EEUU pinchaba teléfonos de diplomáticos brasileños
Otro motivo de tensión entre ambas naciones, de acuerdo con los archivos, fue la "frecuente violación", por parte de la aduana estadounidense de los equipajes de los diplomáticos brasileños del consulado de Brasil en Miami y de la embajada brasileña en La Habana.
29 de agosto 2011 · 01:00hs
San Pablo. - Correspondencia reservada que intercambiaron la diplomacia brasileña y el gobierno de Estados Unidos revela que las relaciones entre ambos países entre los años 90 y 2001 fueron marcadas por tensiones, espionajes, escuchas telefónicas ilegales y violación de acuerdos diplomáticos.
Los despachos, revelados por diario Folha de Sao Paulo, indican que la embajada brasileña en Washington tuvo sus teléfonos interceptados en forma clandestina en 2001, lo que llevó al entonces embajador brasileño Rubens Antonio Barbosa a solicitar explicaciones al Departamento de Estado, que nunca respondió.
Otro motivo de tensión entre ambas naciones, de acuerdo con los archivos, fue la "frecuente violación", por parte de la aduana estadounidense de los equipajes de los diplomáticos brasileños del consulado de Brasil en Miami y de la embajada brasileña en La Habana.
La constatada ruptura de los lacrados metálicos de las valijas diplomáticas, así como la intención de someter el equipaje a inspección de rayos X, viola acuerdos de reciprocidad suscritos por ambos países, señala el Folha.
En noviembre de 1992, el consulado brasileño en Cuba informó a su cancillería que el secretario de su oficina diplomática Fernando Vidal "fue retenido (en Estados Unidos) por un funcionario de la aduana estadounidense para averiguaciones", sobre el contenido del equipaje que traía de Cuba. Ese mismo año, Brasil exigió al gobierno de Estados Unidos que investigara la profanación de las maletas diplomáticas y el abuso contra sus diplomáticos. El Departamento de Estado norteamericano respondió que había iniciado una "minuciosa investigación" sobre el asunto, pero nunca informó de ese procedimiento.
Otro motivo de malestar fue el "degradante", "humillante" e "inadecuado" cuestionario que los turistas brasileños deben responder cuando pretenden ingresar en Estados Unidos. La molestia brasileña a ese respecto fue trasmitida en 1994 al entonces embajador estadounidense en Brasilia, Melvin Levistsky, quien admitió que eso ocurría debido a que su país desconfiaba de Brasil a raíz del gran número de portadores de documentos falsos. Durante la primera presidencia de Lula da Silva, Brasil actuó con reciprocidad e impuso a los viajeros de EEUU restricciones similares a las aplicadas a sus ciudadanos en EEUU.
Otro asunto que deterioró las relaciones bilaterales fue la realización de ejercicios militares comandados por estadounidenses en países limítrofes con Brasil. En 1993, el gobierno brasileño se molestó particularmente por la realización de ejercicios en Guyana, a unos 470 kilómetros de su frontera. "El aumento de la presencia (de Estados Unidos) y de ejercicios militares en áreas sin ningún peligro visible puede dar una señal equivocada. En lugar de generar tranquilidad, se crea la percepción de riesgos que requieren un aumentos de los efectivos y de los recursos militares en los países de América Latina", sostiene una misiva enviada a Estados Unidos por el gobierno brasileño de esa época. Los 261 mensajes obtenidos por el Folha do Sao Paulo, tras haber perdido su carácter confidencial, fueron mantenidos en secreto durante más de una década por la cancillería brasileña.