Los precios del petróleo y el gas natural retrocedieron en respuesta al
debilitamiento de Gustav a un huracán de categoría 2 con vientos de 177 kilómetros por hora poco
antes de tocar tierra, disipando los temores de serias interrupciones en el abastecimiento que
habían disparado las cotizaciones.
Las petroleras cerraron casi la mitad de la producción en la región, de donde
normalmente se extrae un tercio del crudo y 15 por ciento del gas natural de Estados Unidos.
El Centro Nacional de Huracanes dijo que a las 15 (hora argentina) Gustav estaba
a 90 kilómetros al sudeste de Lafayette. Una hora antes, sus vientos eran de 170 kilómetros por
hora.
Unos dos millones de personas escaparon de la costa del Golfo, en una de las
mayores evacuaciones en la historia de Estados Unidos. Según algunos cálculos, en Nueva Orleans
quedaban apenas diez mil personas.
El alcalde de la ciudad, Ray Nagin, alertó a los residentes sobre el riesgo de
ser demasiado optimistas, demasiado rápido, y expresó preocupación sobre la estabilidad de las
barreras de concreto que protegen la ciudad.
Nagin está también preocupado sobre dos barcos de la Armada y una barcaza
atracados en un muelle que podrían, sin embargo, poner en peligro los muros de contención si
llegaran a soltarse.
“No estamos fuera de peligro todavía”, dijo Nagin.
“Los canales están llenos en este momento. No se si vamos a recibir más
agua en esa dirección, pero ahora me preocupa mucho”, añadió.
El Cuerpo de Ingenieros del Ejército, que reconstruyó los diques después de
Katrina, dijo que el agua estaba sólo “salpicando” los muros del canal y expresó
confianza en las barreras.
“El sistema no está inundado y no hay roturas”, dijo Karen
Durham-Aguilera, del Cuerpo de Ingenieros.
“En este momento creemos que no vamos a tener una verdadera inundación o
problemas de rebasamiento”, dijo.
Categoría 2. Gustav, que hace unos días era un peligroso huracán categoría 4, tocó
tierra cerca de Cocodrie, en el estado de Lousiana, a 115 kilómetros al sudoeste de Nueva Orleans,
convertido en un tormenta de categoría 2 en la escala Saffir-Simpson de cinco niveles.
Horas después, era todavía un ciclón de categoría 2 y sus vientos habían bajado
a 170 kilómetros por hora a medida que se adentraba en el continente.
Unas 287.000 casas estaban sin electricidad en Louisiana, incluyendo 100.000 en
Nueva Orleans, dijo la distribuidora Entergy.
El viento azotó la ciudad, derribando árboles, dañando toldos de tiendas y
proyectando latas de basura por la desiertas calles de la ciudad.
“Gustav no tiene fuerza. Yo sobreviví a Katrina y esto es totalmente
diferente. Es débil”, dijo el constructor de piscinas Randall Dreher.
Los futuros del gas natural bajaron el lunes un 6 por ciento y los del crudo un
4 por ciento, producto a las expectativas de que el huracán no dañe las instalaciones energéticas
del Golfo de México.
Katrina y el huracán Rita, que castigó la región tres semanas después,
destruyeron más de 100 plataformas en la zona.
El huracán Gustav también tomó el centro de la escena en la política
estadounidense en tanto los republicanos se preparaban para iniciar hoy su convención para nominar
oficialmente al aspirante presidencial John McCain, con un programa muy limitado sin la pompa y
circunstancia habitual.
El Centro Nacional de Huracanes advirtió que Gustav todavía podría generar una
“marea de tormenta extremadamente peligrosa” de hasta 4,3 metros, que pondría a prueba
la contención de los diques reconstruidos que fallaron durante Katrina.
Malos recuerdos. El huracán Katrina trajo consigo una ola de 8,5 metros que
desbordó los diques el 29 de agosto del 2005 e inundó el 80 por ciento de Nueva Orleans, que yace
en parte por debajo del nivel del mar.
La ciudad descendió en el caos y las víctimas tuvieron que esperar durante días
para que el gobierno las rescatara en medio de saqueos y violencia.
Policías y varios miles de tropas de la Guardia Nacional patrullaban el lunes la
ciudad desierta. Fue impuesto un toque de queda en un intento por evitar los saqueos.
Con el sentido del humor que caracteriza a los habitantes de la ciudad, los
evacuados dejaron atrás carteles desafiando al huracán y a los saqueadores.
La aproximación de Gustav llevó a incómodas comparaciones con Katrina, el
huracán más costoso en la historia de Estados Unidos, que causó la muerte de 1.500 personas y
provocó daños por 80.000 millones de dólares hace casi exactamente tres años.
El presidente George W. Bush, criticado por el lento rescate después de Katrina,
canceló su aparición programada para el lunes en la convención del Partido Republicano y visitó en
cambio Texas para supervisar los preparativos de emergencia.
“Esta tormenta tiene aún que pasar. Es un evento serio”, dijo
durante una conferencia en Austin.
McCain viajó ayer a la zona del Golfo de México para observar la situación y
ordenó cancelar los discursos políticos en la convención, preocupado, al parecer, del impacto
negativo que podría tener la fiesta política cuidadosamente coreografiada en medio del
huracán.
Después de las acusaciones de mal manejo de las operaciones de rescate de
Katrina, el gobierno dispuso trenes y cientos de autobuses para evacuar a 30.000 personas que no
podían abandonar Nueva Orleans por su cuenta
. (Reuters)