Una cámara de apelaciones rechazó la solicitud presentada por el Departamento de Justicia para restablecer de inmediato el decreto del presidente Donald Trump que prohíbe el ingreso de ciudadanos de siete naciones de mayoría musulmana. La batalla entre poderes continúa abierta, en medio de un clima de polarización política y social como pocas veces se ha visto en las últimas décadas en los Estados Unidos.
La Corte de Apelaciones del Noveno Circuito, con sede en San Francisco, California, rechazó una moción de urgencia presentada por el gobierno que pedía invalidar la suspensión temporal del decreto decidida el viernes por un juez federal de Seattle.Con esto, la sentencia del juez James Robart continúa en vigor. Sin embargo, la decisión de la segunda instancia rechaza sólo la implementación inmediata de la prohibición de viaje, pero aún debe pronunciarse más a fondo sobre el caso. El tribunal podría tardar al menos una semana en hacerlo. Por el momento, ha pedido a las dos partes que presenten sus argumentos por escrito, a lo que seguirá luego una vista oral. Los expertos creen que la disputa acabará en la Corte Suprema, con lo que se espera una larga batalla legal. El resultado político es que Trump se ve frustrado su afán de mostrarse un presidente "ejecutivo", decisionista y que no pierde su tiempo.
Trump emitió el 27 de enero un decreto —llamado en EEUU orden ejecutiva— que suspendía temporalmente el programa de refugiados estadounidense y prohibía la entrada al país a todos los ciudadanos de Irak, Siria, Irán, Libia, Somalia, Sudán yYemen durante 90 días, una prohibición que era indefinida para los sirios. Su argumento es la necesidad de garantizar la seguridad mediante nuevos mecanismos de registro que impidan la entrada a todo enemigo de Estados Unidos. La medida fue impugnada de inmediato por varios tribunales.
Es que a la demanda interpuesta en primera instancia y que ayer ratificó la Cámara de Apelaciones de San Francisco deben sumarse los expedientes ante los tribunales de apelación de los estados de Washington y Minnesota, y que emitirán su oposición a la petición del Departamento de Justicia antes de la medianoche local. Además, se esperaba que Trump emita una respuesta en apoyo de la apelación de emergencia antes de hoy a las 15 horas.
El Departamento deJusticia alega en su apelación que la decisión del tribunal federal de Seattle suponía un daño para la población, "cuestiona el juicio del presidente sobre seguridad nacional" y carece de análisis legal. También señalaba que el juez James Robart —un conservador nominado por el presidente republicano George W. Bush en 2004— se había "extralimitado" en sus funciones porque su decisión afectaba a todo el territorio nacional y cuestionaba la división de poderes.
"Ganaremos", había dicho Trump a los periodistas en el marco de una gala de la Cruz Roja en Florida tras interponer la apelación. "Por la seguridad de nuestro país, ganaremos", señaló. Delante de su hotel en Florida, y en otras ciudades del país se vivieron ayer nuevas protestas contra Trump, como también en Londres.
Trump también había cuestionado públicamente e incluso atacado al juez de Seattle y su decisión. "¡La opinión de este supuesto juez, que fundamentalmente nos quita (la capacidad) de aplicar la ley, es ridícula y será anulada!", tuiteó Trump. Los analistas consideraron un comportamiento impropio que un presidente cuestione la legitimidad y competencia de un juez. Ayer, el vicepresidente MikePence respaldó al presidente en televisión. Al ser preguntado si calificar a Robart de "supuesto juez" ponía en peligro la división de poderes que marca la Constitución, respondió:"No lo creo, creo que los estadounidenses están acostumbrados a que este presidente manifieste abiertamente su opinión". Agregó que Trump "el decreto era legal, era proporcionado y nuestro gobierno utilizará todas las medidas jurídicas a nuestra disposición para impugnar la decisión judicial". Más tarde comentó que "es frustrante ver cómo un juez del estado de Washington dirige la política nacional", dijo Pence.