Estados Unidos empezó a suministrar armas a los kurdos para combatir a los terroristas del Estado Islámico (EI), informó Washington oficialmente. Mientras, los kurdos lograron rescatar a un masivo contingente de civiles de la zona montañosa del norte de Irak a la que habían huido ante el avance del EI. Cuarenta mil kurdos yaziditas fueron evacuados ayer gracias a la iniciativa de las tropas kurdas. El Kurdistán iraquí es una zona autónoma que goza de cierto orden y prosperidad en comparación con el resto de Irak. En tanto, en Bagdad, el presidente del país depuso de su cargo al resistido premier shiíta Nuri Al Maliki y nombró a una nueva figura en su lugar (leer aparte). Se considera a Maliki como el gran responsable de la ruptura entre las tres comunidades de Irak —shiítas, sunitas y kurdos—que facilitó el avance del Estado Islámico desde sus bases en Siria.
Antiguo reclamo. Los envíos de armas, reclamados por los kurdos desde hace años a sus aliados norteamericanos, comenzaron la semana pasada. "Trabajamos con el gobierno iraquí para suministrar armas a los kurdos, que las necesitan urgentemente", dijo una portavoz estadounidense. Los iraquíes ponen a disposición de los kurdos las armas que tienen en sus depósitos y Estados Unidos está haciendo lo mismo, añadió la funcionaria. Se considera a las milicias kurdas, conocidas como "peshmergas", como los mejores soldados de Irak, pero están mal armados. Estados Unidos, por sus compromisos con el gobierno central de Maliki, evitó entregarles armas pese a sus insistentes pedidos.
Hace unos 10 días, las milicias extremistas del EI atacaron con fuerza hacia Kurdistán, forzando a los mal armados pershmergas a retirarse. Esto desató una crisis humanitaria de enormes dimensiones: 200.000 yaziditas y 100.000 cristianos debieron huir, dado que los extremistas islámicos cometen matanzas sistemáticas de estas minorías religiosas. Se estima que solo en un episodio dieron muerte a 500 civiles yaziditas.
La decisión de armar a los kurdos se toma en un contexto muy complejo: el Pentágono remarca que la limitada ofensiva aérea en curso de ninguna manera será suficiente para quebrar el poder del Estado Islámico. "En ninguna forma estoy sugiriendo que hemos contenido, o en alguna manera quebrado, el empuje de la amenaza", del EI, puntualizó ayer el general William Mayville, jefe de operaciones del Estado Mayor Conjunto. Agregó que no hay planes para expandir la limitada campaña aérea que lleva adelante EEUU.
En junio pasado, al inicio de su ofensiva, el Estado Islámico tomó Mosul, la segunda ciudad de Irak con 1,6 millón de habitantes. Allí forzó la fuga de decenas de miles de cristianos. Luego avanzó hacia el sur, en dirección a Bagdad. Este avance fue detenido, mayormente por shiítas que se enrolaron de urgencia en el ejército iraquí. En Mosul, en cambio, cuatro divisiones del ejército iraquí "desaparecieron", dejando la ciudad en manos de los extremistas, así como miles de armas de todo tipo, incluidos vehículos blindados y tanques. El escandaloso desbande del ejército frente al fácil avance del EI derivó en una crisis política en Bagdad con fuertes recriminaciones al gobierno de Maliki, acusado de sectarismo en favor de los shiítas y en perjuicio de los sunitas. El Estado Islámico, que es sunita radical, logró algún apoyo en la población de la zona central de Irak, gracias a este descontento con el gobierno de Maliki. Este rompió una antigua alianza con las tribus sunitas lograda luego de años de negociaciones por la administración estadounidense. Fue esa alianza la que en 2007 permitió vencer a la rama local de Al Qaeda y dar un vuelco al conflicto.
Punto de quiebre. Finalmente, el pasado viernes el presidente Barack Obama ordenó lanzar ataques aéreos. Fue una derrota conceptual y política para el presidente demócrata, que desde que era candidato en 2008 fue un crítico de la intervención de EEUU en Irak. Pero aunque muy limitados, los bombardeos resultaron decisivos para detener el avance del EI hacia Erbil, la capital kurda. Este domingo los kurdos pudieron incluso invertir la tendencia y comenzaron una contraofensiva, recuperando dos ciudades. Además, lograron sacar de las montañas a 20.000 civiles refugiados, que padecían hambre y sed. Ayer repitieron esta operación, recuperando a otros 40.000. Estados Unidos, ayudado por Gran Bretaña, hace masivos lanzamientos de raciones y agua envasada en la zona montañosa donde todavía hay decenas de miles de civiles totalmente desamparados, en pleno verano y sin fuentes de agua de ninguna clase.
Francia, en tanto, comunicó que está a favor de la entrega de armas a los kurdos. El tema será debatido hoy en un encuentro de los embajadores de la Unión Europea. El ministro de Exteriores británico, Philip Hammon, descartó en principio una participación en los ataques aéreos en Irak, pero su país ya hace envíos de raciones mediante aviones militares de carga.