Con el inicio de la campaña electoral con vistas al referendo del domingo, el gobierno griego anunció que podría dimitir si pierde en la consulta, en la que llama a votar "no" para negociar en "mejores términos" con sus acreedores internacionales. Un sondeo que se conoció ayer indicó una ligera ventaja del "sí" a acordar con Europa y el FMI. Mientras continuaban las declaraciones y presiones de ambos bandos, tanto en Grecia como en Europa, se conocía un borrador del FMI que admite la imposibilidad de Grecia de afrontar sus compromisos financieros (ver aparte).
El ministro griego de Finanzas, Yanis Varoufakis, declaró que el gobierno liderado por la coalición de izquierda radical Syriza dimitirá si gana el "sí" a las propuestas de los acreedores internacionales. Estos ofrecen una extensión del suspendido programa de "rescate" y 15.500 millones de euros extra a cambio de más reformas y ajustes del gasto público griego. "Podríamos dimitir, pero lo haremos con un espíritu de cooperación con los que tomarán el relevo", dijo Varoufakis, añadiendo que, personalmente, "dejará de ser" ministro si el "sí" se impone. Varoufakis no es un político profesional. Hasta que asumió en enero pasado se desempeñaba como profesor en una universidad de Texas.
Fisuras oficialistas. La campaña causó además una primera fisura en la coalición de gobierno entre Syriza y su aliados de derecha nacionalista, Griegos Independientes (Anel). Un diputado de esta formación, Constantinos Damavolitis, fue expulsado de su grupo parlamentario por pronunciarse en favor del "sí". "Estamos en guerra y no tendremos indulgencia. Quienes no soporten la guerra, que se vayan", dijo, con vocabulario militar, el líder de Anel y ministro de Defensa, Panos Kammenos. La alianza entre Anel y Syriza es muy criticada por los opositores de centro y centroizquierda y citada como un indicio de tendencias antidemocráticas en la coalición gubernamental. El acercamiento a Rusia es señalado como otra señal de esta tendencia.
Los mercados internacionales y los acreedores del país (la "troika" formada por el Fondo Monetario internacional, el Banco Central Europeo y Comisión Europea) esperan ansiosos el resultado del referéndum. En conjunto han prestado a Grecia unos 240.000 millones de euros desde 2010, sin contar las líneas de auxilio de liquidez que entregó hasta el domingo pasado el BCE a los bancos griegos, que son otros 89.000 millones. Ayer el país vivió el cuarto día con todos sus bancos cerrados, aunque hubo excepciones para los jubilados, que no tienen tarjetas de crédito ni débito. También se mantiene el tope de retiro en efectivo en los cajeros automáticos de 60 euros por día y persona. Es una cifra exigua para una economía europea, que apenas alcanza para los gastos diarios de una familia.
El martes y el miércoles, el país vivió un auténtico psicodrama, pendiente de un improbable acuerdo de última hora con los acreedores. Finalmente, los ministros de Finanzas de la Eurozona dejaron claro que esperarán al resultado del referéndum, cuya campaña arrancó de lleno ayer. En la televisión se sucedían los espacios dedicados al "sí" (con el testimonio del ex primer ministro Costas Caramanlis, entre otros) y al "no". En las calles de Atenas podía verse también un virulento cartel con la fotografía del ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schauble, bajo el lema: "Desde hace 5 años te está chupando la sangre. Ahora dile NO". Los términos "Oxi" (No) y Nai (Sí) se podían ver en las paredes de las calles de todo el país.
En un país muy polarizado, el Consejo de Estado, la más alta jurisdicción administrativa del país, examinará la legalidad del referéndum del domingo, tras un recurso presentado el miércoles por dos particulares.
El martes Grecia entró en default con el FMI al no pagar un vencimiento de 1.600 millones de euros. El mismo día expiró el plan europeo de asistencia financiera o "rescate". Los 18 socios de Grecia en la Eurozona decidieron no prolongarlo. Es el segundo programa de auxilio que recibe Grecia desde 2010, un caso único en Europa.
Las próximas semanas se anuncian complicadas para la tesorería del Estado griego, que debe abonar 3.500 millones de euros el 20 de julio, de los cuales 2.100 millones al BCE y 1.400 millones a la Eurozona.
Sondeos.PUNCTUATION_SPACEUna nueva encuesta publicada ayer augura un resultado muy ajustado en el referéndum. El sondeo, encargado por el diario conservador "Eleftheros Typos", indica que el 47,1 por ciento votará "sí" a las reformas propuestas por los acreedores, mientras que 43,2 por ciento votará "no", como quiere el gobierno de izquierda. Sondeos anteriores indicaban números inversos, con el "no" por delante del "sí".
El FMI ve inevitable una quita de la deuda
El Fondo Monetario Internacional (FMI) publicó un documento en el que advierte que Grecia necesitará una extensión de los plazos de sus vencimientos para pagar los préstamos de la Unión Europea y una quita de deuda significativa. El documento fue interpretado de inmediato por el ministro griego Yunis Varoufakis como un punto a favor de las posiciones de Atenas, pero el FMI es muy crítico con el gobierno del que forma parte.
En el borrador, un documento preliminar sobre la sostenibilidad de la deuda helena, se dice que incluso si Atenas cambia sus políticas económicas, los préstamos requerirán una "extensión significativa" de los plazos y el país necesitará más financiamiento. El informe fue elaborado sobre la base de evaluaciones realizadas la semana pasada, antes de que el país cayera en default con el FMI. Un alto funcionario del FMI dijo en teleconferencia que el alivio de la deuda por parte de los acreedores es esencial. El FMI escribió que Grecia necesitaría 36.000 millones de euros adicionales de financiamiento europeo, sobre un total de 50.000 millones extras. Incluso para una proyección optimista del FMI y con financiamiento hasta 2018, el Fondo cree que la relación entre deuda y PBI de Grecia sería de un 150 por ciento en 2020. "Sería necesaria una quita que produzca una reducción de la deuda de más de un 30 por ciento del PBI para cumplir con las metas de deuda de noviembre de 2012", sostuvo la entidad.
El Fondo cree que, ante la debilidad de la dinámica de la deuda griega, una opción sería extender al período de gracia sobre préstamos europeos a 20 años y el período de amortización a 40 años y entregar nuevos créditos para cubrir necesidades de financiamiento con vencimientos en términos similares al menos hasta 2018.
La reacción política al informe fue inmediata. "No me escuche a mí, que soy el ministro de Finanzas de un partido radical de izquierda. Escuche al FMI", afirmó en una una entrevista con Bloomberg, Yanis Varoufakis, quien citó el informe del FMI para justificar el rechazo de Atenas a un acuerdo con los acreedores que no contemple una reestructuración de la deuda.
Pero el informe del FMI es demoledor con el gobierno del que forma parte Varoufakis. Asegura que la situación ha empeorado mucho desde la llegada al gobierno de Syriza y Alexis Tsipras en enero pasado, al rebajarse los objetivos fiscales y ralentizarse las reformas estructurales. "Si el programa (de reformas acordado en 2012) se hubiera implementado como se presumía, no habría sido necesaria un mayor alivio de deuda", señala la institución. El informe reduce las previsiones de crecimiento para Grecia este año del 2,5 por ciento al 0 por ciento y empeora sus perspectivas sobre deuda. "Cambios muy significativos en las políticas y la perspectiva desde el inicio del año han provocado un alza sustancial de las necesidades de financiación", remarca el Fondo. De manera que Varoufakis no sale bien parado, pese a citar al borrado del FMI en favor de su causa.