Santiago.- Las revelaciones sobre el magnicidio del ex gobernante Eduardo Frei
Montalva durante la dictadura y la arremetida de la mandataria Michelle Bachelet en el tema de los
derechos humanos marcarán esta semana el cierre de la campaña presidencial chilena.
Ambos hechos ya coparon la pauta noticiosa a favor del candidato oficialista, el senador Eduardo
Frei, hijo del mandatario asesinado por el régimen de Pinochet, en momentos en que todos los
sectores buscan captar el 10% de votos de los indecisos que aún quedan de cara a los comicios del
domingo.
Desde la derecha, favorita para ganar con mayoría parcial la primera vuelta, surgieron críticas
por el explícito apoyo a Frei de la presidenta, e incluso algunos temen un uso político de la
confirmación judicial de que Frei Montalva fue asesinado por la dictadura, ligada a la derecha.
“Sería de muy mal gusto que se diera un uso electoral (al tema)”, dijo el secretario
general de la Unión Demócrata Independiente, Víctor Pérez.
La familia Frei en bloque negó las imputaciones y las calificó como “una bajeza”,
tras lo cual organizó un homenaje en la tumba del ex gobernante. La ceremonia se convirtió en un
acto político por la presencia de los cuatro timoneles de los partidos oficialistas, además de
parlamentarios que buscan su reelección este domingo. Varios centenares de personas acompañaron a
la familia en su romería.
Frei hijo prefirió guardar silencio y no pronunció un discurso, pero un nieto del asesinado ex
mandatario —que a su muerte en 1982 era el líder de la incipiente oposición a la dictadura
militar— señaló en alusión a su abuelo: “Ganaste la batalla de la verdad y este es el
primer paso para que descanses en paz”.
Por sorpresa. Aunque ya habían surgido indicios de que Frei Montalva —quien murió por una
infección provocada por agentes externos como gas mostaza, según la determinación judicial—
había sido envenenado, la decisión del juez Alejandro Madrid de procesar a seis personas, entre
ellos un médico amigo del ex mandatario y su chofer personal, sorprendió a todos en Chile.
La confirmación del magnicidio de Frei Montalva, el único asesinato de un mandatario en la
historia chilena, obligó a los demás aspirantes a La Moneda a hablar del tema, relegando en los
medios a un segundo plano sus cierres de campaña.
La estrategia del gobierno es justamente tensar la campaña en torno a los derechos humanos,
razón por la cual Bachelet hablará mañana sobre el tema en cadena nacional, al mismo tiempo que
Frei cerrará su campaña con un acto en el sur del país.
Paralelamente, Michelle Bachelet, investida de una popularidad que trepa al 80%, salió ya a
demandar a sus parciales el voto para el candidato oficialista, quien también ya gobernó Chile
entre 1994 y 2000.
“Tengo muy claras las decisiones con mi corazón y con mi cabeza de quién es la persona que
puede dar continuidad a las políticas que hemos desarrollado en el gobierno. Esa persona es Eduardo
Frei”, afirmó la mandataria.
Final incierto. Sin embargo, Bachelet nunca ha logrado traspasar su alta popularidad al
candidato oficialista, quien debe cargar con las internas que han surgido en la coalición
gobernante en los últimos años.
Tal vez por eso, las elecciones del domingo son las más inciertas de las últimas cuatro décadas,
y tienen a tres candidatos compitiendo por pasar a segunda vuelta. Ellos son Frei, el millonario de
centroderecha Sebastián Piñera y el diputado independiente Marco Enríquez-Ominami.
Voto a voto
Según proyecciones del prestigioso Centro de Estudios Públicos,
Sebastián Piñera suma un 36% de respaldo para la primera vuelta, y Frei lo sigue con un 26%. Marco
Enríquez-Ominami llega al 19%. En el ballottage Piñera obtendría un 43% contra un 37% de Frei.
Otros sondeos hablan de un empate técnico.