La Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador aceptó dialogar con el gobierno para impulsar soluciones y terminar con el paro con protestas violentas que protagonizó durante las últimas dos semanas. El gobierno del presidente Guillermo Lasso anunció una serie de concesiones exigidas por los indígenas, como el aumento del presupuesto de educación y la condonación de los créditos vencidos de agricultores. A la vez, resultaba evidente el desgaste del movimiento de fuerza y el cansancio de la población ante el desabastecimiento que produce. Al inicio de la huelga indígena, hace dos semanas, los bloqueos de rutas llegaron a unos 350, mientras que este lunes eran 77.
La organización indígena, la principal de su tipo en la nación andina, dijo en un comunicado que la decisión de sentarse a dialogar es una decisión tomada colectivamente desde sus bases y que el objetivo será generar los espacios que garanticen los posibles resultados que se alcancen en el diálogo.
Mientras, una nutrida marcha se congregaba en el centro histórico tras recorrer varias calles de Quito y que encabezada el máximo dirigente, Leónidas Iza. Los dirigentes indígenas se dirigieron luego a la iglesia La Basílica, donde se realizó el esperado encuentro con delegados del gobierno. Poco antes, los indígenas rechazaron el anuncio del presidente Guillermo Lasso de reducir en 10 centavos de dólar los precios de la gasolina y el diésel y calificaron la medida de “insensible e insuficiente”, mientras el paro nacional convocado por este sector se extendía.
El anuncio “no se compadece con la situación de pobreza que afrontan millones de familias’’, dijo la organización en un comunicado previo. Aseguró que pese a la respuesta “represiva del Estado, nos hemos mantenido firmes y seguimos demostrando a Ecuador y al mundo la legitimidad de nuestra lucha’’.
Mientras tanto, el ministro del Interior, Patricio Carrillo, informó que los delitos cometidos en estas dos semanas han sido judicializados y la Fiscalía investiga 42 casos. Carrillo dio cuenta de tres fallecimientos como causa directa de las protestas y dos por motivos accidentales, 28 secuestros de miembros de la policía y las Fuerzas Armadas —que ya se encuentran en libertad—, 175 policías heridos de gravedad y 30 unidades policiales destruidas, además del robo de armamento.
Este lunes se registraba un descenso de los bloqueos viales, de 350 al inicio de las manifestaciones a 77, mientras unas 1.500 personas participaban en protestas, frente a las 15.000 que se registraban antes.
Lasso afirmó que “los ecuatorianos que buscan el diálogo encontrarán un gobierno con la mano extendida. Los que buscan el caos, la violencia y el terrorismo, toda la fuerza de la ley’’ y convocó al país a volver a la normalidad. El paro afecta a las provincias del centro-norte andino con férreos bloqueos de las carreteras, causando desabastecimiento de alimentos, gasolina y gas de uso doméstico y la imposibilidad de circular por el país. En Quito, que forma parte de la zona andino-serrana, se han registrado violentas marchas y choques con agentes del orden, ataques a vehículos privados y saqueos de negocios. El presidente Lasso anunció el aumento del presupuesto de educación, la condonación de créditos vencidos de agricultores, la declaración de emergencia del sistema público de salud para dotarlo de medicinas y equipos, entre otros pedidos que estaban entre los 10 puntos que exigen los indígenas. Resta saber si lo ofrecido es suficiente.