Tegucigalpa- El Gobierno de facto de Honduras y representantes del depuesto
presidente Manuel Zelaya se preparaban este miércoles para iniciar una ronda clave de
negociaciones bajo la mediación de una misión de la OEA, en busca de superar la aguda crisis
política que divide al país.
El presidente de facto, Roberto Micheletti, llamó el martes por la noche a una instancia de
negociación entre las partes en conflicto, pero Zelaya exhibió otra vez su desconfianza respecto de
la verdadera intención de su acérrimo rival, e insistió en que su resistida restitución es
innegociable.
“Solicitamos aclarar la actitud suave y complaciente de los delegados de la OEA con el
régimen de facto, sometiéndose a la agenda que ha establecido Micheletti sin tomar en cuenta la
opinión del presidente legítimo”, dijo el mandatario derrocado en un comunicado difundido el
miércoles.
La misión de cancilleres de la Organización de Estados Americanos (OEA) liderada por su
secretario general, José Miguel Insulza, aterrizará en Tegucigalpa el miércoles por la mañana con
el desafío resolver la peor crisis política en América Central en décadas.
“Mi Gobierno convoca a una mesa de diálogo para abordar con nuevo espíritu los temas que
de alguna manera ya han sido objeto de consideración en documentos de trabajo en el diálogo de San
José”, sostuvo Micheletti en un discurso en cadena nacional de radio y televisión sin nombrar
a Zelaya en su convocatoria.
El mandatario derrocado, quien está recluido en la embajada brasileña en Tegucigalpa tras
ingresar clandestinamente al país hace más de dos semanas luego de ser destituido y exiliado a la
fuerza el 28 de junio, consideró que la convocatoria del Gobierno de facto es una maniobra
dilatoria porque no considera devolverle el poder.
Zelaya, un empresario maderero de 57 años cuyo sorpresivo acercamiento durante su mandato al
izquierdista presidente venezolano, Hugo Chávez, enfadó al oficialismo y la oposición, tiene una
orden de arrestro por supuestamente haber violado la Constitución al intentar allanar el camino a
su reelección.
Restitución, la piedra en el camino
Con el fin de alcanzar un bautizado “Acuerdo de Guaymuras”, Micheletti propuso que
en la mesa de diálogo se revisen algunos temas incluidos en el “Acuerdo de San José”
propuesto por el presidente de Costa Rica, Oscar Arias, el cual giraba en torno a la restitución de
Zelaya.
Pero, en su discurso del martes, Micheletti no hizo referencia a discutir el regreso de Zelaya a
la presidencia, algo que ha pedido insistentemente la comunidad internacional y que es considerado
como un tema crucial que ha empantanado las negociaciones pasadas.
El plan Arias establece como solución a la crisis política, además de la restitución de Zelaya
en el poder, un Gobierno de unidad nacional y solicitar al Congreso la declaratoria de una amnistía
general, entre otras cláusulas.
Micheletti propuso revisar “en particular dos temas cruciales que se refieren al respeto
de los poderes del Estado y a la amnistía”.
La mesa de diálogo estará integrada por los enviados de la OEA en calidad de observadores y tres
representantes de cada bando en pugna. Zelaya enviará a los ex ministros Víctor Mesa y Mayra Mejía,
y al dirigente obrero y coordinador de la resistencia zelayista Juan Barahona.
Por el lado del Gobierno de facto se sentarán el empresario y político democristiano Arturo
Corrales, la ex presidenta de la Corte Suprema de Justicia Vilma Morales, y el abogado y ex
ministro Armando Aguilar.
Desde la embajada donde permanece cercado, Zelaya advirtió el miércoles que si no se le
restituye en el poder antes del 15 de octubre, se deberá postergar el calendario de las elecciones
generales, establecidas para el 29 de noviembre por el Gobierno de facto.
Insulza y la misión de cancilleres tienen planeado reunirse el miércoles con Micheletti, después
de instaurada la mesa de diálogo.
El jueves visitarán a Zelaya dentro de la delegación brasileña, que se encuentra rodeada por un
cerco militar que pretende arrestarlo por la supuesta violación constitucional que gatilló el golpe
de Estado en su contra. (Reuters)