El Papa Francisco pidió una solución a la "grave crisis en Venezuela" en la última jornada de su visita a Colombia, que dedicó a los pobres y los migrantes desde Cartagena, una ciudad tan turística como castigada por la desigual social. Fue su última misa de campaña en Colombia. El Santo Padre sufrió un pequeño accidente al golpearse con el parabrisas del "papamóvil" (ver aparte).
Francisco rezó el tradicional Angelus en la Iglesia de San Pedro Claver, un jesuita defensor de los esclavos en el siglo XVII, y después dirigió un mensaje "especial" a la "vecina y amada" Venezuela. "Hago un llamamiento para que se rechace todo tipo de violencia en la vida política y se encuentre una solución a la grave crisis que se está viviendo y afecta a todos, especialmente a los más pobres y desfavorecidos", afirmó.
Desde que arribó a Colombia el miércoles, el pontífice no había hecho referencia a la crisis venezolana, aunque mantuvo un encuentro al inicio de sus actividades con miembros de la conferencia episcopal de ese país, que se mantiene polarizado y enfrentó violentas protestas recientes antigubernamentales que dejaron más de un centenar de muertos. Monseñor Mario Moronta, obispo de la ciudad venezolana de San Cristóbal, dijo que las declaraciones del Papa resonarán con todos los venezolanos y darán "un enorme apoyo" a los que trabajan en la Iglesia para aliviar la crisis que afecta al país.╠
"Va a ser muy bien recibido por la inmensa mayoría de los venezolanos", señaló Moronta. "Para nosotros es un estímulo saber que nos está acompañado en nuestra tarea. Esperamos que también pueda influir en las mentes de los dirigentes políticos de la oposición para buscar la mejor salida y la más humana, donde se respeta no solo los derechos sino también que se entienda que lo más importante no son los proyectos políticos sino la dignidad de las personas". Moronta, quien estuvo entre los obispos venezolanos que se reunieron brevemente con Francisco durante su visita a Colombia, dijo que el Papa pidió al clero que se acerque a los pobres. También les dijo que el Vaticano haría lo que esté dentro de su alcance, y aprovechando sus diversos contactos, para ayudar a Venezuela a superar la crisis.
La de ayer fue la alusión más directa del Papa en varios meses sobre el deterioro de la situación política y económica en Venezuela, donde rige una Asamblea Constituyente de plenos poderes que responde al presidente Nicolás Maduro y al resto de la cúpula de poder y desconoce tanto la oposición como una docena de gobiernos, entre ellos los de Estados Unidos y Argentina.
El jefe del Vaticano, que ha apoyado los intentos infructuosos de diálogo entre las partes, mencionó a los venezolanos que han encontrado "acogida" en Colombia y pidió "trabajar por la dignidad" en general de los "pobres, los descartados de la sociedad, abandonados y emigrantes", que sufren la "violencia y la trata".
Francisco concluyó en Cartagena una visita de cinco días a Colombia, en la que ha apoyado "la paz y la reconciliación" de un país que intenta extinguir el último enfrentamiento armado de América, tras el acuerdo que permitió el desarme y la transformación en partido político de la guerrilla comunista Farc.
El pontífice quiso dedicar su última jornada para entrar en contacto con los pobres de Cartagena, la joya turística y una de las ciudades más desiguales de un país que está entre los primeros de América latina más afectados por ese fenómeno. Francisco visitó por corto tiempo San Francisco, un suburbio pegado a la pista del aeropuerto internacional, con desordenadas calles y casas precarias, y bendijo la primera piedra de un hogar de acogida. Este es un "barrio de olvidados. Aquí hay mucha gente que come una vez al día", señaló Willy Martínez, un albañil de 43 años. Pero lo más grave, agregó, "es la corrupción, es peor que las balas de la guerrilla y los paramilitares". El alcalde y autoridades del puerto están presos por manejo irregular de fondos públicos, y casi un tercio del millón de sus habitantes viven en la pobreza o en la calle.
La visita del Papa "ha sido un reconocimiento a esta parte tan vulnerable de la ciudad, un aviso a los políticos para decirles que esta desigualdad tan grande no es buena para nadie", afirma Carlos Acevedo, un aprendiz de informática de 23 años, mientras se seca las lágrimas.
Antes de dejar el barrio homónimo, Francisco sufrió un percance sin mayores consecuencias (ver aparte).
Luego, el Papa Francisco dio su última misa. En ella clamó por el fin de la "cultura de la muerte" en Colombia. Durante intensas jornadas, Francisco abogó por un pacto de reconciliación en Colombia que incluya verdad y justicia para las millones de víctimas del único conflicto armado en América. "A la cultura de la muerte, de la violencia, responder con la cultura de la vida", proclamó Francisco en la última de las cuatro misas a cielo abierto que ofició y que, junto con los recorridos, movilizaron a unos 4,5 millones de fieles.
Antes que Cartagena, Francisco visitó Bogotá, Villavicencio y Medellín. A su paso por esas ciudades apoyó el acuerdo de paz que condujo al desarme y transformación en partido político.
feliz. Francisco, contento pese al golpe que se dio entre los más pobres de la ciudad de Cartagena.