras la histórica votación, el líder del Partido Laborista británico, Jeremy Corbyn, presentó una moción de censura contra el Ejecutivo de May, cuya votación se espera para hoy, tras considerar que no está preparado para llevar adelante el Brexit. Sin tirar todavía la toalla, la premier británica se mostró desafiante. "Está claro que la Cámara (de los Comunes) no apoya este acuerdo, pero éste no nos dice nada sobre lo que sí respalda", esgrimió May tras conocerse el resultado de la votación. "Necesitamos confirmar si este gobierno aún goza de la confianza de esta Cámara", apuntó la líder británica.
La última vez que un primer ministro perdió una votación parlamentaria de una manera tan contundente fue en 1924, cuando el laborista Ramsay MacDonald encajó una derrota por 166 votos.
Si los parlamentarios votan hoy para respaldar la moción de censura, el gobierno tendrá 14 días para ganar otro voto adicional y si pierde, entonces se llevará a cabo una elección general.
La amplia mayoría que votó ayer en contra del acuerdo negociado entre May y la UE estaba compuesta, principalmente, por la mayoría de los diputados laboristas, los conservadores del ala más dura del oficialismo, entre ellos ex ministros del gabinete que renunciaron en rechazo a la propuesta del Brexit de May. También votaron en contra todos los diputados del Partido Unionista Democrático (DUP), los aliados de la primera ministra desde que perdió la mayoría absoluta de los escaños del Parlamento en la elección pasada.
En una moción de no confianza, es probable que los conservadores y sus aliados de Irlanda del Norte sigan respaldando a May por ahora. El norirlandés Partido Democrático Unionista (DUP), clave para formar mayorías parlamentarias en esta legislatura, ya insistió esta semana en que no apoyaría una eventual moción de censura laborista, por lo que May confía en ganar la votación. Pero sigue abierto un interrogante: si los tories a favor del Brexit que querían destituirla el año pasado serán capaces de votar junto a la oposición solo para deshacerse de ella.