Rusia y las potencias occidentales acordaron ayer en París sostener discusiones en los próximos días sobre la crisis en Ucrania, aunque Moscú se negó a aceptar las presiones de Washington para que negocie directamente con el gobierno interino de ese país. "Nos pusimos de acuerdo para continuar estas conversaciones en los próximos días para ver cómo podemos ayudar a estabilizar, normalizar la situación y superar la crisis", afirmó el ministro de Relaciones Exteriores ruso Serguei Lavrov, tras una reunión con sus homólogos en la Cancillería francesa. Se llevará a cabo en los próximos días "intensas discusiones" con Rusia y Ucrania para hallar una solución a la crisis entre Kiev y Moscú, dijo por su parte el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, en una rueda de prensa, tras un día de discusiones diplomáticas en París. "Iniciamos un proceso que esperamos finalmente conducirá a un fin de la escalada" del conflicto, añadió el jefe de la diplomacia estadounidense.
Encuentro fallido. Kerry intentó en vano reunir ayer en París al canciller ruso, Serguei Lavrov, con su par ucraniano, Andrii Dechtchitsa, en un esfuerzo por calmar una situación calificada como una de las peores crisis europeas desde la Guerra Fría. Sin embargo, Lavrov se negó a reunirse con su homólogo ucraniano, a pesar de las presiones de los países occidentales, indicó el embajador ucraniano en París. Moscú considera ilegítimas a las nuevas autoridades ucranianas.
El ministro interino de Exteriores ucraniano, que en un principio no tenía previsto viajar a París, llegó el martes por la noche a la capital francesa a bordo del avión del secretario de Estado estadounidense John Kerry, desde Kiev.
Por otra parte, el presidente ruso Vladimir Putin y la jefa de gobierno alemana Angela Merkel discutieron ayer una "posible" cooperación internacional para "normalizar" la situación en Ucrania. La conversación se realizó bajo la iniciativa de la canciller alemana, según Moscú. Putin y Merkel hablaron de las "posibilidades de cooperación internacional, de cara a una normalización política de la situación en Ucrania", según el Kremlin.
Cooperación. Paralelamente, la Alianza Atlántica decidió ayer reforzar la cooperación con Ucrania y revisar la que mantiene con Rusia así como suspender una operación conjunta Otán-Moscú, indicó su secretario general, Anders Fogh Rasmussen. Estas medidas "envían un claro mensaje a Rusia", que debe ayudar a bajar la tensión" en Ucrania, dijo Rasmussen al término de una reunión de la Alianza Atlántica-Rusia en Bruselas.
La Comisión Europea, en tanto, presentó ayer un plan de ayuda "de al menos 11.000 millones de euros (15.000 millones de dólares)" para Ucrania, la víspera de una cumbre europea extraordinaria dedicada a la crisis en ese país. "La Comisión Europea identificó un programa de ayuda a Ucrania", dijo el presidente del Ejecutivo comunitario, José Manuel Durao Barroso en conferencia de prensa. La mayor parte del plan, a corto, medio y largo plazo, es en créditos blandos. "Esta es nuestra contribución a la cumbre de jefes de Estado y de gobierno de mañana (hoy)", añadió explicando que el paquete de "al menos 11.000 millones de euros (...) saldría del presupuesto de la Unión Europea (UE) y de las instituciones financieras europeas".
Este programa, que incluye medidas de corto y mediano plazo en materia comercial, económica, técnica y financiera, podrá ser completado por los Estados miembros de la UE, precisó Barroso. Se suma a la oferta de un préstamo internacional de 1.000 millones de dólares que hizo Estados Unidos a este país al borde de la quiebra. Según cifras de los mercados Ucrania debe pagar este año 5.500 millones de dólares, de los cuales 3.000 al FMI y 1.000 millones al banco ruso VTB.
Echado. Mientras, el enviado especial de las Naciones Unidas, Robert Serry, decidió cancelar ayer su misión en la región ucraniana de Crimea tras haber sido amenazado por hombres armados. Serry había sido enviado a esta región parcialmente controlada por comandos armados prorrusos para "hacer un balance de la situación".
El emisario estaba "frente a la sede de las fuerzas navales" en Simferopol cuando fue amenazado por hombres armados, indicó el vicesecretario general de la ONU, Jan Eliasson. "Está bien físicamente, pero se siente amenazado", indicó la ONU, mientras que el emisario aguardada un vuelo para salir de la región.