La administración estadounidense de Donald Trump sancionó al vicepresidente de Venezuela Tareck El Aissami, de ascendencia sirio-libanesa y de 42 años y lo designó oficialmente como narcotraficante, informó ayer el Departamento del Tesoro. Esta medida anula la visa de El Aissami, le confisca propiedades en EEUU y le prohíbe realizar transacciones financieras o comerciales con instituciones estadounidenses.
También fue designado narcotraficante el venezolano Samark José López Bello, a quien el Tesoro identifica como prestanombres del vicepresidente. Hasta anoche, no hubo reacción oficial del gobierno de Caracas.
El Departamento del Tesoro incluyó al vicepresidente venezolano en la llamada lista Kingpin, que es la lista negra de narcotraficantes, acusándolo entre otras cosas de haber facilitado cargamentos de narcóticos desde Venezuela.
El Aissami ministro del Interior y ex gobernador de la región de Aragua, asumió el mes pasado el cargo de vicepresidente ejecutivo en el Gobierno de Nicolás Maduro, un puesto que se considera clave. Ayer se convirtió en el cargo venezolano de mayor rango sancionado por Estados Unidos.
La inclusión en la lista Kingpin supone el congelamiento de cualquier activo que El Aissami tenga bajo jurisdicción estadounidense y la prohibición a cualquier estadounidense de hacer transacciones con él.
Fuentes de la administración estadounidense aseguraron que no se trata de un castigo político ni diplomático a Venezuela, sino que la sanción a su vicepresidente se lleva a cabo porque investigaciones de más de diez años han ofrecido evidencias de esos lazos con el narcotráfico de los que le acusan.
"El momento es independiente (de la situación en Venezuela), está listo cuando está listo", indicó una de las fuentes. Sin embargo, este movimiento augura tensiones entre Washington y Caracas cuando Trump no lleva ni un mes en la Casa Blanca.
"En sus cargos previos, supervisó o poseyó en múltiples ocasiones parte de cargamentos de narcóticos de más de 1.000 kilos desde Venezuela, incluyendo aquellos con México y Estados Unidos como destino final", asegura el Departamento del Tesoro sobre El Aissami.
Le acusa también de haber recibido pagos de Walid Makled García, un conocido empresario acusado de tráfico de drogas, que fue detenido en Colombia en 2010 y solicitado por Estados Unidos en extradición, si bien Bogotá lo entregó a Venezuela.
También lo relaciona con la coordinación de tráfico de drogas con el cartel mexicano de Los Zeta y lo acusa de haber dado protección al señor de la droga colombiano Daniel Barrera Barrera y al narco venezolano Hermagoras Gonzalez Polanco, todos incluidos previamente en la lista Kingpin.
El multimillonario ex gobernador del estado de Aragua y flamante vicepresidente chavista es investigado junto a su entorno desde hace años por el FBI y el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos debido a sus posibles vínculos con el grupo terrorista Hezbollah y el narcotráfico.
Muchos incluso señalan a El Aissami, cercano al ex presidente de la Asamblea Nacional y líder chavista Diosdado Cabello, como uno de los hombres poderosos tras las bambalinas del gobierno venezolano.
El Aissami es también cuestionado desde hace años por su relación con el narcotraficante confeso y preso en Caracas desde 2011 Walid Makled, con quien habría hecho negocios e inversiones con dinero proveniente del tráfico de la droga entre Colombia y Venezuela que luego es exportada a México, Europa y África.
Makled, atrapado en Colombia y extraditado luego a Venezuela, confesó a oficiales de la DEA (Agencia Antidrogas de Estados Unidos) que le pagaba al entonces ministro del Interior para enviar droga a través de Venezuela.
El golpe contra el hombre de confianza de Maduro llega en un momento en el que hay presión sobre Trump para que actúe con el Gobierno venezolano con mayor dureza de la que empleó Obama.
Más de 30 congresistas y senadores, tanto republicanos como demócratas, enviaron la semana pasada una carta a Trump pidiéndole nuevas sanciones inmediatas a funcionarios venezolanos.