El gobierno surgido del golpe de Estado que el domingo destituyó al presidente
de Honduras Manuel Zelaya afronta serios problemas. Mientras manifestantes rodeaban anoche la casa
de gobierno y se enfrentaban con la policía y los militares, los países de la región acentuaron el
aislamiento del gobierno de facto hondureño, llegando incluso a suspender el comercio regional con
Tegucigalpa. Hoy se reunirá la asamblea general de la OEA para escuchar al depuesto presidente
Zelaya, refugiado en Nicaragua. Ayer aseguró que este jueves estará de regreso en Honduras.
Heridos. Al menos 15 personas resultaron heridas durante enfrentamientos entre
los seguidores de Manuel Zelaya y las fuerzas armadas y policiales, que dispersaron a los
manifestantes y lograron el control total de los accesos al palacio presidencial en Tegucigalpa. Un
socorrista dijo a la agencia AP que su unidad había trasladado a 10 heridos, en su mayoría por
balas de goma. Un fotógrafo de AP vio a otros cinco heridos. Los reporteros observaron que los
militares y policías lograron dispersar a unos 3.000 manifestantes. Helicópteros de la policía
sobrevolaban la casa presidencial, y se podían escuchar las sirenas de las ambulancias.
En tanto, el presidente designado en Honduras hizo un llamado a resistir las
presiones internacionales. "Aquí no hubo golpe de Estado, porque los hondureños siguen regidos por
la Constitución, a la que el anterior gobierno quiso reformar sin ningún fundamento y de manera
ilegal", dijo Roberto Micheletti. "Respetamos a todo el mundo y sólo pedimos que nos respeten, y
nos dejen en paz porque el país se encamina a elecciones libres y transparentes en noviembre",
agregó. Anoche hizo jurar a parte de su gabinete.
Pero la comunidad internacional no aligeró la presión. El presidente
estadounidense Barack Obama dijo que la destitución de Zelaya "fue ilegal" y que sigue siendo
legalmente "el presidente de Honduras". Y calificó el golpe como un "terrible precedente". Por su
lado, los presidentes de los países del Alba —Venezuela, Ecuador, Nicaragua, entre
otros— anunciaron el retiro de sus embajadores, mientras Guatemala, El Salvador y Nicaragua a
esa medida sumaron la suspensión del comercio. En total, 9 países convocaron a sus embajadores en
Honduras.
La CIDH. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) solicitó a
Honduras información sobre autoridades del gobierno de Zelaya y sus familiares, como parte de una
medida cautelar.
Por su parte, Amnistía Internacional señaló que Zelaya tiene que volver a su
país sin precondiciones y con garantías. "La remoción forzada del presidente Zelaya pone en serio
riesgo los derechos humanos y el imperio de la ley", dijo Kerrie Howard, vicedirector para América
de AI. La organización manifestó preocupación por la detención arbitraria de seguidores de
Zelaya.