Nueva Orleáns. — El huracán Gustav se movía ayer por el Golfo de México
hacia la costa del Estado norteamericano de Louisiana y los yacimientos petroleros ubicados en el
área, donde llegará hoy con una fuerza similar a la que tenía hace tres años el Katrina. Desde que
el alcalde de la ciudad llamó el sábado a la noche a evacuar ante la llegada "de la madre de todas
las tormentas", la ciudad quedó prácticamente desierta. La huida se extendió a otras zonas
costeras. En tanto, el paso de Gustav por Cuba dejó cuantiosos daños pero no víctimas fatales.
La noche del sábado el alcalde de Nueva Orleáns, Ray Nagin, ordenó a los 239.000
residentes de la ciudad abandonar la zona. Ayer, sin embargo, Gustav había bajado a categoría 3 en
la escala de medición de huracanes, pero se temía que el agua caliente del golfo de México le
hiciera recuperar fuerza y llegara hoy con grado 4 a la costa de Louisiana. Los huracanes de este
nivel de potencia tienen vientos sostenidos de entre 210 y 250 km/h y hacen subir el nivel del mar
de 4 a 6 metros. Si tal como se espera Gustav toca suelo hoy al oeste de Nueva Orleáns, podría
romper los mismos diques que colapsaron hace tres años con Katrina. De ahí la evacuación total de
la ciudad, que aún muestra signos de los daños que dejó Katrina, que mató a 1.800 habitantes en
toda Louisiana.
Más fuerte que Katrina. El Katrina presentaba categoría 3 cuando rompió los
diques que protegían Nueva Orleáns el 29 de agosto de 2005, inundando el 80 por ciento del casco
urbano. Causó daños por 80.000 millones de dólares, el desastre natural más costoso en la historia
de Estados Unidos.
Ayer se conoció un estudio de la oficina de emergencias federales de EEUU (Fema,
en inglés), que señaló posibles daños del Gustav por 29 mil millones de dólares.
En tanto, la producción y refinación de petróleo en el golfo de México están
paralizadas. Las compañías petroleras que operan allí cerraron el 96,3 por ciento de su producción
de crudo y el 82,3 por ciento del gas natural. El personal de 86 plataformas de un total de 121 en
el golfo fue evacuado.
Reflejando la impredecible trayectoria de Gustav, el Centro Nacional de
Huracanes emitió una alarma para la zona de Louisiana, al este de la frontera entre los estados de
Florida y Alabama.
Decenas de miles de personas atestaron ayer las autopistas para salir de la
costa. El gobierno puso a disposición medios para evacuar unas 30 mil personas en Nueva Orleáns,
pero sólo 15 mil los usaron, dado que el resto huyó por sus propios medios. El ejército custodia la
ciudad.
Temor por los diques. Funcionarios federales aseguraron que los diques que
protegen Nueva Orleáns son mucho más fuertes ahora que en 2005. Sin embargo, aún hay grietas en
algunos de ellos que dejan vulnerables a varios de los barrios que fueron más afectados por el
Katrina.
En tanto, Gustav castigó Cuba el sábado por la noche, dejando daños cuantiosos
en viviendas precarias y cultivos, pero sin causar muertes, según informes oficiales. Cuba había
ordenado la evacuación de más de 240 mil habitantes antes de la llegada del ciclón. Gustav sí causó
muertes en República Dominicana, Haití y Jamaica, donde mató al menos a 86 personas.
De acuerdo a los meteorólogos, Gustav es tan grande —tiene unos 500 km de
diámetro— que se deberían sentir impactos significativos en zonas muy alejadas del ojo del
huracán. Por su parte, el presidente George W. Bush se comprometió a entregar total apoyo a los
gobernadores de los Estados de Louisiana, Mississippi, Alabama y Texas.
Katrina y el huracán Rita, que se presentó en 2005 tres semanas antes del
primero, destruyeron más de 100 plataformas petroleras en el golfo, pero el impacto de Gustav
podría ser incluso mayor. "Esta tormenta será más peligrosa que Katrina", pronosticó el analista de
Planalytics, Jim Roullier. "Creo que esta tormenta será un peor escenario para la región", indicó.
En tanto, un nuevo huracán, bautizado Hanna, ya se está formando en el Atlántico.
Aislados y solitarios, habitantes de Nueva Orleáns esperaban ayer ser
evacuados.
Gustav castigó el oeste de Cuba, destruyendo muchas casas precarias, pero no
causó muertes según el gobierno.
Reuters