Si el presidente electo Donald Trump desea enviar el mensaje de que cambiará completamente la política estadounidense hacia Israel, probablemente escogió a la persona acertada como embajador: David Friedman.
Si el presidente electo Donald Trump desea enviar el mensaje de que cambiará completamente la política estadounidense hacia Israel, probablemente escogió a la persona acertada como embajador: David Friedman.
Se trata de un abogado hijo de un rabino ortodoxo. Es partidario de políticas totalmente contrarias a las de Barack Obama: apoya a los colonos judíos, se opone a la independencia palestina y es un férreo defensor de Israel.
El debate en torno a la selección de Friedman surge cuando las tensiones entre Estados Unidos e Israel vuelven a crisparse. En una sorprendente decisión el viernes, Obama no vetó en el Consejo de Seguridad de la ONU resolución que condena los asentamientos judíos en Cisjordania. Fue un abrupto cambio de la política estadounidense tradicional y suscitó condenas de Israel y del mismo Trump. "Las cosas van a cambiar después del 20 de enero'', tuiteó Trump. Presidentes estadounidenses tradicionalmente han estado a favor de dos Estados: uno judío y uno palestino. Friedman califica la idea de los dos Estados como "una narrativa'' que debe cesar.
Por Claudio Berón