Tokio/Seúl.— Pese a las advertencias mundiales, Corea del Norte lanzó ayer
un cohete, en un hecho que, según EEUU, Japón y otros países, busca encubrir un ensayo de la
tecnología del país comunista para desarrollar un misil de largo alcance, que podría transportar
ojivas nucleares.
El misil despegó alrededor de las 11.30 (hora local) y voló
sobre Japón en dirección al Pacífico, según confirmaron los gobiernos japonés y surcoreano.
El Comando Norte de EEUU manifestó que la fase 1 del misil
cayó en el Mar del Japón y que las etapas restantes junto con la carga explosiva se hundieron en el
océano Pacífico. No cayeron escombros sobre Japón.
El comando estimó que el vehículo de lanzamiento no
representaba una amenaza para América del Norte o Hawai y evitó tomar medidas en respuesta.
Japón, por su lado, había amenazado con derribar cualquier
fragmento del cohete si el lanzamiento salía mal y amenazaba su territorio.
EEUU, Corea del Sur y Japón situaron barcos de guerra
dotados con radares Aegis y un sistema antimisiles en el Mar de Japón para seguir el lanzamiento.
También Rusia puso en alerta a su Fuerza Aérea.
Muchas sospechas. Según las primeras informaciones surcoreanas, Corea del Norte
lanzó tal como tenía planeado un satélite, aunque se desconoce por el momento con qué tipo de
misil. Pyongyang anunció que utilizaría uno del tipo Unha-2, similar al militar de largo alcance
Taepodong-2, que teóricamente podría alcanzar territorio estadounidense.
Hace más de tres semanas el régimen de Pyongyang anunció el
lanzamiento de un satélite de comunicaciones experimental al espacio, pero EEUU, Corea del Sur y
Japón sospechan que en realidad pretendía probar la tecnología para lanzar un misil de largo
alcance militar.
Los tres países condenaron de inmediato el lanzamiento y
Tokio exigió una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU, que ayer concluyó sin
resultados. El organismo decidió no tomar medidas inmediatas contra Corea del Norte, pero acordó
continuar con el diálogo sobre cuál debe ser su respuesta a la "seria situación".
En 2006, tras una serie de pruebas misilísticas y un test
atómico de Corea del Norte, el Consejo de Seguridad ordenó a Pyongyang que cesara su programa de
misiles.
Respuesta de Obama. El presidente estadounidense, Barack Obama, condenó ayer el
lanzamiento, y consideró que "el desarrollo y la proliferación de tecnología para desarrollar
misiles balísticos por Corea del Norte suponen una amenaza para la región del noroeste asiático y
para la paz y la seguridad internacional", según un comunicado de la Casa Blanca difundido en
Praga, donde se encuentra el mandatario.
"Con este acto provocativo, Corea del Norte ha desatendido
sus obligaciones internacionales, ignorado inequívocamente un llamamiento a la moderación y ha
vuelto a aislarse de la comunidad mundial", afirmó Obama.
Frente a una multitud en Praga, el mandatario se
comprometió a reducir el arsenal nuclear de EEUU, y dijo que Washington buscará involucrar a todas
las naciones con poder atómico en su iniciativa.
Pedido de moderación. Por su parte, China —lo más cercano a un aliado que
tiene Corea del Norte— y Rusia pidieron a todas las partes que mantengan la calma y la
moderación. El ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergei Lavrov, hizo un llamado por "un
enfoque equilibrado" en la forma en que la comunidad internacional discutirá en la ONU el desafío
del gobierno de Pyongyang.
Corea del Norte amenazó recientemente con retirarse de las
conversaciones multilaterales para poner fin a su programa de armamento atómico si el Consejo de
Seguridad condenaba su lanzamiento.
Mientras tanto, las fuerzas de combate surcoreanas aumentaron la vigilancia
en la frontera intercoreana para prepararse para posibles provocaciones de Pyongyang, informó el
ministerio de Defensa en Seúl.