Corea del Norte lanzó un misil balístico desde un submarino. Es la demostración de fuerza militar norcoreana más significativa desde que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, asumió el cargo en enero pasado.
Corea del Norte lanzó un misil balístico desde un submarino. Es la demostración de fuerza militar norcoreana más significativa desde que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, asumió el cargo en enero pasado.
El lanzamiento se hizo horas después de que Estados Unidos reiterase su oferta de reanudar los contactos diplomáticos en torno al programa norcoreano de armas nucleares. La maniobra subrayó que el país comunista sigue ampliando sus capacidades bélicas de ataque.
El Estado Mayor Conjunto de Corea del Sur dijo en un comunicado que había detectado el lanzamiento de un misil balístico de corto alcance, y que suponía que se trataba de un misil para submarinos de lanzado en aguas cercanas al puerto oriental de Sinpo. Norcorea publicó fotos y videos del lanzamiento en los que se observa la emersión del misil desde la superficie del mar, en la típica secuencia del lanzamiento de un misil balístico submarino (SLBM, por las siglas en inglés).
El ministro japonés de Defensa, Nobuo Kishi, dijo que el análisis inicial sugería que Pyongyang había lanzado dos misiles balísticos. La guardia costera japonesa emitió una alerta de seguridad marítima a las embarcaciones, porque no sabía dónde habían caído los misiles.
El astillero de Sinpo es un importante núcleo de la industria bélica, donde Corea del Norte concentra su producción de submarinos. En los últimos años, el país también ha utilizado Sinpo para desarrollar sistemas balísticos para lanzar desde submarinos.
Este desarrollo tecnológico de Norcorea contrasta enormemente con la pobreza extrema de la población, que no recibe la nutrición mínima necesaria y padece en consecuencia una desnutrición crónica y generalizada.
Pyongyang no había lanzado un misil balístico de submarino desde octubre de 2019. Los analistas esperaban que Corea del Norte reanudara las pruebas de armas tras mostrar al menos dos nuevos misiles balísticos lanzados desde submarinos en desfiles militares en 2020 y 2021. También hay indicios de que el país intenta construir un submarino más grande capaz de transportar y lanzar varios misiles.
El gobierno surcoreano celebró una reunión de seguridad nacional y dijo "lamentar profundamente'' el lanzamiento pese a los esfuerzos de reactivar la diplomacia. Una respuesta surcoreana "agresiva" podría "enojar" a Corea del Norte, que acusa a Seúl por criticar sus ensayos armamentísticos mientras amplía sus propias capacidades militares convencionales. Pero está claro para los observadores que el Norte es la facción agresiva, algo evidenciado incluso en el tipo de armas que desarrolla (misiles y bombas nucleares). El Sur sólo responde a este creciente arsenal de armas de ataque estratégico aumentando sus capacidades de tipo convencional y con armas principalmente defensivas. Sin embargo, recientemente Seúl lanzó un misil desde un submarino, una escalada armamentista alarmante.
Las negociaciones nucleares entre Washington y Pyongyang están estancadas desde hace más de dos años por desacuerdos sobre la posibilidad de levantar las sanciones internacionales a Corea del Norte a cambio de la desnuclearización norcoreana.
El dictador norcoreano, Kim Jong Un, ha prometido reforzar su "disuasión nuclear" desde que fracasó el acercamiento diplomático con el entonces presidente Donald Trump. Ha rechazado todas las ofertas del gobierno de Biden para reanudar el diálogo sin condiciones previas, y afirma que Washington debe abandonar primero su "política hostil'', un término que Corea del Norte utiliza para referirse a las sanciones y a los ejercicios militares entre Estados Unidos y Corea del Sur.
Tras una pausa de meses, el país ha incrementado las pruebas armamentistas desde septiembre, al tiempo que ha hecho ofertas de paz condicionadas a Seúl. La estrategia retoma un patrón de presiones a Corea del Sur para conseguir lo que quiere de Estados Unidos. En caso de guerra, el Norte puede soportar pérdidas de soldados y civiles enormes, mientras el Sur es una nación desarrollada con una gran clase media urbana, la que muy difícilmente acepte pérdidas humanas significativas. Kim Jong Un lo sabe y presiona a partir de esta ventaja.