Atenas. - El futuro de Grecia sigue en el aire. La crucial reunión que mantuvieron durante ocho horas el primer ministro griego, Lucas Papademos, y los líderes de los tres partidos políticos helenos que forman la coalición para decidir su respuesta a las exigencias de la troika europea (Banco Central Europeo, Comisión Europea y el FMI) para el segundo rescate concluyó a primera hora de hoy sin consenso pleno. El punto de conflicto son las reducciones de las pensiones, según confirmaron fuentes de los socialistas. Las negociaciones se retomarán hoy para que se pueda alcanzar un acuerdo antes de una reunión de los ministros de Finanzas de la zona euro.
El gobierno de coalición griego lleva varios días analizando y discutiendo las drásticas medidas del nuevo ajuste que exigen sus socios europeos y el FMI a cambio del segundo rescate del país, valorado en unos 130.000 millones de euros.
Según fuentes cercanas a la negociación, el ajuste será de 13.000 millones de euros hasta 2015 y contempla subidas de impuestos y recortes del gasto público. Además, el salario mínimo, 739 euros con 14 pagas, sería reducido en torno a un 22 por ciento. Los ajustes empezarían este mismo año con un recorte del déficit de 3.000 millones de euros, según las mismas fuentes.
El riesgo del default. Las duras medidas, que prevén rebajas en los salarios del sector privado y el despido de miles de funcionarios, se espera sean aprobadas primero por el Ejecutivo y después por el Parlamento antes del domingo. Sin este acuerdo y sin el segundo rescate de la UE y del FMI (equivalente a 130 mil millones de euros), Grecia no estará en condiciones de pagar los 14.500 millones de euros por el vencimiento de deuda el 20 de marzo, con lo cual se declarará una suspensión de pagos.
En este contexto, el primer ministro luxemburgués, Jean-Claude Juncker, convocó para hoy a una reunión de los ministros de Finanzas del eurogrupo en la que se espera se delibere sobre los resultados de las dilatadas conversaciones del gobierno griego.
Mientras, la prensa griega comenzó a difundir anoche los primeros detalles del controvertido paquete de ahorro: según medios online, los empleados privados verían por el momento congelado su salario hasta que la cifra de desempleo se reduzca del 19 por ciento actual al 10 por ciento. El programa contemplaría una reducción del salario mínimo de un 22 por ciento a 590 euros, según la prensa ateniense. Y para los jóvenes menores de 25 años sería aún menor. El recorte del salario mínimo es una exigencia de la "troika" y un asunto especialmente controvertido en el interior del país, pues de su cuantía dependen otras prestaciones, como el subsidio por desempleo.
Las medidas también incluyen una reducción de las jubilaciones a los pensionistas más pudientes (ex trabajadores de bancos, telefónicas o eléctricas) en un 15 por ciento. El gobierno tendría también que reducir el número de funcionarios en 150.000 hasta 2015. Otras medidas afectarían al sector sanitario, con el objetivo de ahorrar un total de 4.400 millones de euros.
Quita de la deuda. Asimismo, parece que las negociaciones del gobierno de Atenas y los inversores internacionales privados sobre la urgente quita de deuda del país ya comenzaron. Según el diario The Wall Street Journal, el Banco Central Europeo (BCE) estaría ahora dispuesto a contribuir en la quita, algo a lo que se había negado anteriormente. Sin embargo, la información no fue confirmada. Según el diario, el BCE, que es el mayor acreedor público de la deuda griega, estaría dispuesto a participar. Anteriormente, el ministro de Finanzas griego, Evangelos Venizelos, había dicho que las negociaciones con el sector privado dependían en gran medida de si el BCE y los bancos nacionales participaban o no en la quita. Grecia espera en sacar adelante una quita con la que reduzca sus deudas en 100.000 millones de euros, algo que aún no está asegurado.
Viento en popa
Mientras otros líderes europeos sufren el desgaste de la crisis, la popularidad de la canciller Angela Merkel entre los alemanes llevó a su Unión Cristianodemócrata (CDU) al mayor nivel de aprobación en casi tres años. La CDU subió dos puntos en comparación con la semana pasada y tienen una intención de voto de un 38%, indicó ayer un sondeo del instituto Forsa.