Washington.- El
supermartes de las primarias en la carrera presidencial estadounidense en el
que votaron 24 estados, definió el camino de John McCain como casi seguro candidato
republicano y puso al rojo vivo la lucha en las filas demócratas, donde Hillary Clinton y
Barack Obama confirmaron que será un final de bandera verde.
Es que Obama, a pesar de haber perdido en los 3 de los 4 principales
estados, no le perdió pisada a Hillary en la suma de delegados a la convención nacional,
órgano que finalmente elegirá al candidato presidencial partidario.
Obama se impuso a Clinton en triunfos en estados (trece a ocho), pero las
victorias de Clinton fueron muy significativas porque incluyeron estados de gran tamaño,
especialmente California y Nueva York.
Esto presagia que a partir de mañana se enfrentarán en una recta final sin
precedentes que podría alargarse hasta la convención prevista para finales de agosto para
saber quién será el candidato que peleará por la sucesión de Goerge W. Bush en la
Casa Blanca.
Todavía quedan por celebrarse internas en importantes estados como
Virginia, Maryland y Texas y el Distrito de Columbia, que engloba a la ciudad de
Washington.
De acuerdo a los últimos datos suministrados, Hillary obtenía 387
delegados a la convención nacional partidaria y alcanzaba un total de 648, en tanto su
adversario lograba 353 y trepaba a un total de 543. Ambos muy lejos aún de los 2.025 que se
necesitan para obtener matemáticamente la nominación, según los datos de la cadena de
televisión Fox News.
En cuanto a los estados, la ex primera dama ganó en California,
Nueva York, Nueva Jersey, Massachusetts, Tennessee, Arizona, Arkansas y Oklahoma.
El senador Obama, en tanto, se impuso en Illinois, Georgia, Minnesota,
Missouri, Colorado, Alabama, Connecticut, Kansas, Utah, Alaska, Delaware, Idaho y Dakota del
Norte.
Los datos oficiales de los recuentos serán sin embargo los fundamentales
en el lado demócrata, porque todos sus delegados para la convención de finales de agosto en
Denver se reparten de manera proporcional a la cantidad de votos obtenidos en cada
estado e incluso en cada distrito.
Ambos candidatos tienen motivos para celebrar. Clinton no sólo conservó
Nueva York, el estado que la eligió senadora, y el vecino estado de Nueva Jersey, sino que se
impuso en Massachusetts, donde Obama contaba con el apoyo de la maquinaria del “clan
Kennedy”.
En California los latinos, que representan el 29 por ciento de la
población, dieron virtualmente el triunfo a Clinton, con el 66 por ciento de sus apoyos. Sólo
el 33 por ciento se decantó por Obama, de acuerdo a sondeos reflejados por la agencia de
noticias DPA.
Como Clinton, Obama también ganó en el estado que lo eligió senador,
Illinois, además de como se preveía en Georgia y Alabama, donde contó con un masivo apoyo del
voto negro. “Nos ha llegado el momento estelar y el cambio está llegando”,
dijo Obama exultante a sus seguidores, en tanto Hillary se limitó a admitir que la lucha
sigue viva: “Quiero felicitar al senador Obama por sus victorias esta noche, y estoy
ansiosa por continuar nuestra campaña y nuestros debates sobre cómo dejar este país
mejor a la próxima generación”.
Por el lado republicano McCain tomó una ventaja que puede ser decisiva,
pese a que ni Mitt Romney ni Mike Huckabee concedieron la victoria a su rival y prometieron
seguir en carrera.
“Todavía nos queda mucho, pero estamos mucho más cerca de la
victoria por la que tan duro trabajamos”, afirmó McCain, que sumaba temporalmente 504
delegados por 200 de Romney y 160 de Huckabee.
El senador McCain camina claramente hacia la nominación tras asegurarse
victorias en California, Nueva York, Illinois, Nueva Jersey, Oklahoma, Connecticut, Missouri,
Arizona y Delawere.
Huckabee, por su parte, se impuso en Georgia, Tennessee, Alabama, West
Virginia y Arkansas, el estado del que fue gobernador. Igual logró Romney en Massachusetts,
Colorado, Minnesota, Dakota del Norte, Montana y Utah, el estado eminentemente mormón
como el candidato.
“En los últimos días la gente decía que esto era una carrera entre
dos. ¿Saben qué? ¡Lo es, y nosotros estamos en ella!”, afirmó Huckabee con un
envenenado dardo a Romney, que planteó la lucha como un cara a cara entre él y McCain.
Romney, al que varios analistas dieron como el perdedor del día, prometió
no sólo seguir en la carrera, sino llegar “hasta la convención”. “Vamos a
ganar esto y vamos a ir a la Casa Blanca”, sentenció. (Télam).-