El presidente cubano Raúl Castro asumió la presidencia de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) en un inédito traspaso de mando de un presidente centroderechista, como Sebastián Piñera, a uno comunista no surgido de elecciones libres. Es la primera vez que ocurre en las instituciones interamericanas. En la misma sesión fue leída una carta del convaleciente presidente venezolano Hugo Chávez, internado en un hospital de La Habana desde el 11 de diciembre pasado.
Poco antes de cambiar de asiento, Piñera, que ocupaba la presidencia pro témpore de la Celac desde su creación en enero de 2011, recordó a Castro que entre los objetivos de la mesa ejecutiva de la Celac está "mantener la unidad, promover el entendimiento, defender la democracia, y las libertades".Luego de estrecharse las manos, Castro ocupó el lugar correspondiente al presidente del organismo regional, que agrupa a 33 naciones, y declaró que "siento que es un reconocimiento a la abnegada lucha de nuestro pueblo por su independencia".
Las presidencias de la Celac van rotando anualmente entre sus miembros. Luego de Cuba, tomará el mando Costa Rica en 2014. El 2015 será el turno de Ecuador.
"Naciones independientes". Castro añadió que asume la nueva obligación "con el propósito de contribuir al máximo a la consolidación del primer mecanismo de concertación e integración que reúne a las 33 naciones independientes de nuestra América". Los únicos países americanos excluidos de la Celac son Estados Unidos y Canadá, en contraste con la OEA, que reúne a todos salvo Cuba. En su discurso, Castro no evitó incursionar en la política de Venezuela. Dijo que el gobierno de Venezuela "está enfrentando una campaña de intriga y descrédito por parte del imperio y la oligarquía golpista. Pero ha continuado su obra, consagrado a la defensa de los legítimos intereses de los trabajadores y de todos los venezolanos patriotas, de la Constitución y de su democracia revolucionaria".
Poco antes del traspaso de la dirección del ente regional, el plenario de dirigentes aprobó una serie de resoluciones que incluyen el apoyo a la reclamación Argentina de soberanía sobre las islas Malvinas, el rechazo al embargo a Cuba, el apoyo al uso tradicional de la hoja de coca de Bolivia, un mayor apoyo económico a Haití y una posición común de rechazo contra el terrorismo. Además de Castro, el otro mandatario que acaparó la atención de la cumbre, fue el ausente presidente Chávez. Tampoco dejó de referirse a la exclusión de Paraguay de todos los ámbitos americanos: "compartimos y apoyamos la resolución y oportunidad con que Unasur ha actuado frente al golpe parlamentario en Paraguay. En una región que ha sufrido décadas de dictaduras sangrientas, impuestas y sostenidas por los Estados Unidos, no puede permitirse impunidad a los sectores violentos y golpistas".
En la carta de Hugo Chávez, el gobernante venezolano denunció el embargo comercial de Estados Unidos a Cuba y la militarización de las islas Malvinas. La carta fue leída por su vicepresidente Nicolás Maduro. En la misiva de varias carillas impresas, Chávez felicitó anticipadamente a Cuba por asumir la dirección de la Celac. Maduro exhibió la firma de Chávez, con tinta roja. La oposición venezolana duda de la autenticidad de las firmas de Chávez que ha exhibido el gobierno de Maduro en los casi 50 días que lleva de ausencia el presidente venezolano.
"Acto de justicia". Según la carta, el nombramiento de Cuba al frente de Celac "es un acto de justicia, luego de más de 50 años de resistencia al criminal bloqueo imperial (por el embargo comercial de EEUU a la isla), América latina y el Caribe le están diciendo a Estados Unidos, con una sola voz, que todos los intentos por aislar a Cuba han fracasado y fracasarán". Chávez criticó en la carta que se le atribuye "la continua colonización y ahora la militarización progresiva de las islas Malvinas, ambos hechos son violatorios de todas las resoluciones que ha emitido la ONU". Chávez agrega: "Todo cuanto hagamos por la unidad no sólo estará justificado por la historia sino que además se convertirá en el más luminoso legado que podamos dejarles a las nuevas generaciones" y que "se ha puesto elocuentemente de manifiesto que nuestra América latino-caribeña es capaz de verse y pensarse a sí misma y al mundo con plena autonomía, y de actuar conjuntamente".
Esta retórica, típica de Chávez", no recibe un apoyo unánime dentro de la Celac. En el país anfitrión, Chile, es muy criticada. Este, junto con México, Colombia y Perú es parte del grupo de países que prefiernen el libre comercio y una buena relación con EEUU. En Santiago lograron un nuevo avance en busca de un tratado de libre comercio con Washington y las naciones asiáticas.