Luego de 18 días de conflicto, movilizaciones y protestas, Ecuador logró un acuerdo entre los indígenas y el gobierno del presidente Guillermo Lasso. El pacto incluye una reducción de los precios de los combustibles y otras concesiones. Fue firmado por el ministro de Gobierno, Francisco Jiménez; el dirigente de los indígenas, Leonidas Iza, y el presidente de la Conferencia Episcopal, Luis Cabrera, que actuó como mediador.
La gasolina bajará de 2,55 a 2,40 dólares el galón y el diésel de 1,90 a 1,75; que no se extenderá la denominada "frontera petrolífera" y que no se realizarán actividades mineras en áreas protegidas, parques nacionales y fuentes hídricas.
La Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) lideró las protestas y fue la que ahora firmó el acuerdo, 18 días de protestas que muchas veces resultaron violentas. Los hasta 350 bloqueos de rutas causaron un agudo desabastecimiento de los centros urbanos, tanto en alimentos como en gas envasado para uso doméstico. Esto, con el paso de los días, enemistó a muchos ecuatorianos con el movimiento indígena.
De acuerdo a lo informado en una conferencia de prensa en la sede de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana en Quito, el Ejecutivo aceptó reducir 5 centavos de dólar adicionales a los 10 que ya le había quitado al precio al combustible.
El Gobierno se comprometió además a derogar el estado de excepción vigente, dictaminado por el presidente Guillermo Lasso en las provincias donde se “concentran la mayoría de actos violentos” de las protestas. Además, se instalará una mesa de diálogo que durará 90 días para terminar de negociar otras mejoras.
Los indígenas iniciaron el reclamo el 13 de junio para exigir una reducción del precio de combustibles, el control de precios de productos agrícolas y la suspensión de actividades mineras y petroleras en territorios nativos. El Gobierno, atendiendo a los reclamos, bajó en 10 centavos el valor del diésel (1,80 dólares) y la nafta corriente (2,45), pero la Conaie lo consideró insuficiente y obtuvo esta reducción adicional.
Antes, el gobierno de Lasso también había aprobado condonar deudas vencidas de hasta 3.000 dólares a familias campesinas, reducir los intereses de los créditos vigentes, subsidiar hasta en 50 % el costo de la urea, aumentar de 50 a 55 dólares un bono para familias en vulnerabilidad, duplicar el presupuesto de la educación intercultural y declarar en emergencia el sistema de salud. El resto de los diez puntos del pliego de demandas del movimiento indígena se tratarán en mesas de trabajo.
A la sede la Conferencia Episcopal Ecuatoriana asistieron el ministro de Gobierno, Francisco Giménez, el ministro de Relaciones Exteriores, Juan Carlos Holguín y el secretario de la Administración Pública, Iván Correa. En representación del movimiento indígena estuvo el presidente de la Conaie, Leonidas Iza, así como una numerosa delegación indígena.
También participan de la reunión el presidente de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana, monseñor Luis Cabrera, y los presidentes de la Federación Nacional de Organizaciones Campesinas, Indígenas y Negras del Ecuador (Fenocin), del Consejo de Pueblos y Organizaciones Indígenas Evangélicos del Ecuador (Feine), y los rectores de la Universidad Salesiana, entre otros.
“Si venimos acá, después de un año de dialogar, venimos diciendo: no más diálogo, sino resultados”, pidió Iza en un video colgado en Twitter antes del encuentro. “Participaremos para concluir con este diálogo; invitamos a las autoridades del estado (a no poner) más pretextos, no más condiciones, nosotros jamás hemos puesto condiciones, siempre hemos dicho (que hacen falta) garantías, de un lado y del otro, para que lo que se habla se cumpla. Sea en este tiempo o en el tiempo que sea necesario: garantías, no condiciones”, agregó el líder de la Conaie.
El Ejecutivo rompió hace dos días las negociaciones con la poderosa Conaie luegoun ataque a un convoy de policías y militares en la amazónica provincia de la localidad de Sucumbíos. En ese ataque un militar murió y otros 12 resultaron heridos. En el contexto de las protestas también han muerto cinco civiles, según organizaciones de derechos humanos.
Los diálogos habían empezado el lunes luego de más de dos semanas de protestas, que tuvieron su punto más violento entre jueves y viernes de la semana pasada en Quito. Para ese momento, los manifestantes en las calles habían descendido sensiblemente, así como los bloqueos de rutas. El desgaste del movimiento era evidente y el acuerdo de hoy se explica en gran medida por esto. La victoria legislativa de Lasso en el Congreso, que venció este martes una moción de destitución de los opositores liderados por el partido del ex presidente Rafael Correa, fue otro punto de inflexión.
“Reiteramos que la voluntad del Gobierno nacional es primero garantizar la paz de los ecuatorianos y en función de ese criterio no dejaremos de tomar las acciones que permitan llegar por la vía del derecho y del respeto de la constitución a esa paz tan anhelada”, apuntó Jiménez.