El grupo extremista Estado Islámico (EI) se adjudicó ayer el atentado en un museo de Túnez que causó la muerte de 23 personas, 18 de ellos extranjeros turistas y heridas a decenas, en su mayoría turistas, de acuerdo con una organización que monitorea a los grupos extremistas. EI, que ha declarado un califato en grandes partes de Irak y Siria y está activo en la caótica Libia _vecina de Túnez_, elogió a los dos asaltantes abatidos en una grabación de audio en árabe difundida por internet, calificándolos de "caballeros del Estado Islámico" armados con ametralladoras y explosivos. Un ataque como el sucedido se temía desde hace algún tiempo en vista de que los tunecinos constituyen uno de los mayores contingentes de combatientes extranjeros en Siria, Irak y Libia, y la joven democracia era un claro objetivo. "Decimos a los apóstatas que se sientan en el pecho de la Túnez musulmana: esperen las felices mareas de lo que los dañará, oh impuros, porque lo que han visto es la primera gota de la lluvia", manifestó el grupo islamista en el audio.
Mientras, las fuerzas de seguridad tunecinas detuvieron a nueve personas vinculadas con el ataque, cinco de ellas conectadas directamente con el atentado del miércoles, cometido por dos hombres que murieron al enfrentarse con la policía. Los otros cuatro fueron arrestados en el centro de Túnez y eran parte de una célula que dio apoyo a los atacantes, se informó.
Atacantes identificados. El primer ministro, Habib Essid, dijo que Túnez trabaja con otros países para saber más de los agresores muertos, a quienes identificó como Yassine Laabidi y Hatem Jachnaoui. Dijo que al primero ya lo habían ubicado los servicios de inteligencia pero no se le consideraba "algo especial". Túnez ha sufrido ataques esporádicos de extremistas y un número especialmente grande de ciudadanos de ese país se ha unido a la agrupación yihadista del EI en Siria e Irak.
Ayer, el Museo Nacional Bardo estaba rodeado con alambre de púas y las fuerzas de seguridad protegían las carreteras más importantes mientras las autoridades buscaban a dos o tres personas que se cree participaron en el suceso, el peor atentado que se registra en años en un hito turístico de Túnez. Los atacantes, que vestían uniformes militares y utilizaron rifles de asalto, salieron de un vehículo y abrieron fuego sobre los turistas que salían de varios autobuses. Después ingresaron al edifico del museo para tomar rehenes, antes de morir en una balacera con las fuerzas de seguridad.
El ataque también amenazó con nuevos problemas para la industria turística, que lleva a ejércitos de extranjeros cada año a sus playas mediterráneas, oasis desérticos y ruinas romanas, y acababa de empezar a recuperarse tras años de declive. Dos cruceros en los que viajaban algunas de las víctimas zarparon ayer del puerto de Túnez.
Cuatro años después de que una revuelta popular logró el derrocamiento del autócrata Zine El-Abidine Ben Ali, Túnez ha completado su transición a la democracia con elecciones libres, una nueva Constitución y el compromiso político entre los partidos laicos e islamistas.
Contando impactos indirectos y sectores inducidos, la industria turística representa más del 15 por ciento del PIB. Sin embargo, el turismo aún no ha recuperado los niveles previos a la revolución de 2011 y la meta del gobierno era lograr atraer a unos 6,4 millones de turistas este año, aún lejos de los 7 millones de 2010. Dos operadores turísticos alemanes cancelaron viajes desde centros vacacionales en Túnez por unos días.